Los fenómenos climáticos extremos están remodelando el panorama logístico global a un ritmo sin precedentes, ya que durante el 2024, desastres como huracanes, sequías, inundaciones y olas de calor han causado interrupciones severas en las cadenas de suministro, desafiando la infraestructura y las operaciones logísticas de forma transversal.
Estos eventos no solo afectan los flujos de transporte terrestre, marítimo y aéreo, sino que también impactan sectores clave como el comercio internacional, la producción industrial y la distribución de bienes esenciales.
Particularmente en regiones como América Latina y el norte de México, estos desafíos adquieren mayor relevancia debido a su papel estratégico en la logística global, la vulnerabilidad de los puertos, carreteras y sistemas de transporte frente a fenómenos climáticos obliga a las empresas a adoptar nuevas estrategias y tecnologías para garantizar la resiliencia de sus operaciones.
Impacto de los fenómenos climáticos en la logística global
La frecuencia e intensidad de desastres naturales como huracanes, incendios forestales y olas de calor han aumentado drásticamente en la última década. Según el Global Risks Report 2023 del Foro Económico Mundial, los eventos climáticos extremos afectan directamente la competitividad y eficiencia de las industrias logísticas, interrumpiendo las operaciones en tierra, aire y mar.
- Un ejemplo reciente es el huracán Milton, que en octubre de 2024 causó estragos en los estados del sur de Estados Unidos.
Port Tampa Bay, un punto clave para el comercio internacional, debió cerrar temporalmente, impactando el transporte de bienes esenciales hacia América Latina, Europa y Asia. Los daños causados en la infraestructura portuaria y vial generaron retrasos considerables en las entregas, afectando tanto a empresas como a consumidores.
Infraestructuras portuarias bajo amenaza
Más del 90% del comercio mundial depende del transporte marítimo, lo que lo convierte en uno de los sectores más vulnerables a fenómenos como tifones y huracanes.
El puerto de Shanghái, crucial para la exportación de productos electrónicos y textiles, sufrió interrupciones severas debido a los tifones Bebinca y Pulasan en 2024. Estas tormentas no solo retrasaron envíos, sino que también afectaron cadenas de suministro globales en sectores clave.
En América Latina, la sequía extrema en ríos como el Paraná y el Paraguay dificultó el transporte de productos agrícolas como la soja y el maíz, afectando la competitividad de exportadores en países como Argentina y Brasil.
El norte de México enfrenta los retos logísticos del cambio climático
El norte de México, una región clave para la logística y el comercio internacional, enfrenta desafíos significativos debido a fenómenos climáticos extremos, eventos como huracanes, sequías e inundaciones han interrumpido las cadenas de suministro, afectando el transporte terrestre y marítimo.
- Por ejemplo, en 2010, el huracán Alex provocó lluvias intensas que dañaron infraestructuras y alteraron rutas logísticas en estados como Nuevo León y Tamaulipas.
Además, las sequías recurrentes en la región han reducido los niveles de agua en ríos y presas, limitando la navegación y el transporte de mercancías, estas condiciones climáticas adversas obligan a las empresas en:
- Adaptar sus operaciones
- Diversificar rutas
- Adoptar tecnologías de monitoreo climático
Para mitigar riesgos y garantizar la continuidad de las operaciones logísticas.
El transporte terrestre frente al calor extremo
Las altas temperaturas también están dejando su huella en las rutas terrestres, carreteras deformadas por el calor extremo y pavimentos agrietados obligaron a las empresas de logística a desviar rutas, incrementando costes y retrasos.
Este fenómeno se ha vuelto más común, especialmente en regiones con climas extremos como Arabia Saudita o Siberia.
Las condiciones climáticas extremas están superando los estándares tradicionales de diseño de infraestructuras, aumentando los desafíos para operadores logísticos.
Tecnologías y estrategias para mitigar el impacto climático
Frente a estas disrupciones, las empresas están adoptando tecnologías avanzadas para gestionar riesgos climáticos. Los puertos de Rotterdam y Hamburgo, por ejemplo, utilizan sistemas de monitoreo para prever tormentas y ajustar operaciones en tiempo real.
Además, muchas compañías están diversificando sus rutas de transporte y optimizando procesos logísticos mediante inteligencia artificial y análisis predictivo.
El cambio climático está redefiniendo las reglas del juego en la logística global. Las empresas deben prepararse para enfrentar interrupciones impredecibles adoptando tecnologías innovadoras y estrategias ágiles. La capacidad de adaptación será esencial para garantizar la continuidad de las cadenas de suministro en un entorno cada vez más desafiante.
La industria logística tiene ante sí no solo un desafío, sino también una oportunidad: liderar la transición hacia operaciones más resilientes y sostenibles, capaces de enfrentar un futuro incierto.
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