De acuerdo con la responsable para mercados emergentes del BBVA en Hong Kong, Alicia García-Herrero, en corto plazo, el futuro económico de América Latina estará influenciado por Asia y principalmente por China.
Bajo este contexto, México y Brasil encabezan el nivel de crecimiento previsto y se encuentran como las tres principales economías a nivel mundial, como resultado de que China ha fungido entre uno de los primeros exportadores en estos países.
El sector mayormente beneficiado ha sido el de materias primas como metales y minerales representando el 50% de los productos que China requiere, en ese sentido, los acuerdos comerciales entre Latinoamérica y Asia se han multiplicado hasta en nueve veces en los últimos 20 años.
En la presentación del libro, Las relaciones económicas de China y Latinoamérica, editado por K.C. Fung, profesor de economía de la Universidad de California y en presencia del vicepresidente de la Universidad Lingnan en Hong Kong, Jesús Seade y Alícia García-Herrero resaltaron las características únicas del mercado mexicano apuntando su estratégica posición, proyectos en infraestructuras y menor dependencia de Asia como productor histórico.
La fuerza económica de China es una oportunidad para los países latinoamericanos, y una oportunidad para ayudar financieramente en el desarrollo de infraestructuras, declaró Alicia García-Herrero.
Según los datos presentados, es fuerte la interacción de ambas regiones porque los bancos chinos han prestado más dinero a Latinoamérica en los últimos cinco años que el Banco Mundial (BM) y el Banco Interamericano juntos.
Este fenómeno es consecuencia del rápido incremento en el consumo de la clase media china que, como Japón y Corea terminaron en la utilización de la inversión extranjera directa para suministrar al resto del mundo.
Paralelamente el incremento constante de los salarios y precios en Brasil también atraerá nuevos agentes y mercados a competir por la producción y exportación en Latinoamérica, aseguró García Herrero.
El libro que se presentó es producto de dos años de investigación por economistas, académicos y profesionales de diferentes instituciones y organismos la London School of Economics, el Banco Asiático para el Desarrollo (BAD), la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) la Organización para la Cooperación y el Desarrollo (OCDE) y la Universidad de Hong Kong.
Fuente: Excélsior