Desde una perspectiva empresarial, las tecnologías digitales permiten la automatización de muchas tareas rutinarias.
También brindan a los empleados acceso a datos en tiempo real, les da la oportunidad de trabajar a distancia, facilitar la colaboración y la comunicación y mejorar la atención al cliente.
A eso se suman crear una experiencia laboral más atractiva y personalizada y proporcionar a los empleados herramientas móviles y sociales.
Estos cambios no pueden tener lugar sin una mano de obra cualificada.
Por lo tanto, las empresas deben crear un entorno propicio para el aprendizaje continuo y el desarrollo de habilidades: capacitar a los empleados para prosperar en la era digital.
Esto no sólo beneficia a los empleados en lo individual sino que también contribuye al éxito y la competitividad de las organizaciones en general.
Así lo explicó el reporte OECD Digital Economy Outlook 2024 (Volume 2) Strenghtening connectivity, Innovation and Trust.
Invertir en el empleado, la mejor inversión
En dicho informe, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) señala que la fase más reciente de la transformación digital está marcada por rápidos cambios tecnológicos, que crean tanto oportunidades como riesgos para la economía y la sociedad.
Analiza las prioridades emergentes, las políticas y las prácticas de gobernanza en todos los países.
En el caso específico de las empresas, deben invertir en los empleados para ayudarlos a adquirir y mantener las habilidades necesarias en el lugar de trabajo.
El reporte destacó que algunas habilidades relevantes hoy quedarán obsoletas mañana y muchos adultos no participan (o no desean participar) en el aprendizaje en el lugar de trabajo.
El progreso tecnológico en inteligencia artificial y robótica transformará aún más la demanda de habilidades.
El nivel educativo
Los trabajadores con bajo nivel educativo, que en 2012 ya estaban más concentrados en ocupaciones de alto riesgo de automatización, han pasado a ser aún más prominentes en estas ocupaciones.
Sin embargo, el bajo crecimiento de los empleos en ocupaciones de alto riesgo no ha llevado a una caída en la tasa de trabajos para personas con bajo nivel educativo en relación con el de otros grupos.
El impacto de la IA
Otros estudios han investigado el impacto potencial de la IA centrándose en las habilidades en lugar de las tareas laborales.
Algunos hallazgos muestran que las habilidades relacionadas con la resolución de problemas complejos, la gestión de alto nivel y la interacción social siguen siendo difíciles de automatizar dado el estado de los avances tecnológicos.
Sin embargo, el estudio también muestra que algunas habilidades, sobre todo las previamente identificadas como “cuellos de botella” para la automatización, son más susceptibles a ese fenómeno con los recientes avances en IA.
Estas habilidades incluyen conocimientos de bellas artes y algunas skills psicomotoras como la capacidad de trabajar en espacios de trabajo reducidos y posiciones incómodas, destreza con los dedos y destreza manual.
El reporte abundó que la mayoría de los trabajos con mayor riesgo de automatización no corren el riesgo de ser completamente automatizados.
Esto se debe a que ellos implican tareas cuello de botella e incluso los empleos que se preservan del riesgo de desaparecer implican un pequeño conjunto de tareas automatizables.
Por ejemplo, sólo alrededor del 18% al 27% de las habilidades y capacidades requeridas por las ocupaciones de mayor riesgo son altamente automatizables.
Además, estas ocupaciones todavía requieren alrededor del 5% de las habilidades más difíciles.
En otras palabras, incluso para las ocupaciones de mayor riesgo no es probable que sean totalmente sustituidos por soluciones automatizadas.
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Capacitación, en extremo necesaria
En cambio, la organización del trabajo tendrá adaptarse y los trabajadores en estos empleos pueden necesitar mejorar y volver a capacitarse a medida que las tecnologías reemplazan a los trabajadores para varias tareas.
La mayoría de las estrategias nacionales de IA de países de la OCDE incluyen importantes elementos educativos y del mercado laboral.
Las políticas al respecto se pueden agrupar de la siguiente manera:
● Invertir en la calidad, la equidad y la pertinencia de los sistemas de educación.
Busca la formación para el mercado laboral mediante la asignación de financiamiento en programas que se centran en habilidades y tecnologías en demanda y apoyan la capacitación vocacional, el aprendizaje y oportunidades de formación en el puesto de trabajo.
● Promover el aprendizaje y desarrollo continuo entre los trabajadores y empleadores de manera permanente y alentar a las personas a aprovechar los cursos, talleres y otros recursos de aprendizaje en línea.
● Facilitar el acceso a recurso para programas de formación y becas asequibles o gratuitos, especialmente para personas de bajos ingresos.
Esto incluye apoyar iniciativas como plataformas en línea que ofrecen recursos educativos, como “Programa Digitalizar para el Trabajo” en Chile o el “Programa de Alfabetización Digital” de México.
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Formación de talento
● Atraer talentos a través de programas de visas y becas específicos para fomentar los efectos de difusión del conocimiento.
● Participar en asociaciones público-privadas para identificar las necesidades de habilidades actuales y futuras.
Se trata de alentar a las empresas a participar en programas de capacitación y ofrecer pasantías.
● Proporcionar incentivos fiscales y subsidios a empresas que invierten en la formación y el desarrollo de empleados.
Eso incluye crear incentivos para que las personas prosigan su educación o formación.
● Promover la inclusión y la diversidad digitales garantizando que las iniciativas de mejora y recapacitación sean accesibles para todos los segmentos de la población.
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● Evaluar y medir el impacto de las políticas evaluando periódicamente la eficacia de los programas en términos de empleo.