La reciente oleada de imposición de aranceles ha generado cierta volatilidad a la actividad económica mundial. Si bien hay momentos de tregua y negociación, lo que va de 2025 se ha caracterizado por la incertidumbre derivada de esa situación.
Un escenario de aranceles recíprocos
La imposición de aranceles recíprocos por parte de Estados Unidos está generando una reconfiguración significativa en el comercio internacional. Esta medida, impulsada por el presidente de Estados Unidos de América (EU), Donald Trump, incluye un plan agresivo que contempla un arancel general del 10% a todas las importaciones y tarifas específicas de hasta el 34% para productos provenientes de China.
El objetivo es equilibrar las tasas arancelarias entre Estados Unidos y sus socios comerciales, lo que impacta directamente a economías como China, India y la Unión Europea. En este nuevo escenario, México se posiciona como un actor clave en la manufactura y la logística global, presentando tanto oportunidades como desafíos para su cadena de suministro, especialmente ante la posible reconfiguración de flujos comerciales hacia América del Norte.
Con la imposición de estos aranceles, muchas empresas han comenzado a reconsiderar sus estrategias de producción y distribución. Gracias a su proximidad geográfica con Estados Unidos y los beneficios derivados del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), México ha emergido como un destino atractivo para la relocalización de operaciones manufactureras. Esto es especialmente evidente en sectores como el automotriz, el electrónico y el de dispositivos médicos, que están experimentando un incremento en inversiones y establecimiento de plantas de producción en territorio mexicano.
Además, el nearshoring está impulsando la descentralización del crecimiento económico en el país. Estados como Nuevo León, Baja California, Querétaro y Guanajuato han comenzado a recibir un mayor flujo de inversión extranjera, lo que genera empleo y fomenta la creación de ecosistemas industriales más dinámicos. A medida que se consolidan estos cambios, las proyecciones indican que las exportaciones mexicanas hacia Estados Unidos podrían superar los 600,000 millones de dólares (mdd) anuales en los próximos años.
Implicaciones para la cadena de suministro
El crecimiento en la actividad manufacturera trae consigo una serie de implicaciones para la cadena de suministro en México. En primer lugar, se ha generado un aumento en la demanda de servicios logísticos, ya que la necesidad de transportar materias primas y productos terminados es cada vez mayor. Esto obliga a las empresas a buscar soluciones más eficientes y adaptadas a volúmenes crecientes de carga. Sin embargo, este crecimiento también pone a prueba la infraestructura existente, exponiendo la necesidad de realizar inversiones significativas en carreteras, puertos y sistemas ferroviarios para evitar cuellos de botella y garantizar el flujo continuo de mercancías.
La adopción de tecnologías avanzadas también juega un papel clave en esta transformación. Para mantener la competitividad y eficiencia, es esencial la integración de herramientas como la inteligencia artificial, la automatización y el análisis predictivo en las operaciones logísticas. Estas tecnologías permiten optimizar rutas de distribución, gestionar inventarios de manera más efectiva y anticipar posibles interrupciones en la cadena de suministro, elementos cruciales para responder a las nuevas condiciones del comercio global.
Además, la colaboración entre el sector público y privado será determinante para garantizar el éxito de esta transición. La agilización de trámites aduaneros, la implementación de incentivos fiscales y la mejora en la seguridad de las rutas comerciales serán factores clave para atraer más inversiones y fortalecer la confianza de los inversionistas. Un enfoque coordinado entre gobierno e industria permitirá no solo optimizar los procesos logísticos, sino también consolidar a México como un socio comercial confiable y competitivo en el escenario global.
Por último, la sostenibilidad debe ser un eje rector en este proceso de transformación. La implementación de soluciones que minimicen el impacto ambiental de las operaciones logísticas y manufactureras no solo contribuirá a la preservación del entorno, sino que también fortalecerá la competitividad de México en el mercado global.
El actual contexto económico y comercial presenta a México con una oportunidad única para consolidarse como un hub manufacturero y logístico de relevancia global. Sin embargo, para lograrlo, es imperativo abordar proactivamente los desafíos asociados y adoptar estrategias que promuevan una cadena de suministro resiliente, eficiente y sostenible.