Durante gran parte del siglo XX, la logística fue vista como una función operativa dentro de las empresas: se trataba de mover productos del punto A al punto B, administrar inventarios o coordinar transportes.
No existía un camino académico formal que condujera hacia esta disciplina. Los profesionales que se desempeñaban en el sector solían provenir de áreas como la ingeniería industrial, la administración o el comercio internacional, y adquirían sus conocimientos logísticos directamente en el campo de trabajo, aprendiendo de la experiencia y la práctica cotidiana.
Con el paso del tiempo, sin embargo, la logística dejó de ser un área de soporte para convertirse en un elemento estratégico que impacta la rentabilidad, la competitividad y la resiliencia de las cadenas de suministro a nivel mundial.
La globalización, el auge del comercio electrónico, las disrupciones provocadas por crisis como la pandemia y, más recientemente, la transición hacia cadenas de suministro digitales y sostenibles, hicieron evidente la necesidad de formar especialistas con preparación académica de alto nivel.
Instituciones a nivel internacional
La formalización de la logística como disciplina académica comenzó en universidades líderes que hoy marcan la pauta global.
Uno de los referentes principales es el MIT Center for Transportation & Logistics (CTL) en Estados Unidos.
Desde la década de los setenta, este centro ha sido pionero en investigación aplicada y formación de líderes.
Su Maestría en Supply Chain Management es reconocida de manera constante como la mejor del mundo, y se complementa con programas innovadores como el MicroMasters online, que permite a estudiantes de cualquier parte del planeta acceder a una preparación de primer nivel y, eventualmente, ingresar a un posgrado presencial en Cambridge.

En Europa, la Rotterdam School of Management, en los Países Bajos, ha desarrollado un ecosistema único alrededor del Puerto de Róterdam, el más grande de Europa.
Sus programas de posgrado en operaciones y logística no solo ofrecen formación académica rigurosa, sino también contacto directo con el mayor laboratorio logístico vivo: las rutas que conectan a Europa con el resto del mundo.
España se ha convertido también en un referente gracias al Zaragoza Logistics Center (ZLC), creado en colaboración con el MIT. El ZLC ha logrado vincular a estudiantes de más de 90 países con el hub logístico de Aragón, uno de los más modernos del continente.
Sus egresados participan en proyectos de digitalización, sostenibilidad y logística inversa, aplicando herramientas en proyectos reales con empresas globales.
En Reino Unido, la Cranfield School of Management destaca por su enfoque práctico y por la estrecha relación que mantiene con la industria.
Sus programas de maestría combinan investigación con proyectos empresariales, formando perfiles con una sólida base técnica pero también con visión estratégica.
Estos centros han impulsado que la logística deje de ser un aprendizaje empírico para convertirse en un área de conocimiento formal, con programas diseñados para generar líderes capaces de anticipar disrupciones y diseñar cadenas de suministro más resilientes.
Pero ¿y en México qué tanta oferta educativa existe?
Este movimiento ha tenido eco en México.
A medida que el país se consolida como un nodo estratégico del comercio internacional y epicentro del nearshoring, las universidades nacionales han multiplicado su oferta en licenciaturas, maestrías, diplomados y especialidades enfocadas en logística y cadena de suministro.

Antes, los logísticos se formaban desde la práctica, generalmente con base en conocimientos de ingeniería industrial, administración o comercio internacional.
Hoy, las instituciones mexicanas entienden que la logística es una disciplina estratégica que requiere formación específica desde las aulas.
El Tecnológico de Monterrey, por ejemplo, ofrece la Maestría en Logística y Cadena de Suministro, que combina clases presenciales y virtuales con proyectos aplicados en empresas.
Además, cuenta con diplomados en cadena de suministro en la era digital, diseñados para profesionales que necesitan actualizarse frente a tendencias como la automatización y la analítica avanzada.
La Universidad Anáhuac se ha posicionado con su Maestría en Logística y Comercio Internacional, que se imparte en línea para dar flexibilidad a quienes ya trabajan en el sector.
El programa enfatiza la competitividad global, el comercio exterior y la gestión integral de cadenas, lo que lo hace especialmente atractivo para quienes participan en operaciones multinacionales.
Por su parte, la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL) ha desarrollado tanto una Maestría en Logística y Cadena de Suministro como una Especialidad en el mismo campo, enfocadas en formar líderes con visión ética y sostenible.
Estos programas no solo transmiten conocimientos técnicos, sino que también buscan capacitar a los estudiantes en innovación y en el diseño de procesos eficientes.
La Universidad Iberoamericana y la Universidad Autónoma de Guadalajara (UAG) han apostado por diplomados y especialidades en logística y cadena de suministro que responden a las necesidades inmediatas del sector, con programas cortos pero intensivos en temas como gestión de inventarios, transporte internacional y comercio electrónico.
La IBERO ofrece una licenciatura en comercio exterior y logística internacional, además de programas de educación continua como diplomado en cadena de suministro y logística, así como una maestría en logística internacional y cadena de suministr
En la UADG puedes estudiar una especialidad en Logística y Cadena de Suministro.
En el ámbito de la educación pública, varias instituciones de referencia también han apostado por fortalecer su oferta en logística y cadena de suministro.

La Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), por ejemplo, ha desarrollado programas de formación continua que atienden directamente a las necesidades de la industria.
Desde su Facultad de Ingeniería y a través del Campus Virtual de Minería, ofrece diplomados como Logística y Operaciones, donde los participantes aprenden a diseñar procesos de abastecimiento, optimizar inventarios y aplicar metodologías de mejora continua, o el curso Logística y Cadena de Suministro, enfocado en la planeación de compras, transporte y operaciones internacionales.
Estas iniciativas permiten a profesionistas en activo actualizarse en competencias muy demandadas sin necesidad de cursar un posgrado completo.
El Instituto Politécnico Nacional (IPN) también cuenta con una oferta especializada. A través de la Escuela Superior de Economía imparte el Diplomado en Logística Internacional, que profundiza en comercio exterior, transporte y procesos de distribución global.
Además, su Unidad Profesional Interdisciplinaria de Ingeniería y Ciencias Sociales y Administrativas (UPIICSA) ofrece la Ingeniería en Transporte, una carrera que si bien no se centra exclusivamente en logística, integra de manera directa la planeación y operación de sistemas de movilidad de personas y mercancías, con un enfoque sistémico que se conecta con las cadenas de suministro modernas.
Estos programas públicos conviven con otras alternativas estatales, como la Ingeniería en Logística del Tecnológico Nacional de México (TecNM), disponible en distintos campus del país, o la Licenciatura en Logística Internacional y Aduanas de la Universidad Veracruzana, que incluso ha adoptado un modelo de formación dual para que los estudiantes alternen sus clases con experiencia práctica en empresas.
También destacan la Maestría en Logística y Cadena de Suministro de la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL), orientada a profesionales que buscan especializarse en análisis y sostenibilidad, y la Maestría en Administración de Empresas Navieras y Portuarias de la Universidad Marítima y Portuaria de México, diseñada para el entorno marítimo-portuario.
Nuevas tendencias en la formación logística
La oferta mexicana no solo crece en número, sino también en enfoque. Cada vez más programas incorporan materias relacionadas con:
- Logística 4.0 y digitalización, incluyendo ERP, big data, inteligencia artificial y automatización.
- Sostenibilidad, con cursos sobre logística verde, eficiencia energética y reducción de emisiones.
- Última milla y comercio electrónico, respondiendo a la transformación que trajo consigo el e-commerce.
- Certificaciones internacionales, como APICS o Lean Six Sigma, que elevan la competitividad de los egresados.
De esta forma, México no solo responde a la demanda interna de talento, sino que también prepara profesionales capaces de integrarse a cadenas globales y contribuir a proyectos de innovación.
El desafío inmediato para México está en fortalecer la vinculación entre academia e industria. Aunque la oferta educativa crece, muchos programas necesitan actualizarse al mismo ritmo que avanza la digitalización global y establecer más convenios con empresas para dar a los estudiantes experiencia práctica.
La oportunidad, en cambio, es enorme: la profesionalización de la logística nacional no solo eleva la competitividad del país, sino que abre la puerta a que los egresados se conviertan en líderes de transformación, capaces de diseñar cadenas más eficientes, digitales y sostenibles.
Una carrera con futuro
La logística ha dejado de ser una tarea operativa para consolidarse como un motor estratégico del crecimiento económico.
Y en ese cambio, la educación juega un papel decisivo: formar profesionales que entiendan los procesos, pero que también puedan anticipar disrupciones, innovar y liderar.
En México, esta transición marca un hito: la logística ya no se aprende solo en la práctica, sino también en las aulas, consolidándose como una de las carreras con mayor proyección y futuro en el escenario global.













