Bruselas, (EFE).- La Comisión Europea (CE) adoptó recientemente el reglamento con la imposición de aranceles de hasta el 35,3 % a la importación de vehículos eléctricos procedentes de China, con la intención de que entren en vigor entre este miércoles y el jueves, en función de cuándo se publiquen en el Diario Oficial de la Unión Europea.
El Ejecutivo comunitario aplicará un arancel del 35,3 % al fabricante chino SAIC; del 18,8 % a Geely y del 17 % a BYD, durante un máximo de cinco años, según confirmó en un comunicado.
La medida también afectará a las empresas occidentales que producen en China, como por ejemplo la estadounidense Tesla, a quien se aplicará un arancel del 7,8 %, mientras que a otras que han cooperado con la Comisión en la investigación que ha llevado a cabo antes de aprobar los aranceles se les impondrá una tasa del 20,7 %.
"Celebramos la competencia, incluso en el sector de los vehículos eléctricos, pero debe estar sustentada en la justicia y la igualdad de condiciones", dijo el vicepresidente de la Comisión Europea y responsable de Comercio, Valdis Dombrovskis.
Bruselas sigue adelante con su decisión porque considera que, pese a la división que genera entre los 27, recibió el apoyo suficiente en la votación que los gobiernos de la Unión Europea (UE) celebraron a principios de octubre.
En esa votación, cinco países se opusieron a la aplicación de los aranceles (entre ellos Alemania), diez los apoyaron y doce se abstuvieron (España fue uno de ellos).
Mientras la UE está a la espera de aprobar la medida, han seguido los contactos políticos de alto nivel entre la Comisión y el Gobierno chino, así como otras reuniones técnicas para tratar de encontrar una solución.
Dombrovskis y el ministro de Comercio de China, Wang Wentao, mantuvieron una conversación por videoconferencia el viernes pasado en la que acordaron seguir negociando un posible aumento de los precios de las exportaciones de vehículos eléctricos a la UE.
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Fuentes comunitarias apuntaron hoy a la posibilidad de que las autoridades europeas viajen a China "cuando el momento sea oportuno" para seguir las conversaciones.
Bruselas, no obstante, quiere negociar al mismo tiempo el precio mínimo de exportación con cada una de las empresas individualmente, no hacerlo únicamente con la intermediación de las autoridades chinas y asegura que Pekín no permite el contacto directo con las compañías.
La Comisión ha asegurado que suspendería los aranceles en caso de llegar a un pacto con China durante los próximos cinco años, pero no los cancelaría, para ganar tiempo y volverlos a aplicar si Pekín incumpliese ese hipotético acuerdo, sin necesidad de volver a pedir el visto bueno de los Veintisiete.
La tensión comercial entre la UE y China ha aumentado en las últimas semanas. Bruselas ha impugnado ante la Organización Mundial del Comercio (OMC) la investigación que Pekín ha iniciado contra las importaciones europeas de brandy, en respuesta a los aranceles que ha anunciado la Comisión.
También ha abierto otra sobre la importación de productos de carne de cerdo desde el bloque comunitario y de los lácteos, que el Ejecutivo comunitario también quiere denunciar ante la OMC.
La UE aprobará los aranceles a menos de una semana de las elecciones en Estados Unidos, cuyo resultado afectará a la disputa geopolítica entre Washington y Pekín, y que obligará a los 27 a reflexionar sobre cómo quieren posicionarse en esa batalla.
EFE drs/cat/may