Le Bourget, Francia, (EFE).- La empresa californiana Wisk, adquirida este año por el gigante estadounidense Boeing, quiere ser la pionera en sacar al mercado el primer avión autónomo, sin piloto, y con propulsión eléctrica antes de que termine esta década.
- El consejero delegado de Wisk, Brian Yutko, presentó en el Salón Aeronáutico de Le Bourget, al norte de París, la sexta generación del proyecto de aero-taxi en el que trabaja esta empresa emergente surgida en 2010 que tiene ahora en plantilla a 700 personas.
"Despega como un helicóptero, vuela como un avión y aterriza como un helicóptero", ha explicado Yutko a la prensa en la primera jornada de la mayor feria mundial del sector, que se celebra esta semana en el que fue el primer aeropuerto de la capital francesa.
Uno de los elementos más sorprendentes de la aeronave, más allá del motor eléctrico alimentado con unas baterías que le dotan de una autonomía unos 160 kilómetros y que se pueden recargar en 15 minutos, es que no hay ningún comando de pilotaje porque no hay puesto de piloto.
En el interior de la cabina hay cuatro plazas de pasajeros y la supervisión del vuelo se realiza únicamente desde una estación en tierra. De hecho, está previsto que el supervisor, que estará en contacto con los controladores aéreos, pueda ocuparse simultáneamente de varios de estos aviones al mismo tiempo.
El avión está equipado con dos motores eléctricos, que al mismo tiempo activan las hélices que hay encima de las alas, con las que despega y aterriza verticalmente como un helicóptero, y le permiten circular a una velocidad de crucero de 200-220 kilómetros por hora.
"Esperamos empezar a operar durante esta década", subrayó el consejero delegado de esta nueva filial de Boeing, que está convencido de que su nuevo propietario le aportará el músculo financiero e industrial para sacar adelante el proyecto.
Yutko no se mostró particularmente preocupado por las posibles reticencias de los pasajeros a subirse a una aeronave sin piloto e hizo hincapié en que Wisk ofrece, para desplazamientos de varias decenas de kilómetros, una forma de transporte más rápida que el tren, pero al mismo tiempo mucho más ecológica que los helicópteros convencionales. EFE ac/rcf/mpca