En poco más de una década, el servicio ferroviario de carga entre China y Europa ha pasado de ser una idea ambiciosa a convertirse en una de las rutas logísticas más dinámicas del mundo. Desde el primer tren que partió de Chongqing en 2011, el crecimiento ha sido exponencial: tomó 90 meses alcanzar los primeros 10,000 viajes, pero solo seis meses para pasar de 100,000 a 110,000. Este ritmo acelerado refleja no solo una mayor demanda, sino también una evolución significativa en infraestructura, coordinación internacional y eficiencia operativa.
Cargan de todo
El 110,000º tren partió el 10 de junio de 2025 desde la estación Jiaozhou en Qingdao, Shandong, con destino a Moscú, cargado con pantallas electrónicas y electrodomésticos. Con este envío, el valor total de los bienes transportados por este servicio superó los 450,000 millones de dólares (mdd). La diversidad de la carga es notable: desde maquinaria pesada hasta libros escolares, lo que demuestra la flexibilidad del modelo y su capacidad para atender múltiples sectores industriales.
El desarrollo de esta red no ha estado exento de desafíos. En sus inicios, el servicio enfrentó limitaciones técnicas, baja capacidad de transporte y escasa visibilidad internacional. Sin embargo, gracias a mejoras en velocidad, estabilidad operativa y expansión de rutas, hoy conecta más de 229 ciudades en 26 países europeos y más de 100 ciudades en 11 países asiáticos, a través de tres corredores principales: occidental, central y oriental.
Puerto Digital, en marcha
Uno de los avances más significativos ha sido la implementación del sistema “Puerto Digital”, que permite despachos aduanales en cuestión de minutos. Un ejemplo ilustrativo ocurrió en julio de 2023, cuando una empresa coreana necesitaba enviar libros escolares a Uzbekistán. A pesar de un retraso de cuatro días en la llegada del barco a Lianyungang, China, las autoridades portuarias y aduaneras realizaron simulacros previos y lograron despachar el tren con 50 vagones en solo 20 horas, asegurando la entrega antes del inicio del ciclo escolar.
Este tipo de eficiencia logística representa una referencia valiosa para México, especialmente en el contexto del nearshoring y la necesidad de fortalecer corredores logísticos como el del Istmo de Tehuantepec o las rutas hacia Estados Unidos. México puede aprender de este modelo al pensar en corredores integrales, invertir en infraestructura intermodal, fomentar alianzas público-privadas para digitalizar procesos aduanales y diversificar la carga para incluir tanto grandes industrias como pymes exportadoras.
Este tipo de innovación puede ser una referencia para proyectos mexicanos como el Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec o la modernización de aduanas en la frontera norte.
El caso del tren China-Europa no es solo una historia de éxito logístico, sino una fuente de inspiración para México. En un entorno global donde la resiliencia y la agilidad en la cadena de suministro son más importantes que nunca, apostar por la conectividad, la eficiencia y la innovación es una estrategia que puede posicionar al país como un hub logístico clave en el continente americano.