La cadena logística automotriz en México vive una transformación sin precedentes, especialmente en el puerto de Lázaro Cárdenas, en Michoacán, sitio estratégico para el arribo de vehículos provenientes de Asia. Pero esta dinámica ha reconfigurado la infraestructura disponible y elevado los costos de operación.
Este cambio estructural, impulsado por la entrada masiva de marcas asiáticas, ha presionado la capacidad de patios de resguardo, obligando a los fabricantes a replantear sus esquemas logísticos para mantener competitividad.
“Después de la pandemia empezaron a llegar muchas marcas nuevas con volúmenes muy grandes y todas prácticamente entraban por Lázaro Cárdenas”, explica Ricardo Hernández, director de logística de Mitsubishi Motors de México.
La saturación no tardó en manifestarse: de tener apenas un par de proveedores con infraestructura básica, el Puerto vio surgir toda una cadena de proveedores para el desarrollo y la operación de patios.
Mientras tanto, la Ley de la oferta y la demanda llegó a duplicar los costos de almacenamiento respecto a los niveles previos al COVID-19. “Hubo incrementos como del 100%. En donde antes te cobraban 10 pesos después te preguntaban ‘¿Quieres el servicio? Hay otra marca que me está pagando 20 y si quieres te cuesta 20’", ejemplifica Hernández.
De la subcontratación a las alianzas estratégicas
Ante el panorama, la firma japonesa cambió su modelo de contratación de servicios logísticos y adoptó una estrategia basada en alianzas sólidas de largo plazo que incluye a Suministros de Servicios en General y Automotrices del Puerto (SSGA) para el desarrollo de su nuevo patio de resguardo.
Esta visión se extendió a otros eslabones de la cadena: “Hemos establecido alianzas de largo plazo y ese fue el principal reto: encontrar las empresas idóneas para poder hacer alianzas de largo plazo”.
El cambio de enfoque no fue menor. Durante años, la operación logística de la compañía se realizaba mediante terceros que gestionaban el movimiento desde el puerto hasta los patios y de ahí a los distribuidores.
La disrupción que implicó la llegada de las marcas asiáticas en el mercado obligó a la automotriz a crear su propio departamento de logística, integrar equipos internos y coordinarse directamente con actores clave: terminales, patios y transportistas.
Un almacenamiento resiliente
Fruto de esta estrategia, la filial de la automotriz japonesa inauguró en junio, un patio logístico de 42,000 metros cuadrados, desarrollado en alianza con SSGA.
A decir de Hernández, la instalación tiene un diseño que favorece la seguridad y la eficiencia. “Es un patio totalmente asfaltado, cerrado con barda de tabique y cemento, con características para poder certificar CTPAT u OEA sin problema alguno”, describe.
La infraestructura fue desarrollada para resistir contingencias climatológicas toda vez que está seis metros sobre el nivel del río para mitigar el impacto de inundaciones como las que afectaron al puerto durante el huracán John.

La obra se completó en apenas cinco meses con una inversión conjunta estimada entre 30 y 35 millones de pesos.
La expansión de la capacidad
Esta rapidez respondió a la urgencia de contar con instalaciones que garantizaran calidad y seguridad en un mercado donde, según Hernández, otras marcas han accedido a tener sus vehículos en condiciones que dejan mucho que desear.
El nuevo patio tiene una capacidad de almacenamiento para 2,000 vehículos, que se añade a la de otros espacios: uno adicional con SSGA (1,500 unidades) y otro con AMPORTS de México (2,500 unidades). En total, Mitsubishi Motors de México tiene una capacidad para 6,000 vehículos, alineada con la directriz corporativa de incrementar el inventario disponible de 15 a 45 días.
Al cierre del año, la expectativa es aumentarla hasta 8,500 unidades con la edificación de otro patio que también será desarrollado con SSGA. Se tiene previsto que la obra, que ya tiene la autorización del corporativo en Tokio, sea de alrededor de 50,000 metros cuadrados y tenga una capacidad para 2,500 unidades.

“Pensamos contar con este nuevo espacio para diciembre-enero”, adelanta Hernández. La inversión estimada ronda 35 a 40 millones de pesos.
Disponibilidad y retos en las inmediaciones del puerto
El crecimiento proyectado se apoya en la disponibilidad de terrenos en las inmediaciones del puerto, principalmente en zonas ejidales del estado de Guerrero, a lo largo del corredor que conecta con la Autopista Siglo XXI y el Río Balsas.
“Hay mucho espacio para el Puerto de Lázaro Cárdenas, especialmente en Guerrero, donde hay mucha tierra ejidal, muchos espacios donde crecer cercanos al puerto”, apunta el director de logística de la firma automotriz.
Sin embargo, esta expansión no está exenta de retos: la profesionalización de los desarrollos sigue siendo una asignatura pendiente. “Si volteo al 2018, 2019 —antes de la pandemia— la industria automotriz era muy específica en los requerimientos para el trato de sus unidades: patios completamente cercados, pavimentados, una calidad de primera... cosa que hoy día no está ocurriendo”, advierte.
Un nuevo estándar para la logística automotriz en México
La estrategia realizada por Mitsubishi en el país ilustra el camino que otras armadoras pueden explorar en un entorno donde la competencia incrementa tanto como el flujo de marcas asiáticas arriba al país.
De enero a junio de este año tres nuevas marcas automotrices se integraron a las operaciones del puerto de Lázaro Cárdenas: Hongqi, Sunwin (autobuses) y Xiaomi (vehículos eléctricos), con más de 1,900 autos importados, según informó la Administración del Sistema Portuario Nacional (Asipona) a cargo del Puerto.
En este lapso, 339,091 vehículos fueron movilizadas a través del Puerto, un incremento de 3% en comparación con 329,414 unidades del primer semestre de 2024. El tráfico de vehículos fue liderado por la importación (72%) frente a la exportación (28%).
La saturación de patios, la variabilidad en costos y la presión por tiempos de entrega han demostrado que la resiliencia logística de la industria automotriz no depende solo de capacidad instalada, sino de la solidez de las alianzas estratégicas.