El producto interior bruto por habitante a nivel mundial se ha casi quintuplicado en los últimos 80 años.
Pero, al mismo tiempo, las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) se ha multiplicado por siete debido a este crecimiento formidable del ingreso por habitante y al aumento de la población.
Así lo indica el último Reporte de Economía y Desarrollo (RED) del Banco de Desarrollo de América Latina y el Caribe (CAF, por sus siglas en inglés).
Lian Allub, economista principal de la dirección de Investigaciones Socioeconómicas del organismo y coautor del informe, remarcó que la región aún tiene un rezago en desarrollo si se compara con los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).
Esto porque sufre de un fuerte problema de desigualdad, y sus emisiones, que solo representan alrededor del 11% a nivel mundial, no vienen en su mayoría del sector energético.
El documento señaló que para 2019 casi el 65% provenían del cambio y el uso del suelo.
El reporte pone énfasis en tres sectores cruciales para la demanda: el transporte, la industria y el sector residencial.
Hacia la descarbonización
El documento cierra con un análisis de los impactos que la transición tendrá en la macroeconomía en su conjunto, en particular sobre las finanzas públicas, el sector externo y el mercado laboral.
Desde el punto de vista de la demanda, la eficiencia y el ahorro energético constituyen además un pilar indispensable en la ruta hacia la descarbonización, aseguró la investigación.
En el caso del sector industrial la transición pasa por la electrificación de algunos procesos o usos que actualmente dependen de combustibles fósiles al igual que el fomento de la economía circular.
Por su parte, en la movilidad urbana es importante el uso de transporte público sostenible (masivo y activo, afirmó la investigación.
En la logística urbana hay espacio para la electrificación, mientras que, en el caso de transporte de carga, la promoción de la eficiencia y el uso de combustibles alternativos son medidas que pueden ser efectivas en el corto plazo.
Los desafíos de la transición son globales, pero este proceso afectará de manera diferenciada a los países de la región dependiendo de su matriz energética y de su dependencia de los combustibles fósiles.