Los envíos de teléfonos inteligentes y tabletas seguirán estables en los próximos años, mientras que los aparatos inteligentes verán un fuerte crecimiento, según la firma global de inteligencia tecnológica ABI Research.
Si bien el crecimiento de los envíos sigue siendo mixto, los principales proveedores de electrónica de consumo están haciendo cambios significativos en sus cadenas de suministro.
Se espera que ambos apartados marquen un 34.9% CAGR a 2030, de acuerdo con el reporte.
"Las compañías de electrónica consumidoras están replanteándose su base de suministro y cómo entregan productos a los consumidores”, detalló Ryan Wiggin, analista senior de la firma que realizó el reporte.
Wiggin indicó que los proveedores están aplicando nuevas tecnologías para cumplir las normas sobre la circularidad de los productos.
“La fuerte dependencia de la fabricación en China ha obligado a empresas como Apple y Samsung a diversificarse, con una creciente inversión en Vietnam e India”, añadió.
A medida que las empresas también desarrollan y amplían su presencia en nuevos mercados, muchas están centrando sus esfuerzos en sus ofertas de comercio electrónico para apoyar modelos directos a los consumidores.
Al mismo tiempo propician el crecimiento significativo del comercio minorista en línea en el sector de la electrónica de consumo.
Ese sector tiene uno de los niveles de penetración minorista en línea más altos en comparación con otros segmentos.
Enfoques estratégicos en la circularidad
Para varias economías avanzadas, se espera que las ventas realizadas en línea para la electrónica de consumo como porcentaje de las ventas globales superen el 50% en 2030.
Además, algunos países como Estados Unidos, Reino Unido, Corea del Sur y China, superarán este nivel en los próximos tres años.
El reporte destacó que los países y regiones que persiguen una economía más circular tiene como enfoque primario estrategias donde el potencial de circularidad es alto en los sectores que utilizan más recursos.
La electrónica de consumo, las TIC y las baterías entran directamente en esa categoría.
Eso pone a las marcas de electrónica de consumo bajo el foco de atención de las autoridades regionales.
Esas economías están realizan un seguimiento más puntual de activos que garanticen el aprovechamiento de la logística inversa para mejorar el suministro de productos.
De esa forma maximizan la rentabilidad, apuntó Wiggin.
Logística inversa y economía circular
La logística inversa y la economía circular están redefiniendo la sostenibilidad en las empresas.
Son actualmente pilares de la gestión responsable de recursos.
Ambas áreas están intrínsecamente relacionadas y son fundamentales para minimizar el impacto ambiental de los productos y materiales.
La logística inversa se refiere al proceso de gestión de la cadena de suministro en sentido contrario, desde el consumidor final hasta el productor o un centro de reciclaje.
Su objetivo es recuperar y valorizar materiales, componentes o productos que ya no se utilizan, minimizando así su impacto ambiental.
En tanto, la economía circular busca un cambio de paradigma en el modelo económico tradicional, basado en la extracción, producción, uso y desecho de bienes.
Es un sistema que propone que los recursos se mantengan en uso el mayor tiempo posible, fomentando la reutilización, la reparación y el reciclaje.
Esfuerzos mundiales para elaborar planes conjuntos
Desde hace un tiempo, economías avanzadas trabajan en equipo para impulsar dichas prácticas.
La Unión Europea y China acordaron recientemente una "hoja de ruta conjunta" para reforzar la cooperación entre ambos bloques en materia de economía circular.
Según el documento de la Comisión Europea, las acciones se centrarán “en los plásticos, pero también las cadenas de valor de las baterías y la remanufactura".
La discusión y el debate en torno a la circularidad casi se han triplicado en los últimos cinco años pero eso no ha resultado en una disminución en el uso de material virgen.
Así lo detalló un informe global sobre la brecha en la circularidad 2024 elaborado al alimón por Deloitte y Circle Economy Foundation.