El comercio exterior mexicano enfrenta una fiscalización intensiva; las auditorías son ahora parte de la rutina. Recientemente, el SAT y la Secretaría de Economía (SE) han incrementado sus verificaciones, especialmente para empresas con Programa IMMEX y Certificación en IVA e IEPS (CIVA).
El cumplimiento ya no es solo una lista de verificación, sino una práctica continua que debe demostrarse en cada inventario, aviso y retorno.
La fiscalización actual exige más que la entrega de informes o respuestas a requerimientos. Es necesario demostrar, con evidencia documental y operativa, el control sobre la cadena productiva y el cumplimiento de los requisitos para acceder a beneficios fiscales y aduaneros.
En este contexto, prepararse para una auditoría es una necesidad estratégica para las empresas con Certificación IVA IEPS y Programa IMMEX, ya que las auditorías no avisan: llegan.
Fiscalización sin aviso: nuevas reglas del juego
Tanto el SAT como la SE aplican esquemas de supervisión que combinan tecnología, análisis de riesgo y visitas presenciales. A través de herramientas como COGNOS y la Ventanilla Única, las autoridades pueden detectar inconsistencias en retornos, fracciones arancelarias, domicilios o movimientos de inventario.
Un aviso omitido, una fracción no actualizada o un domicilio sin registro pueden derivar en la suspensión inmediata del Programa IMMEX o la Certificación IVA e IEPS, afectando directamente la operación diaria y la competitividad de la empresa.

El riesgo no está en la auditoría, está en el descuido. La fiscalización actual busca confirmar la congruencia entre lo declarado y lo ejecutado.
Errores operativos que detonan observaciones
Los informes del SAT muestran que las observaciones más graves suelen deberse a la falta de control operativo, no a la mala fe. Los errores más frecuentes incluyen:
- Retornos fuera de plazo o incumplimiento del porcentaje de exportación.
- Importaciones con fracciones arancelarias no dadas de alta.
- Omisión de registro de proveedores, terceros o domicilios.
- Procesos productivos desactualizados o diferentes a los declarados.
- Falta de trazabilidad entre insumos y producto terminado.
Cada uno de estos aspectos representa un riesgo directo de suspensión o cancelación de la Certificación IVE IEPS y del Programa IMMEX. La autoridad exige materialidad, es decir, pruebas que acrediten el uso autorizado de la mercancía importada.
Materialidad: el lenguaje que habla la autoridad
La materialidad es ahora central en cualquier revisión. No basta con tener documentos; estos deben ser coherentes, verificables y actualizados. Cada empresa debe demostrar, con registros y evidencias, la integración de insumos importados en los productos exportados.
Esto implica mantener actualizado el Anexo 24, vincularlo con pedimentos y órdenes de producción, y asegurar que existan soportes de trazabilidad: bitácoras de mantenimiento, reportes de submanufactura, listas de materiales (BOM) y evidencia fotográfica del proceso.
La autoridad fiscal revisa ahora los sistemas, no solo los documentos. Si el inventario automatizado no coincide con la operación real, se presume el incumplimiento.
Preparación y cultura de cumplimiento
Prepararse para una auditoría implica más que revisar expedientes. Es fundamental construir una cultura interna de cumplimiento basada en comunicación, coordinación y disciplina documental.
Cada área, como comercio exterior, fiscal, operaciones, legal y sistemas, debe conocer sus responsabilidades y mantener actualizada la información bajo su control.
Entre las mejores prácticas destacan:
- Elaborar un mapa de cumplimiento que cruce obligaciones del Decreto IMMEX, las Reglas Generales de Comercio Exterior y las Reglas de la SE con la información de la empresa.
- Mantener un calendario de avisos, renovaciones y reportes (como el RAOCE, que debe presentarse antes del último día hábil de mayo).
- Realizar auditorías internas periódicas para revisar retornos, descargos y transferencias virtuales.
- Conservar documentación vigente que acredite la legal posesión de inmuebles, maquinaria y equipo.
- Mantener activo el buzón tributario, con medios de contacto actualizados.
El control automatizado de inventarios, la capacitación continua y la organización documental son la primera línea de defensa ante cualquier revisión.
Tendencias y señales de alerta
Las cifras de la autoridad muestran una tendencia a la baja en el número de empresas certificadas CIVA: de más de 3,400 en 2022 a alrededor de 3,200 en 2025. La disminución refleja la aplicación estricta de mecanismos de suspensión y cancelación por incumplimiento.
En muchos casos, las cancelaciones comenzaron con una carta invitación o un requerimiento menor. El problema principal no fue la falta de documentos, sino el retraso en la respuesta o la falta de coherencia entre lo declarado y lo registrado en los sistemas.
La lección es clara: la prevención resulta menos costosa que la reactivación. Corregir oportunamente un aviso, actualizar un domicilio o acreditar la materialidad puede evitar meses de suspensión o la pérdida definitiva de beneficios.
El cumplimiento como inversión
El cumplimiento no consiste solo en llenar formularios, sino en proteger el modelo de negocio. Las empresas que mantienen control documental, coordinación entre áreas y respuesta ágil ante requerimientos no solo evitan sanciones, sino que fortalecen su posición competitiva ante clientes y autoridades.
En el contexto actual, el cumplimiento es una inversión en seguridad jurídica y operativa. Cada control implementado, revisión interna y documento actualizado contribuyen a mitigar la incertidumbre fiscal y aduanera.
Reflexión final
Las auditorías no se evitan, se enfrentan con evidencia. En un entorno donde la autoridad supervisa cada movimiento, la prevención es la estrategia más efectiva. Anticipar los requerimientos garantiza la continuidad, la confianza y la permanencia de los beneficios.
En comercio exterior, el verdadero riesgo no es la auditoría, sino la falta de preparación.













