En la primera mitad de 2025, el comercio internacional de bienes recorrió una distancia promedio de 4,990 kilómetros, la más alta jamás registrada. Este dato, lejos de ser anecdótico, desafía frontalmente la narrativa dominante de desglobalización, nearshoring y regionalización que ha permeado los discursos políticos y empresariales en los últimos años.
A pesar de los shocks arancelarios, las tensiones entre potencias y la creciente incertidumbre regulatoria, los flujos globales de comercio, inversión y personas no solo se mantienen, sino que muestran una resiliencia estructural que obliga a repensar las estrategias de logística y supply chain a escala global.
Mercancía que se mueve más que nunca
El informe más reciente del DHL Global Connectedness Tracker, con datos actualizados hasta agosto de 2025, ofrece una radiografía detallada de cómo se están reconfigurando las cadenas de suministro internacionales. Lejos de un colapso, lo que se observa es una transformación matizada: mientras algunos vínculos bilaterales se debilitan —como el caso de EU y China—, otros se fortalecen o se diversifican, sin que ello implique una fragmentación sistémica del comercio global.
Uno de los hallazgos más relevantes es que, a pesar del aumento de aranceles en EU —que alcanzaron niveles no vistos desde la década de 1930—, el volumen global de comercio creció en la primera mitad de 2025 al ritmo más acelerado desde 2010 (excluyendo el periodo pandémico). Este crecimiento fue impulsado, en parte, por una ola de importaciones anticipadas por parte de compradores estadounidenses, pero también por la capacidad de China para redirigir sus exportaciones hacia mercados alternativos como el sudeste asiático, África y la Unión Europea.
Fusiones, adquisiciones y más reacomodos
El estudio “DHL Global Connectedness Tracker – October 2025: Special Update on Shifts in Global Flows amid Policy Shocks”, elaborado por Steven A. Altman y Caroline R. Bastian del NYU Stern School of Business fue presentado ante la prensa por el mismo Altman.
Destaca que, en términos de inversión, el panorama es igualmente complejo. Si bien el número de transacciones de inversión extranjera directa (IED) y fusiones y adquisiciones (M&A) ha disminuido, el valor total de las operaciones se ha mantenido gracias a grandes transacciones estratégicas. Esto sugiere que las empresas globales no están abandonando los mercados internacionales, sino que están siendo más selectivas y cautelosas, priorizando operaciones de alto impacto en contextos de mayor certidumbre.
Desde la perspectiva de la logística y el comercio exterior, este entorno plantea desafíos y oportunidades. Por un lado, la caída del comercio directo entre EU y China —que pasó de representar el 3.6% del comercio global en 2015 a solo 2.2% en 2025— abre espacios para que países como México fortalezcan su posición como socios estratégicos en cadenas de suministro regionales. Sin embargo, el informe advierte que la mayoría del comercio internacional ya ocurre entre países aliados, lo que limita el margen de maniobra para una reconfiguración radical basada únicamente en criterios geopolíticos.
Otro punto clave es la aparente contradicción entre el discurso de regionalización y los datos empíricos. Aunque se ha promovido el nearshoring como estrategia de resiliencia, la proporción de comercio que ocurre dentro de las principales regiones del mundo cayó a un mínimo histórico de 50.7% en 2025. Además, el promedio de distancia recorrida por las exportaciones aumentó en regiones como Norteamérica, donde el comercio intrarregional cayó del 41% al 39%. Esto indica que, en la práctica, las cadenas de suministro siguen siendo globales, incluso cuando se busca acercarlas geográficamente.
¿Más socios comerciales?
En cuanto a la diversificación de socios comerciales, los datos muestran una estabilización, más que una expansión. El índice de diversificación de comercio de bienes comenzó a declinar en 2023, y no se observan cambios significativos en la concentración de flujos de IED o M&A. Esto sugiere que, si bien existe una intención declarada de reducir la dependencia de ciertos mercados, la ejecución de esa estrategia aún enfrenta barreras estructurales.
Finalmente, el índice de conectividad global de DHL —que mide la profundidad de la globalización en 14 tipos de flujos internacionales— se mantiene estable desde su máximo histórico en 2022. Esto refuerza la idea de que, más allá de los discursos, la economía global sigue profundamente interconectada. Para los líderes de logística, supply chain y comercio exterior, esto implica que las decisiones estratégicas deben basarse en datos y no en percepciones: retirarse prematuramente de los mercados internacionales podría significar perder competitividad frente a quienes continúan aprovechando las ventajas de una economía global resiliente.
En resumen, el mundo no se está desglobalizando, sino reconfigurando. Y en esa reconfiguración, la logística juega un papel central: no solo como facilitador de flujos, sino como termómetro de la salud del sistema económico internacional. Entender las nuevas dinámicas de conectividad global es, hoy más que nunca, una ventaja competitiva.