El robo a transportistas presentó un aumento del 7% a tasa anual durante los meses de marzo y abril de este año, es decir, durante los primeros meses de la crisis sanitaria provocada por el Covid-19.
De acuerdo con cifras de la Asociación Nacional de Empresas de Rastreo y Protección Vehicular (ANERPV), a finales de abril se registró un total de 324 robos a camiones pesados en toda la república mexicana.
De igual forma, durante este periodo se registraron 192 asaltos a vehículos de menos tonelaje utilizados en labores de reparto y distribución local. La asociación destacó que el Estado de México, Veracruz, Puebla y Guanajuato, son las entidades con el mayor porcentaje de hurtos.
Repunta el robo en los últimos dos meses
Previo a la pandemia, la ANERPV reportó un descenso en el índice de robo a transportistas en los primeros meses del año. Durante enero y febrero de 2020, los reportes de robos a transportistas se contabilizaron en 431, mientras que el índice de recuperación fue del 85% con un total de 31 personas detenidas.
“El inicio de 2020 tuvo una reducción de hasta el 50% comparado contra los meses más críticos del 2019”, señaló la asociación en un comunicado emitido a principios de marzo.
Nuevo modus operandi
En medio de la crisis sanitaria, los criminales han optado por nuevos modos de operar. Se cuentan con varios reportes de ladrones que han utilizado batas blancas y cubrebocas, además de portar equipo sanitizante.
Los delincuentes recurren también a falsos retenes sanitarios donde detienen a los camiones asegurando que van a “desinfectar” las unidades o a revisar la temperatura de los operadores.
También se notó que la mayor incidencia de este tipo de robos se registró en unidades ligeras destinadas a transportar alimentos y productos de primera necesidad, principalmente en el área de mayor demanda de estos recursos: la zona metropolitana de la Ciudad de México.
“La crisis sanitaria por el Covid-19 es aprovechada por el crimen organizado para atracar camiones pesados de carga, especialmente los que trasladan productos de consumo alimenticio, seguido de los automotores empleados en la distribución secundaria para el nicho de abarrotes y formatos de conveniencia”, detalló de ANERPV.
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