Redacción América, (EFE).- Tras 25 años de negociaciones intermitentes, la Unión Europea y el Mercosur han logrado superar las barreras que mantenían estancado su acuerdo de libre comercio. El histórico tratado, anunciado en la Cumbre del Mercosur en Montevideo, marca un antes y un después en las relaciones entre ambas regiones, y configura un mercado unificado de casi 800 millones de personas, con nuevos desafíos para su implementación.
La UE y Mercosur -formado por Argentina, Brasil, Paraguay, Uruguay y Bolivia, en proceso final de ingreso- comenzaron a estrechar vínculos en 1995 con el Acuerdo Marco Interregional de Cooperación, buscando integrar sus economías, política y cultura. Este acuerdo fue pionero por ser el primero entre uniones aduaneras.
El objetivo era establecer lazos sólidos antes de liberalizar el comercio mediante la armonización de normativas conforme a las reglas de la Organización Mundial de Comercio (OMC). Las negociaciones incluyeron política, cooperación y comercio, pero el capítulo agrícola generó mayores conflictos.
Inicio de las negociaciones
Las negociaciones para un acuerdo de libre comercio comenzaron formalmente en 2000 en Buenos Aires. Desde entonces, se han realizado casi treinta rondas de negociaciones, abordando la eliminación de aranceles y barreras comerciales.
La UE, históricamente el principal socio comercial del Mercosur, propuso eliminar aranceles al 90 % de las importaciones de la región en diez años. Mercosur, por su parte, ofreció un cronograma inicial más limitado para reducir aranceles.
Rondas destacadas
1. Primera ronda (2000): Buenos Aires marcó el inicio de los diálogos con acuerdos en cooperación, comercio y política.
2. Segunda ronda (2000): Bruselas trató el intercambio de datos y eliminación de obstáculos no arancelarios.
3. Sexta ronda (2001): El Mercosur presentó propuestas tarifarias para servicios, consolidando las bases de las negociaciones.
4. Décima ronda (2003): Asunción coincidió con la reforma agrícola de la UE, que abrió espacio para avanzar en negociaciones comerciales.
5. Duodécima ronda (2004): Buenos Aires registró progresos en cooperación, aunque el comercio seguía siendo un punto de tensión.
Estancamiento y reactivaciones
Desde 2004, las negociaciones han registrado numerosas pausas debido a diferencias en el acceso a mercados agrícolas, servicios y manufacturas. Mercosur exigía mayor apertura del mercado agrícola europeo, mientras que la UE buscaba oportunidades en servicios y finanzas en Sudamérica. Los intentos de reactivar las negociaciones en 2005 y 2006 coincidieron con cumbres birregionales, pero sin resultados concretos.
En 2010 se plantearon nuevos calendarios de trabajo y, en 2017, se realizaron avances sustanciales en áreas como automóviles y lácteos. Sin embargo, persistieron las diferencias en productos agrícolas e industriales.
Acuerdo final y bloqueos
En 2019, tras casi veinte años de negociaciones, ambas partes lograron un acuerdo en Buenos Aires. Este abarcaba un mercado de casi 800 millones de personas y era considerado uno de los más ambiciosos. No obstante, la ratificación se vio bloqueada después debido a vetos de países como Francia e Irlanda, que demandaban garantías ambientales y cumplimiento de estándares europeos.
En 2023, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, declaró que esperaba concluir el acuerdo antes de final de año. Sin embargo, durante la cumbre de São Paulo, el presidente de Francia, Emmanuel Macron, reafirmó su oposición por motivos ambientales y regulatorios.
Y durante la mayor parte de este 2024, el rechazo político en Francia e Irlanda siguió consolidando el estancamiento de un tratado sobre el que finalmente se ha llegado a un acuerdo en el marco de la Cumbre del Mercosur celebrada este 6 de diciembre en Montevideo.
El tratado UE-Mercosur representa una oportunidad significativa para ambas regiones en términos comerciales y políticos. Superados los desacuerdos en áreas clave como agricultura, medio ambiente y acceso a mercados, ahora el desafío radica en su implementación.
EFE doc-mf/lnm