Taipéi, (EFE).- La compañía Taiwan Semiconductor Manufacturing Company (TSMC), el mayor fabricante de chips del mundo, busca expandir su presencia internacional con la apertura de su primera fábrica en Japón, un movimiento que contribuye a diversificar las cadenas globales de suministro de productos tecnológicos.
La firma con sede en la ciudad taiwanesa de Hsinchu inaugurará este sábado su primera planta en la prefectura de Kumamoto (suroeste de Japón), a la que se sumará posteriormente una segunda fábrica en esta misma región.
“Creemos que estos proyectos tienen una enorme importancia en términos de futuras asociaciones industriales entre ambos países”, aseguró este lunes el presidente electo y actual vicepresidente de Taiwán, William Lai (Lai Ching-te), durante un encuentro en Taipéi con los legisladores japoneses Tsuneo Kitamura e Iwao Horii.
Liderazgo en el sector
Según estimaciones de la consultora TrendForce, Taiwán controla actualmente el 68% del mercado global de chips avanzados aquellos que emplean nodos de 16 nanómetros o más pequeños, superando ampliamente a países como Estados Unidos (12.2%), Corea del Sur (11.5%) o China (8%).
El máximo exponente de este dominio es TSMC, el buque insignia de la economía taiwanesa, que facturó alrededor de 69.670 millones de dólares en 2023, el equivalente al 60% de la industria manufacturera de semiconductores a escala mundial.
Consolidado su liderazgo en este mercado, y con perspectivas más optimistas dentro del sector, TSMC ahora trata de expandir su posición internacional con la apertura de su primera fábrica en Japón, la cuarta de la compañía en el extranjero, después de las plantas de Shanghái y Nanjing (China) y del estado de Washington (Estados Unidos).
La primera planta de Kumamoto, que producirá obleas mediante tecnologías de 12, 16, 22 y 28 nanómetros, operará bajo un conglomerado denominado Japan Advanced Semiconductor Manufacturing (JASM), controlado mayoritariamente por TSMC (86.5%) y con participación de Sony (6%), Denso (5.5%) y Toyota (2%).
Esta firma también se ocupará de gestionar la segunda planta de TSMC en Kumamoto, que estará operativa a finales de 2027: se prevé que la inversión total de JASM en las dos fábricas supere los 20.000 millones de dólares estadounidenses (18.474 millones de euros), beneficiándose del “fuerte apoyo” proporcionado por el Gobierno japonés.
Los responsables de TSMC confían en alcanzar una producción de 100.000 obleas de doce pulgadas al mes entre estas dos plantas, a partir de tecnologías de 40, 22/28, 12/16 y 6/7 nanómetros, según un reciente comunicado de la compañía.
Diversificación de las cadenas de suministro
La apertura de esta primera fábrica en Japón se enmarca en una estrategia más amplia de expansión global de TSMC: la firma taiwanesa prevé arrancar la producción en su planta de Arizona, dedicada a nodos de 3 y 4 nanómetros, durante la primera mitad de 2025, al tiempo que continúa la construcción de otra fábrica en la ciudad alemana de Dresde.
La radicación de TSMC en Japón, Estados Unidos y Alemania coincide con la necesidad de las empresas tecnológicas de diversificar las cadenas globales de suministro y reducir riesgos empresariales, especialmente a raíz de las tensiones entre Taiwán y China y de la pugna comercial entre Washington y Pekín.
De hecho, TrendForce prevé una contracción de la cuota de mercado de Taiwán y China en el campo de los chips avanzados, pasando del 68 y del 8% en 2023 al 60 y al 6%, respectivamente, en 2027; mientras que la participación de Estados Unidos subirá del 12,2 al 17% y la de Corea del Sur se incrementará del 11.5 al 13% en el mismo período.
En cualquier caso, TSMC ha manifestado de forma reiterada su voluntad de permanecer en Taiwán, en donde planea concentrar la producción de chips de 2 nanómetros, los más avanzados en la actualidad.
EFE jacb/lcl/ltm
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