La tensión comercial entre China y Estados Unidos abre una ventana de oportunidad para fortalecer el papel de México como socio estratégico para la competitividad de la industria automotriz de Norteamérica, en medio del proceso de la revisión del T-MEC.
Detrás de la oportunidad se esconde un riesgo estructural: la vulnerabilidad de las cadenas de suministro locales frente a la extorsión y el robo de al transporte de carga.
La coyuntura geopolítica ofrece posibilidades inéditas. Estados Unidos busca relocalizar parte de su manufactura —que hoy representa apenas 11% de su PIB— con la ambiciosa meta de acercarla al 50%.
En ese escenario, México resulta indispensable para apuntalar cadenas de suministro más resilientes y cercanas al mercado estadounidense. Sin embargo, la capacidad de aprovechar este impulso dependerá de la seguridad de la proveeduría local y de la confianza que se genere en la operación logística, según planteó José Sevilla Macip, Analista de Investigación Senior en S&P Global Market Intelligence.
Durante su participación en el XXIII Congreso Internacional de la Industria Automotriz en México (CIIAM), planteó que México puede capitalizar la relocalización industrial en América del Norte, pero requiere seguir avanzando en el combate a la actividad criminal si es que no quiere perder atractivo frente a competidores asiáticos.
Estados Unidos necesita de México en la manufactura
El trasfondo geopolítico no deja dudas. Estados Unidos busca incrementar el peso de la manufactura en su economía: hoy representa apenas 11% de su PIB y el objetivo es acercarla al 50%. Es una meta irrealizable sin la colaboración de México.
El especialista de S&P Global Market Intelligence destacó que las cadenas de valor norteamericanas se verán sacudidas por los aranceles y disputas comerciales entre Washington y Pekín.
“Eso representa una oportunidad para México”, apuntó. En la práctica, cualquier intento estadounidense por robustecer su producción dependerá de exportaciones mexicanas, especialmente en sectores estratégicos como el automotriz.
Alianzas reconfiguradas: México se alinea a Washington
En este proceso, las grandes economías están reevaluando sus alianzas. Pese a que China se ha convertido en socio clave para buena parte del mundo, pocos países están dispuestos a renunciar al mercado estadounidense.
México no es la excepción. La reciente iniciativa del Ejecutivo federal de imponer aranceles de hasta 50% a más de 1,400 fracciones arancelarias de productos provenientes de países sin acuerdo comercial con México, es señal de alineación a los intereses del vecino país.
El decreto arancelario de México no es sino intentar alinearse con la línea de política arancelaria de Estados Unidos
josé Sevilla Macip, analista de Investigación Senior en S&P Global Market Intelligence
Este movimiento reafirma que el país seguirá privilegiando la relación con su principal socio comercial. A su vez, la revisión del T-MEC en 2026 aparece como un punto de inflexión que reforzará las reglas de origen y estimulará la relocalización de cadenas de suministro en América del Norte.
El desafío interno: seguridad y proveeduría local
El foco de preocupación planteado por Sevilla-Macip fue contundente: la actividad criminal se mantiene como un obstáculo severo para el desarrollo de proveedores locales en la industria automotriz.
Aunque reconoció un cambio en la estrategia de combate al crimen organizado, subrayó que la dinámica delictiva sigue siendo nociva para el ambiente de negocios. “La extorsión costará mucho al momento de desarrollar la proveeduría local”, advirtió.
Según el experto los riesgos para la cadena de suministro se dividen en dos grandes frentes:
- Extorsión, que no solo implica pagos ilegales para evitar daños a la propiedad o al personal, sino también presiones para contratar proveedores vinculados a grupos criminales o utilizar combustibles de procedencia ilícita.
- Robo de carga, un delito que eleva costos logísticos y erosiona la confianza de armadoras y proveedores internacionales.
“Si la industria quiere desarrollar una proveeduría local, tendrán que implementarse mecanismos de compliance muy estrictos para asegurarse de que la cadena de proveeduría no esté expuesta a la infiltración de grupos criminales”, explicó.
La advertencia es relevante: sin seguridad, los proyectos de inversión para ampliar la red de proveedores mexicanos podrían estancarse justo en el momento en que la ventana de oportunidad del nearshoring se abre más.
El T-MEC no se rompe, pero exige ajustes
Pese a la incertidumbre política y judicial que ha acompañado al país en los últimos años, Sevilla-Macip aseguró que el escenario base de S&P Global Market es que el T-MEC se mantendrá.
“Nosotros no esperamos que el T-MEC se vaya a desarticular. Es un tercer escenario que sería dramático. Nuestro escenario base es que el T-MEC se mantendrá. No solo eso, sino que México se va a mantener como el principal socio comercial de Estados Unidos en lo que resta de la década”, puntualizó.
El alineamiento de México con las prioridades de Washington en seguridad y combate al crimen organizado refuerza esa visión. Para la industria automotriz, esto implica operar en un marco con reglas de origen más estrictas, lo que puede derivar en mayores incentivos para relocalizar proveedores en la región.
Exportaciones coincidentes: la oportunidad frente a China
Como parte del análisis, Sevilla-Macip reveló que existen 3,586 productos que México y China coinciden en exportar a Estados Unidos, con un valor de 432,000 millones de dólares en el caso de las ventas chinas. Este universo representa la dimensión de la oportunidad para el sector exportador mexicano
“Ese es el tamaño de las oportunidades que tiene el sector exportador mexicano frente a sí”, afirmó.
En el sector automotriz, el universo es más acotado: 73 productos bajo el código del Sistema Armonizado, que agrupa vehículos y autopartes. Aun así, representan un nicho de oportunidad para que México sustituya importaciones chinas en el mercado estadounidense si la tensión comercial entre Washington y Pekín se mantiene.
Vietnam: el competidor más dinámico
El escenario, sin embargo, no está libre de rivales. México hoy enfrenta una competencia creciente de otros actores del sudeste asiático, la región ASEAN.
Los países de esta región muestran un mayor dinamismo en su índice de oportunidad estratégica tras las sanciones comerciales de Estados Unidos a China, lo que también juega en contra de México porque a pesar de la distancia, resultan ser más atractivos.
Vietnam es el caso más emblemático. Sus exportaciones a Estados Unidos crecieron 42% en la primera mitad de 2025, frente al 6% de México.
El déficit relativo de Estados Unidos con Vietnam es casi de 1,000% y con México es 20 veces menor, según el presidente ejecutivo de la INA, Francisco González. Comparado con ese país, la relación con México es mucho más equilibrada.
Una región de producción compartida
Parte de la nueva política comercial de Estados Unidos está basada en su interés por reducir el déficit comercial que tiene con distintos países. En el caso de México, se argumenta un déficit superior a 100,000 millones de dólares cuando en realidad se puede decir que es casi siete veces menor.
“Si tomamos en cuenta el valor que ambos países aportamos el déficit real se reduce a 19,000 millones”, mencionó el líder industrial al resaltar que entre ambos países se producen más de 15 millones de vehículos y 460,000 millones de dólares en autopartes al año.
El 74% de los insumos de los vehículos manufacturados en México proviene de Estados Unidos, en contraste, menos de 5% de las autopartes del país dependen de naciones asiáticas sin acuerdo comercial. “México no solo comercian, producen juntos”.
No renegociación, sí revisión
En la visión de González, estos números son suficiente argumento para insistir en que en 2026 se debe hablar de revisión del T-MEC, no de renegociación y de reforzar aquellas áreas en las que México depende de insumos externos.
Para ello será clave avanzar en la integración de más Pequeñas y Medianas Empresas en la cadena de valor de la industria automotriz de Norteamérica, así como avanzar en el desarrollo de talento altamente especializado capaz de enfrentar los retos tecnológicos, comerciales y geopolíticos del futuro.
“La industria automotriz representa el 22% del comercio total del T-MEC… Es importante que veamos cómo trabajaremos para lograr que efectivamente se trate de una revisión y no una renegociación”, agregó en su oportunidad Alejandro Malagón, presidente de la Concamin.
Revisión libre de aranceles
El crecimiento experimentado por la industria en la región de Norteamérica a lo largo de 30 años se debe, en gran parte, al trato preferencial y la integración alcanzada a partir del TLCAN y después T-MEC.
“Ponerle freno a esto lo que hará es debilitar a la región, no solo a México… El panorama se ve complejo”, señaló en su oportunidad el presidente ejecutivo de la AMIA, Rogelio Garza, quien vaticinó que Estados Unidos querrá modificar la regla de origen con la intensión de frenar la presencia de los componentes de origen asiático en los coches manufacturados en México.

Sin embargo, enfatizó que lo que no se puede aceptar es que la revisión se lleve a cabo admitiendo la permanencia del arancel de 25% que, desde abril, pesa sobre los vehículos ligeros en México:
“Tenemos que ser capaces de arrancar de cero, no podemos arrancar de que tenemos ese arancel… El T-MEC es free-trade. Hay que pelearlo de la mano de Economía y mis contrapartes en Estados Unidos y Canadá”, enfatizó.
Producción sigue firme… de momento
Malagón, de la Concamin, recordó que partir de este 1 de octubre la industria de camiones pesados enfrenta un arancel de 25%; sin embargo, están a la espera de conocer el proceso que seguirá esta imposición de parte del gobierno de Estados Unidos.
El transporte pesado manufacturado en el país tiene una integración de contenido estadounidense y de contenido nacional que ronda entre 60 y 65%, por lo que, dijo, el impuesto aplicaría solo a la parte que no cubre la regla de origen. Es ahí en donde se encuentra una oportunidad para la atracción de inversiones para fabricar los insumos que no se producen en México.
En entrevista posterior a su participación en el evento de la INA, reconoció que existe en la industria hay mucha tensión debido a los aranceles, sin embargo, de momento no hay visos de que alguna empresa tenga planes de trasladar su producción de México a Estados Unidos.
“No podemos permitir es que se muevan las operaciones a otro lado. Tenemos que convencer que México, más Estados Unidos más Canadá, podemos aglutinar una verdadera fortaleza económica que haga la diferencia contra el mundo”, señaló previamente.