El municipio de Cuautitlán, en el Estado de México, ha decidido ordenar el tránsito del transporte pesado estableciendo horarios específicos para su circulación, carga y descarga.
La medida busca mejorar la movilidad y reducir los riesgos viales en una zona donde confluyen parques industriales, centros de distribución y zonas habitacionales.
No obstante, la disposición tiene un impacto directo en las operaciones de las empresas transportistas y de reparto que utilizan este corredor estratégico del Valle de México.
El nuevo Reglamento Municipal para la Protección del Derecho Humano a la Movilidad establece lineamientos que las compañías de transporte y logística deberán atender de inmediato:
- Horarios de circulación del transporte de carga (>5 t): permitido únicamente entre las 10:00–17:00 horas y las 22:00–05:00 horas, y restringido entre 05:01–09:59 y 17:01–21:59
- Carga y descarga en vía pública: solo con permiso municipal, y en los mismos horarios permitidos para circulación, es decir, 10:00–17:00 y 22:00–05:00
- Velocidad máxima: entre 30 y 60 km/h en vías principales y 20 km/h en zonas escolares u hospitalarias
- Prohibiciones adicionales: está prohibido obstaculizar vías con maniobras en doble fila, sobre banquetas, rampas o zonas peatonales; invadir accesos de emergencia; o apartar lugares en la vía pública
- Zonas de Movilidad Prioritaria: serán delimitadas para favorecer peatones, transporte público y servicios de emergencia, con control sobre circulación, estacionamiento y maniobras
- Cronograma de implementación: el reglamento entró en vigor el 1 de septiembre, seguido de un periodo de difusión del 1 al 16 de septiembre, y las sanciones empezarán a partir del 17 de septiembre
- Vías alternas e infraestructura: se alienta el uso de carreteras estatales como Tlalnepantla y Coacalco-Santa Elena, además del Libramiento La Joya; se contempla difusión a través de gremios como CANACAR para evitar extorsiones
La nueva normativa obligará a replantear rutas y horarios de entrega en una zona clave para la logística metropolitana. Para los transportistas, el principal desafío será operar bajo ventanas acotadas que pueden elevar tiempos de espera y costos operativos.
Los turnos nocturnos, necesarios para cumplir con la franja de 22:00 a 05:00 horas, implican mayores medidas de seguridad y gastos adicionales en personal.

Asimismo, las empresas deberán coordinar con clientes y centros de distribución para que los patios y andenes puedan recibir mercancía en los horarios permitidos, evitando cuellos de botella.
La restricción también afecta a transportistas que solo cruzan Cuautitlán en ruta hacia otros municipios, lo que podría provocar congestionamientos en vialidades alternas y trasladar la presión a localidades vecinas.
¿Cuáles son los riesgos y oportunidades?
El riesgo más evidente es el incremento de costos operativos. Ajustar turnos, contratar seguridad para operaciones nocturnas o mantener flotas ociosas durante las horas restringidas puede encarecer los traslados.
También existe un riesgo comercial: retrasos en la entrega pueden afectar la relación con clientes que dependen de abastecimientos just-in-time, especialmente en industrias como automotriz, farmacéutica o retail.

Otro punto crítico es la fragmentación logística. Empresas que no logren adaptarse podrían verse obligadas a subcontratar unidades menores a cinco toneladas o a reconfigurar su red de distribución, lo que implica renegociar costos y contratos.
A ello se suma la posibilidad de que la restricción genere efectos secundarios en municipios vecinos, donde se concentre el tránsito de vehículos pesados durante los horarios no permitidos en Cuautitlán.
Del lado de las oportunidades, el nuevo reglamento puede ser un catalizador para modernizar la gestión operativa. Adoptar sistemas de telemática y software de gestión de transporte permitirá a las compañías programar entregas con precisión y aprovechar al máximo las ventanas disponibles.
También puede impulsar la renovación de flotas, favoreciendo unidades más pequeñas, híbridas o eléctricas para la última milla.
Finalmente, con la repavimentación del Libramiento La Joya y una mejor organización del tránsito, las operaciones podrían beneficiarse en el mediano plazo de una reducción en los tiempos de traslado y en el desgaste vehicular.
Recomendaciones para las fuerzas logísticas en la zona
La transición hacia este nuevo esquema no debe entenderse únicamente como una imposición, sino como una oportunidad para rediseñar estrategias logísticas.
Las empresas que reaccionen con rapidez y flexibilidad estarán mejor preparadas para mitigar el impacto y aprovechar los beneficios de una movilidad más ordenada. La clave será equilibrar cumplimiento normativo, control de costos y continuidad en el nivel de servicio.
Algunas acciones prioritarias incluyen:
- Reprogramar rutas y turnos con base en las franjas horarias autorizadas, priorizando la consolidación de cargas para reducir viajes.
- Solicitar permisos de carga y descarga con anticipación, asegurando que cada unidad cuente con la documentación necesaria.
- Capacitar a los operadores en la normativa municipal y en protocolos de actuación ante inspecciones.
- Fortalecer la seguridad en operaciones nocturnas, tanto en la ruta como en puntos de carga y descarga.
- Incorporar vehículos ligeros en la flota para mantener entregas flexibles dentro de la zona en horarios restringidos.
- Integrar sistemas de telemetría y TMS que permitan monitorear en tiempo real el cumplimiento de horarios y generar evidencia en caso de sanciones.
- Comunicar los cambios a clientes para ajustar ventanas de recepción y minimizar fricciones en la cadena de suministro.
- Evaluar costos adicionales derivados de esperas, turnos nocturnos o desvíos, con el fin de renegociar tarifas cuando corresponda.
- Establecer mesas de trabajo con autoridades locales, participando activamente en la retroalimentación durante el periodo de implementación.













