Brasilia, (EFE).- El Gobierno brasileño oficializó este lunes el programa de reducción de impuestos para abaratar el precio de los automóviles, una iniciativa anunciada el pasado 25 de mayo tras una reunión del presidente, Luiz Inácio Lula da Silva, con representantes del sector.
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La medida, que fue firmada este lunes por Lula, contempla un paquete de incentivos fiscales por unos 304,2 millones de dólares, según dijo a periodistas el vicepresidente y ministro de Industria, Geraldo Alckmin.
El propio Alckmin había indicado el 25 de mayo que la carga tributaria para el sector automotor sería reducida en hasta un 10,79% para los vehículos que valen menos de unos 24.340 dólares para impulsar el aporreado sector.
Este lunes, al lado del ministro de Hacienda, Fernando Haddad, Alckmin señaló que con ese incentivo los precios pueden caer hasta en 8.000 reales (unos 3.042 dólares) por automóvil y los criterios dependerán, en gran parte, de los beneficios ambientales ofrecidos por cada modelo.
El paquete, de acuerdo con el vicepresidente, será distribuido en unos 101,4 millones de dólares para vehículos de paseo, unos 141,9 millones de dólares para camiones y unos 60,8 millones de dólares para autobuses.
No obstante, para los camiones y autobuses el descuento está condicionado al descarte por parte de los compradores de unidades con más de 20 años de fabricación. El programa, con vigencia inmediata, se mantendrá hasta alcanzar esas cifras, que según el mercado puede ser entre tres y cuatro meses.
El descuento será otorgado a las personas físicas, para evitar que grandes compañías, como las que alquilen vehículos, realicen compras masivas, apuntó Alckmin.
La modalidad será con descuento directo en el precio, pero para evitar que las concesionarias sean afectadas, las fabricantes serán las que aplicarán la reducción del valor del automóvil y recibirán la compensación en crédito tributario, detalló.
Para compensar la falta de recaudación fiscal, el Gobierno aplicará, entre otras medidas, un aumento tributario en combustibles como el diésel.
EFE wgm/enb