El transporte se mantiene como el eslabón más crítico de la cadena de suministro en México. Con el crecimiento del comercio electrónico, la presión sobre el autotransporte y la necesidad de eficiencia en múltiples sectores, los desafíos se multiplican: desde la seguridad y la escasez de operadores hasta la urgencia de acelerar la transición hacia energías limpias.
Alejandro Echeverri, líder de Transporte en DHL Supply Chain México, señala que cada sector enfrenta retos particulares que obligan a la logística a ajustarse constantemente.
En farma, por ejemplo, la prioridad es la trazabilidad en la cadena de frío; en consumo, la eficiencia de costos para mantener competitividad; mientras que en tecnología, la dificultad está en asegurar una distribución nacional con altos estándares de seguridad.
Retos principales: seguridad, infraestructura y capital humano
La inseguridad en carreteras continúa siendo uno de los mayores riesgos para el transporte. A esto se suma la falta de operadores calificados, que se ha intensificado en los últimos años.
De acuerdo con el experto, atender las condiciones laborales y de descanso es clave para retener talento y garantizar la continuidad operativa.

La brecha de infraestructura también pesa en la competitividad. Aunque México cuenta con un sólido sistema carretero, las limitaciones en conectividad, paraderos seguros y centros logísticos de última milla todavía frenan el desarrollo de soluciones más ágiles y resilientes.
Soluciones tecnológicas en marcha
La digitalización se ha convertido en un aliado indispensable. El uso de torres de control interconectadas, inteligencia artificial para análisis predictivo de demanda, robots de software para automatizar procesos repetitivos y sensores para monitoreo en tiempo real de la cadena de frío son algunas de las tecnologías que ya forman parte de la operación cotidiana.
“El objetivo no es reemplazar al humano, sino liberar tiempo de los equipos para que puedan enfocarse en la toma de decisiones críticas”,
explica Echeverri.
De esta forma, los procesos mecánicos se delegan a sistemas automatizados, mientras que la estrategia permanece en manos del capital humano.
Transporte sustentable: la ruta hacia energías limpias
La descarbonización se perfila como un cambio disruptivo en los próximos años. El uso de vehículos eléctricos, unidades a gas natural y pruebas con tractocamiones eléctricos ya está en marcha en México, aunque la falta de infraestructura limita su despliegue a ciertas zonas metropolitanas.
“Cualquier solución logística que se diseñe hoy debe incluir de manera preferente una opción verde”, apunta el especialista, señalando que las cadenas de suministro deben comenzar a migrar hacia modelos más limpios por estrategia, no solo por regulación.
El futuro: resiliencia y evolución del operador
Además de la transición energética, el perfil del operador también está cambiando. Las nuevas generaciones muestran mayor afinidad con la tecnología y prefieren condiciones laborales más seguras y cómodas.
Esto impulsa a las empresas a crear espacios dignos de descanso, reducir tiempos de carga y descarga y ofrecer programas de capacitación continua.
En el mediano plazo, la combinación de tecnología, energías limpias y cuidado del talento humano marcará la diferencia en la capacidad del transporte mexicano para seguir sosteniendo la competitividad del país.