Los vehículos de carga en México arrancarán este 2025 con la implementación de la NOM-044-SEMARNAT-2017 que exige las tecnologías Euro V y EPA 07. El objetivo es reducir las emisiones de gases que contribuyan al cambio climático y emparejar la normativa con los compromisos climáticos a nivel mundial.
- De acuerdo con estimaciones del Banco Mundial, el transporte nacional e internacional aporta el 10% de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero (GEI). Se estima que podrían aumentar hasta un 60% para 2050 si no se les pone freno, derivado del crecimiento de las poblaciones y la necesidad de movilidad.
Sin embargo, uno de los principales retos identificados por el sector de transporte de carga y reclamados al gobierno federal es el desabasto y distribución desigual de Diésel Ultra Bajo Azufre (DUBA), mismo que se necesita para la implementación de las nuevas tecnologías.
La Asociación Mexicana de Distribuidores de Automotores (AMDA) afirma que no es viable tener una tecnología avanzada cuando no hay el diésel necesario y si se usa de otro tipo, los motores podrían sufrir alteraciones y no cumplir con el objetivo de ser menos contaminantes.
Diésel Ultra Bajo Azufre
El azufre es un componente natural del petróleo crudo, por lo tanto se encuentra tanto en la gasolina como el diésel. Cuando estos combustibles son quemados, el azufre se emite como bióxido de azufre (SO2) o como partículas de sulfatos.
Entonces, de acuerdo con el International Council on Clean Transpotation, cualquier reducción en el contenido de azufre en los combustibles disminuye también las emisiones de estos compuestos y cuando ese contenido disminuye más allá de cierto punto, el beneficio aumenta hasta una disminución importante de las emisiones totales de contaminantes.
El Diésel Ultra Bajo Azufre (DUBA, por sus siglas en español) es un combustible fósil diseñado para cumplir con estándares estrictos de calidad ambiental, al contener un máximo de 15 partes por millón (ppm) de azufre.
- De acuerdo con la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA), el uso de este tipo de diésel en motores adecuados puede disminuir las emisiones de partículas un 90% y los óxidos de nitrógeno en un 20-50%.
La Unión Europea, por ejemplo, comenzó a exigir la reducción de azufre en el diésel en 1993 y a implementar los requerimientos modernos sobre este tipo de diésel a partir de 1999. Estados Unidos por su parte implementó de manera gradual los requisitos para vehículos en carretera en 2006 y para vehículos fuera de carretera, locomotoras y de combustible marino en 2007.
El DUBA es compatible con tecnologías avanzadas de motores diésel, como los sistemas de reducción catalítica selectiva (SCR), que dependen de combustibles con bajo contenido de azufre para funcionar de manera eficiente.
Ahora, en México el DUBA comenzó a introducirse de manera gradual a partir de 2008, a la par de las regulaciones internacionales cuyo objetivo es promover el uso de combustibles más limpios.
Producción e importación de DUBA en México
La Comisión Reguladora de Energía mexicana (CRE) publicó un comunicado avisando que a partir del 1° de enero de 2019 se debería suministrar diésel ultra bajo en azufre en todo el territorio nacional. Esto de acuerdo con la NOM-016-CRE, Especificaciones de calidad de los combustibles.
Sin embargo, esto no ha ocurrido de manera homogénea en todo el país, ni lo suficiente como para sostener el requerimiento de las nuevas tecnologías.
Actualmente la refinería Dos Bocas es la principal productora de DUBA y ha alcanzado una capacidad de 76,000 barriles diarios, representando aproximadamente el 60% de la producción nacional de este combustible. Otras refinerías como Madero, Minatitlán y Salamanca tienen proyectos para adaptar sus instalaciones y aumentar la producción de este tipo de diésel, pero aún no han alcanzado niveles significativos.
Por su parte, Pemex transforma aproximadamente el 10.93% del crudo procesado en DUBA pero el resto se convierte en otros productos como diésel regular.
Si bien no hay cifras exactas exclusivas de DUBA, las estimaciones apuntan a que aproximadamente el 72% del diésel consumido en el país es importado, principalmente de Estados Unidos.
En 2023 Pemex logró producir cerca del 30% del diésel que se requiere en el país pero la mayor parte de esa producción proviene de Deer Park, una refinería comprada por Pemex en Texas.
Las regiones norte y centro de México, concentran la mayor parte del consumo de combustibles debido a su actividad industrial, ya que cuentan con infraestructura relativamente sólida. Sin embargo, el sur del país sigue siendo un desafío logístico por la mejor densidad de infraestructura adecuada.
En este sentido, los principales retos para el acceso a este tipo de diésel en México son:
- Infraestructura insuficiente (red de almacenamiento y transporte sin desarrollo, terminales y ductos no adaptados para este combustible)
- Capacidades de refinación limitadas por parte de PEMEX. El país depende de importaciones, sobre todo de Estados Unidos
- Costos elevados, este tipo de diésel cuesta más que otros combustibles
- Falta de incentivos claros, económicos o fiscales para acelerar la transición
- Vehículos obsoletos debido a que la edad promedio del parque vehicular de transporte de carga en México es muy alta
Cómo calcular el peso del diésel en tu camión: Guía para transportistas ↗
Conocer y calcular el peso del diésel es esencial para los transportistas