La industria manufacturera del país atraviesa un punto de inflexión. En un entorno marcado por la volatilidad económica, las interrupciones logísticas y las presiones inflacionarias y arancelarias, la optimización de procesos se ha convertido en un factor de supervivencia.
La Industria 4.0 está en el centro de esta transformación. Se trata de un modelo que integra automatización, análisis de datos, conectividad e inteligencia artificial (IA) para aumentar la eficiencia operativa y la resiliencia productiva.
México, con su sólida vocación manufacturera y su papel estratégico en la competitividad de Norteamérica, está frente a una oportunidad histórica que contribuye a la expectativa de crecimiento de la cuarta revolución industrial en el país.
Un análisis de la consultora especializada IMARC Group, estima que el mercado local de Industria 4.0 superará 8,330 millones de dólares en 2033, con una tasa anual de crecimiento de más de 14% a partir de 2025.
Una adopción desigual, pero en marcha
Más allá de las cifras, la verdadera transformación ocurre dentro de las plantas: desde la instalación de sensores para monitoreo de la producción y la salud de la máquina, hasta la robotización flexible en líneas de ensamble y el uso de IA generativa para optimizar procesos de diseño y cadena de suministro.
Pero lo cierto es que la industria mexicana no está metiendo velocidad hacia la Industria 4.0 como debería, según Eduardo Medrano, presidente de Makino México. Admite que esta revolución industrial también tiene claras asimetrías entre lo que sucede en industrias avanzadas como la automotriz y el resto de las manufactureras de menor tamaño:
“Una de cada cinco empresas está integrando soluciones de Industria 4.0; de las otras cuatro, tres ni siquiera lo están pensando”, mencionó en una conversación con The Logistics World tras participar en el Business Automotive Meeting 2025.

El avance, explica, es más visible en la mayoría de las 2,000 empresas del sector automotriz que hay en México acostumbradas a los estándares globales de digitalización. Sin embargo, la oportunidad real -y el reto- está en las Pequeñas y Medianas Empresas (PyMEs), que constituyen el tejido productivo nacional y podrían multiplicar su competitividad con la adopción gradual de tecnologías inteligentes.
“Paradójicamente, son las PyMEs las que impulsan el desarrollo productivo en México, pero la integración tecnológica es baja. La industria 4.0 no tiene que ser algo inalcanzable: se trata de hacerlo práctico y gradual”, agrega Pérez.
De la inversión a la eficiencia medible
La adopción de tecnología ya empieza a mostrar retornos tangibles. Makino, proveedor global de soluciones avanzadas de manufactura, ha visto un cambio radical en la demanda local de sus servicios: “Hace un año recibíamos una docena de solicitudes anuales de automatización y monitoreo de producción; hoy recibimos esa cantidad cada mes”, afirma el directivo.
El motivo es simple: los resultados son cuantificables. Las empresas que implementan soluciones de sensorización y automatización logran incrementos de productividad de hasta 25% sin incrementar infraestructura, mediante mejor control de calidad, menos paros no programados y una gestión más precisa del mantenimiento.
En este contexto, la automatización ya no es un lujo, sino una herramienta de gestión industrial que permite producir más con menos y responder con agilidad a las exigencias de las cadenas globales.
Para Makino, las regiones más activas en adopción tecnológica son Nuevo León, Chihuahua, Baja California y Querétaro, donde la manufactura automotriz, aeroespacial y de autopartes se ha convertido en terreno fértil para la digitalización avanzada.
De la fábrica inteligente al ecosistema conectado
El informe global de NTT Data, Feet on the floor, eyes on AI, confirma que la industria manufacturera está pasando de los experimentos aislados a los impactos medibles. Nueve de cada 10 fabricantes aseguran estar cansados de los pilotos sin resultados y pretenden escalar la IA generativa a procesos centrales como la previsión de demanda, la calidad, el desarrollo de producto y la automatización operativa.
La IA generativa, combinada con IA Agéntica -capaz de coordinar tareas, tomar decisiones y ejecutar acciones de manera autónoma- ya demuestra su valor en fábricas automotrices globales: optimiza el uso de recursos, reduce desperdicios de inventario y acorta los tiempos de respuesta frente a interrupciones.
De acuerdo con el reporte, 95% de los fabricantes encuestados reconoce que la IA generativa mejora la eficiencia y los resultados económicos, mientras que 91% afirma que su combinación con gemelos digitales fortalece la resiliencia de la cadena de suministro.
En el caso específico del sector automotriz, 96% de los fabricantes considera que la IA generativa “cambiará las reglas del juego” en las áreas de diseño, pruebas, seguridad y sostenibilidad.
Hacia una manufactura con inteligencia
Aunque la adopción de IA en industrias aún está en fase inicial, las tendencias globales aceleran su llegada. Las presiones del Nearshoring, las disrupciones logísticas y la competencia asiática han empujado a los fabricantes a integrar sistemas inteligentes en el corazón de sus plantas.
Para el líder de Makino México, el riesgo de no hacerlo es evidente: “México puede seguir siendo una alternativa de producción para Norteamérica, pero no lo será si mantenemos tecnología ineficiente. El que no invierta hoy, puede desaparecer en el corto plazo”.
La convergencia entre automatización, IA y análisis predictivo permite a las empresas avanzar hacia modelos de producción más flexibles, capaces de adaptarse en tiempo real a cambios en la demanda o a interrupciones de suministro. En la práctica, esto se traduce en fábricas que aprenden, ajustan procesos automáticamente y anticipan fallas antes de que ocurran.
Democratizar la industria 4.0: una ruta para las PyMEs
A menudo se asocia la Industria 4.0 con grandes corporaciones, pero la realidad es distinta. Para Medrano, la transformación digital puede y debe comenzar en pequeño: “No es necesario invertir millones. Se puede empezar instalando sensores, conectando máquinas y digitalizando procesos críticos. Lo importante es hacerlo de forma continua, pasar de una máquina a cinco, y luego a diez”.
El modelo gradual que propone Makino es coherente con la visión de NTT Data: las empresas deben abandonar la fatiga de los pilotos y concentrarse en proyectos escalables, con beneficios tangibles a corto plazo y retorno medible.
La automatización industrial ya no es una ventaja competitiva, es una condición para permanecer en el mercado. Y aunque la Industria 4.0 en México avanza más lento que en Asia o Europa, su impulso es innegable.
En los próximos años, las empresas que integren IA generativa, analítica avanzada y robótica colaborativa podrán responder mejor a los reto y oportunidades del Nearshoring, reducir costos y elevar la calidad de sus procesos.