Luego de que Rusia iniciara ataques militares en diferentes puntos de Ucrania, los precios del trigo, maíz y soya subieron al máximo permitido por la bolsa de Chicago, representando un riesgo creciente a la fuente vital de suministro mundial de cereales.
El alza de más de 5% en las cotizaciones a futuro llevó al bloqueo de sus límites de negociación, aumentando la preocupación de una aceleración de la inflación alimentaria mundial.
La producción de trigo de Ucrania y Rusia representa más de una cuarta parte del comercio mundial, una quinta parte de las ventas de maíz y el 80% de las exportaciones de aceite de girasol.
Aunque las operaciones comerciales marítimas continúan en los puertos del Mar Negro, desde Moscú ya han suspendido la navegación en el mar de Azov, desde donde se exporta una pequeña parte de las cosechas ucranianas.
Los principales mercados importadores de estas cosechas para materia prima se encuentran en estado de vulnerabilidad, ya que Ucrania y Rusia son la fuente de abastecimiento a un amplio número de países que van desde Asia hasta Oriente Medio y África.
Hoy jueves, los mercados prestan especial atención a las licitaciones de trigo que realizará el principal importador, Egipto, que hasta la semana pasada contaba con un gran número de ofertas de suministro a través del Mar Negro. Ahora, el panorama de participación no está claro.
Conflicto Rusia - Ucrania sólo suma presión a ya una golpeada cadena de suministro
El suministro de cereales como la soya ya venía en riesgo por la fuerte sequía en Sudamérica, haciendo que los futuros alcanzaran su máximo puntaje en nueve años.
La escasez de mano de obra ha reducido la producción de aceite de palma en Malasia, utilizado en miles de productos, desde galletas hasta champú, encareciéndolo hasta niveles récords.
Estas disrupciones afectan los precios al consumidor final, ya que la producción de un amplio rango de productos, desde la pasta hasta el chocolate, es más cara.
Esto se suma a que el costo mundial de los alimentos alcanzó un punto récord en enero, según cálculos de Naciones Unidas. También hay que considerar el aumento en el costo de fertilizantes, que agravan las perspectivas de inflación.
Tras las sanciones de Estados Unidos a Bielorrusia, el mercado sufre las consecuencias de la reducción de los suministros de potasa, que puede ser empeorado por cualquier reducción de las exportaciones de nutrientes para los cultivos procedentes de Rusia.
La reducción del uso de estos minerales por parte de los agricultores puede provocar un menor rendimiento de las cosechas, lo que aumentaría la preocupación por el suministro.
La realidad es que de continuar el conflicto, los precios pueden subir aún más, afectando inevitablemente las cadenas de producción y suministro a nivel mundial, antes de que alguna corrección impulsada por acciones de los entes mundiales pueda frenarla.
Con información de Bloomberg.
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