Hace siete años, consumidores y supermercados de Australia reportaron el hallazgo de agujas para coser dentro de fresas empaquetadas, lo que generó pánico en la población y pérdidas millonarias para el sector agroalimentario del país oceánico.
“Ninguno de los almacenes de cadena dentro de Australia sabía de dónde venían las fresas. Tuvimos que hacer un recall nacional y casi termina con los productores”, recordó Roberto Olivares, gerente Sr. de Proyectos en Woolworths, una de las minoristas más relevantes en ese país.
A partir del caso la empresa comenzó a buscar una solución que les permitiera contar con información de valor en situación similar. Así, decidieron apostar por códigos 2D.
El código de barras ayuda a identificar un producto como tal en su categoría, pero no contiene información sobre la fecha de caducidad, el lote al que pertenece o el número de serie. Algo que, a decir de Olivares, es posible con el código bidimensional (2D) o QR.
De Oceanía para el retail global
La firma de retail pertenece a Woolworths Group Limited, empresa centenaria que también posee una compañía financiera. Tiene alrededor de 1,600 tiendas en diferentes marcas y formatos que incluyen 1,006 supermercados en Australia y otros 187 en Nueva Zelanda, según su reporte financiero del primer trimestre de 2025.

A inicios de 2019, comenzó con la adopción de 2D, con miras a recabar más información sobre la calidad del inventario disponible en almacenes. Una decisión que se ha traducido en mayor eficiencia operativa y una alta reducción del desperdicio.
Tan solo durante 2021 -primer año de operaciones con el código 2D en tiendas de autoservicio- Woolworths logró reducir 40% el desperdicio de productos cárnicos que eventualmente terminaban en la basura por estar caducados.
El secreto detrás del dato
Olivares menciona que, en ocasiones, la información del producto en tienda está limitada a la que provee el código de barras y por la fecha de caducidad que, por Ley está y estará en otra área del artículo. “Pero si no la ves físicamente puede traducirse en desperdicio”, señala en entrevista con The Logistics World.
Saber que en el inventario hay productos que están a punto de vencer, por ejemplo, permite tomar acciones para resurtir a ese almacén y, por otra parte, tratar de comercializar esos productos en una ventana de tiempo más corta, pero a menor precio y evitar tirarlo a la basura.

“El sistema, básicamente, comunicará a los empleados del almacén (supermercado), ‘vaya y descuente ese producto porque está a punto de caducar’”, externa el colombiano que lleva más de 22 años en Australia.
Algo similar pasa en un recall pues al identificar la información sobre el origen exacto de un producto afectado se reduce el impacto que genera remover el producto y ponerlo en la basura.
Las ventajas del código dinámico
De acuerdo con empresas de este tipo de soluciones como GS1, la migración del tradicional código de barras lineal al código 2D, promete transformar radicalmente la operación de las empresas y de sus aliados de negocio al optimizar la cadena de suministro y mejorar la experiencia de compra.
Además de contener los datos logísticos, estos códigos tienen la capacidad de almacenar información sobre fecha de caducidad, ingredientes, promociones, trazabilidad y enlaces web, contribuyendo a una mejor experiencia del consumidor.
En Europa y otras partes del mundo, la información del 2D ha permitido tener un ambiente de precios dinámicos y de generación de ofertas en productos que están por caducar.
¿Transición sin inversión?
De acuerdo con reportes de medios, alrededor del 80 % de los lectores de códigos de barras instalados en las cajas registradoras del país, ya son capaces de leer estos códigos 2D, por lo que la transición no representaría una inversión.
El Gerente de Proyectos Sr. en Woolworths Australia, coincide al mencionar que los dispositivos lectores y las impresoras no tienen mayor inconveniente en adoptar los códigos, sin embargo, “lo que probablemente van a trabajar es en los sistemas internos para consumir la información y utilizarla”.
Es probable, dice, que algunas marcas ya tengan la capacidad para usar la información, pero no la han activado. Otras van a tener que cambiar los sistemas de APIs para manejar información adicional.
“Hay otros que simplemente tienen que hacer pequeños cambios en los sistemas para poder manejar la información”, señala Roberto Olivares, quien fue entrevistado tras participar el evento Fábrica de Negocio, organizado por GS1 México, a finales de junio.
La apertura de LATAM
La transición del código de barras al código 2D es impulsada por GS1, organización que ha fijado estándares para la identificación de productos, a través de su iniciativa “Sunrise 2027”.


El objetivo es que para ese año todos los retailers del mundo tengan la capacidad de escanear códigos 2D en el punto de venta.
Hasta finales de 2024, proveedores y retailers de 14 países entre ellos México, mostraban avances en sus procesos de adopción, según un reporte regional elaborado por Arthur Whitaker, Analista de Inteligencia de Mercado, GS1 Brasil.
De acuerdo con el documento, 74% de los fabricantes están interesados en utilizar Códigos 2D, especialmente para aprovecharlo en reforzar el compromiso del consumidor, la trazabilidad de los productos y la gestión de inventario.
En contraste, el 88% de los minoristas consultados dijeron estar interesados en los Códigos, especialmente por aumentar el control de productos caducados, mejorar la gestión de inventario y cumplir con los requisitos regulatorios y del mercado.