En México, un solo automóvil puede requerir entre 30,000 y 60,000 componentes, y cada uno de ellos depende de un molde para su fabricación. Esta cifra, compartida por Gabriel Padilla, director general de la Industria Nacional de Autopartes (INA), durante la conferencia de prensa de presentación de Meximold 2025, revela el papel crítico que desempeña el molde en la trazabilidad de componentes, la planificación de producción y el abastecimiento en las cadenas de suministro industriales. El molde se posiciona como el primer eslabón logístico de la manufactura avanzada.
Trazabilidad desde el diseño
Durante la presentación de Meximold 2025 –a efectuarse los próximos 22 y 23 de octubre, en Querétaro-- se comentó que el molde no es solo una herramienta técnica: es el primer nodo logístico que habilita la trazabilidad de componentes, la planificación de abastecimiento y la eficiencia operativa en sectores clave como el automotriz, aeroespacial y médico. Contó con la participación de Jorge Ayala (presidente de la Asociación de Manufactura de Moldes y Troqueles, AMMMT), Gabriel Padilla (INA), Eduardo Villarán (expresidente de ISMA Américas) y Eduardo Tobar (director editorial de Modern Merchant Shop).
Un vistazo a la actividad económica alrededor de los moldes en México permite una visión integral de la supply chain industrial. Y es que la trazabilidad no comienza en el almacén ni en la línea de ensamble, sino en el molde. Cada cavidad, cada especificación técnica y cada aleación utilizada en su fabricación define el comportamiento logístico del componente que produce. “Un auto puede utilizar entre 30,000 y 60,000 partes y componentes. Una bicicleta, alrededor de 1,500. Un avión más de un millón... y detrás de cada uno hay un molde, un proceso, una trazabilidad que no siempre se ve, pero que es esencial para la eficiencia de la cadena de suministro”, explicó Gabriel Padilla.
Datos de la AMMMT apuntan que en México hay 300 empresas activas en la industria de moldes y herramentales. Querétaro (sede de Meximold) concentra 25% del valor total de la producción nacional de moldes y herramentales, convirtiéndose en el clúster más relevante de esta actividad.
Históricamente, México ha padecido de escasez en la generación propia de moldes, un factor crítico para el desarrollo de cadenas de manufactura. No obstante la tendencia está cambiando. Datos de la Asociación Internacional de Herramientas Especiales y Mecanizado (ISTMA) indican que si bien el país todavía importa 90% de los moldes que usa, en los últimos tres años se ha registrado un crecimiento sostenido en la producción nacional, impulsado por la necesidad de una mayor demanda de contenido local –en mucho influido por la presión del cumplimiento de reglas de origen para cumplir con el T-MEC y otros tratados comerciales—.
Sincronización de abasto, desde el molde
En ese sector, la planificación de abastecimiento depende de la capacidad de sincronizar diseño, producción y entrega. En este sentido, el molde actúa como un nodo que conecta ingeniería, manufactura y logística. “Hoy esta industria ya no hace maquila tradicional, hace manufactura avanzada”, señaló Padilla. “Y eso implica nuevos materiales, nuevos moldes, nuevos tiempos de entrega”.
Es una amalgama entre la capacidad de producción y los tiempos de entrega ya que, paradójicamente, aunque México está más cerca de EU que China, las empresas de moldes del país asiático pueden entregar esos herramentales más rápido pues son más rápidos para cotizar, diseñar, fabricar y entregar, explicaron Jorge Ayala y Eduardo Villarán.
Optimización de la capacidad instalada
Uno de los desafíos logísticos más relevantes en la industria de moldes es la subutilización de activos productivos. “El 75 % de los talleres mexicanos trabaja solo un turno. De 07:00 a 17:00 las máquinas producen, pero de las 18:00 en adelante, las máquinas están detenidas”, agregó Villarán. Esta baja utilización representa una pérdida de capacidad instalada que puede ser revertida mediante automatización y monitoreo inteligente.
El modelo lights out, que permite operar maquinaria sin supervisión humana durante la noche, está siendo adoptado por talleres que buscan mejorar su eficiencia operativa. “Esto eleva la productividad, mejora los tiempos de entrega y reduce los tiempos muertos”, añadió Villarán. Para los responsables de supply chain, esto significa mayor confiabilidad en los lead times y mejor alineación con las ventanas de producción de OEMs y Tier 1.
En una fábrica de implantes ortopédicos en Jalisco, por ejemplo, las máquinas ya trabajan por las noches. Sin operarios, sin ruido, solo con sensores y algoritmos que controlan cada micra de precisión, describió Eduardo Villarán. Se trata de una tendencia creciente y del reflejo de una transformación profunda en las cadenas de suministro, impulsada por nuevas tecnologías orientadas a una mayor productividad y menores tiempos de entrega.
“Hoy las máquinas ya vienen con controles avanzados que permiten monitorear cuántas horas trabajan al día”, precisó Jorge Ayala. “Eso nos permite identificar equipos ociosos, redistribuir cargas de trabajo y mejorar la trazabilidad operativa”.
Tecnología aplicada a la gestión logística de activos
Además, la inteligencia artificial está comenzando a ser utilizada en procesos de cotización, simulación de producción y control de calidad. “Ya no es opcional integrar IA en la manufactura de moldes. Es una obligación para mantenerse competitivo”, destacó Villarán. Para los profesionales de supply chain, esto representa una oportunidad para integrar datos de producción en tiempo real a los sistemas ERP y MES, mejorando la visibilidad y la toma de decisiones.
El moldeo como pieza iniciática de la logística
En el ecosistema de la manufactura avanzada, el molde no es solo una herramienta técnica, sino una infraestructura logística que articula trazabilidad, eficiencia operativa y planificación de abastecimiento. Su impacto se extiende desde el diseño hasta el mantenimiento, pasando por la producción y la gestión de activos. Como afirmó Jorge Ayala: “Sinergia, talento y tecnología son los tres elementos que harán fuerte a esta industria. Y el molde es el punto de partida”.
Por todo lo anterior, en un contexto industrial el molde se posiciona como un componente esencial en la competitividad logística de la región, una pieza esencial del corazón logístico de la producción industrial.