En medio de los grandes cambios que vive el ecosistema logístico europeo, España está encontrando en el ferrocarril una vía poderosa para avanzar hacia un modelo más sostenible, eficiente y resiliente. Y no se trata solo de mover mercancías: hablamos de transformar la manera en que concebimos y desarrollamos los espacios logísticos.
La consultora Proequity, con una trayectoria sólida en el sector inmologístico, lo tiene claro: apostar por la conectividad ferroviaria ya no es una opción de futuro, sino una necesidad urgente. Ante las presiones del mercado para cumplir criterios ESG (medio ambiente, la responsabilidad social y la buena gobernanza) y con escasez de suelo industrial bien ubicado, integrar plataformas intermodales conectadas al tren puede marcar la diferencia.
Más que rieles: eficiencia, sostenibilidad y visión a largo plazo
España está invirtiendo más de 3,800 millones de euros en sus corredores ferroviarios Atlántico y Mediterráneo. Y los resultados ya se empiezan a ver. La nueva autopista ferroviaria Valencia–Madrid permite desplazar 10.000 camiones al año, evitando la emisión de 16,000 toneladas de CO₂. Es un ejemplo claro de cómo el ferrocarril puede aliviar la presión sobre las carreteras y mejorar la eficiencia operativa.
Otro proyecto que genera entusiasmo es la Terminal Intermodal de Guadalajara–Marchamalo, que entrará en operación este verano. Ubicada en el Corredor del Henares, uno de los polos logísticos más activos del país, esta terminal conectará mercancías con el Corredor Mediterráneo y dará vida a plataformas de última generación desarrolladas por Montepino y comercializadas por Proequity.
“El ferrocarril no es solo un medio más sostenible; es una palanca de competitividad que mejora los tiempos de tránsito, reduce la congestión en carreteras y atrae inversión a largo plazo hacia activos logísticos de nueva generación”, comenta David Martínez, director general de Proequity.
Los desafíos existen, pero también las soluciones
Desde Proequity se identifican tres grandes retos para integrar el ferrocarril en el desarrollo logístico:
- Falta de suelo junto a nodos ferroviarios: En zonas como Madrid o Valencia, el suelo escasea. La propuesta es clara: transformar suelo rústico en enclaves estratégicos, como ya se está haciendo en el Corredor del Henares.
- Coordinación entre instituciones: Para habilitar conexiones ferroviarias en nuevos proyectos, se necesita más diálogo entre administraciones locales, ADIF y entidades regionales. Proequity propone crear protocolos interinstitucionales específicos.
- Impulso público-privado: No basta con infraestructura física. Se requieren acuerdos con operadores, inversión en tecnología y modelos “llave en mano” que integren eficiencia energética y trazabilidad digital.
Una nueva forma de pensar la logística
La visión de Proequity es clara: la logística del futuro será más conectada, más tecnológica y más sostenible. Y el ferrocarril puede ser el hilo conductor que una todos esos elementos. No se trata solo de mover productos, sino de construir espacios que respondan a las necesidades del presente sin comprometer el futuro.