En mayo de 2025, el volumen físico de la producción manufacturera en México creció 1.0% tanto a tasa mensual como anual, según cifras desestacionalizadas del INEGI. Aunque el dato puede parecer modesto, esconde una transformación profunda: la industria manufacturera mexicana está cambiando de piel. Lo que antes era un sector intensivo en mano de obra y centrado en la eficiencia de costos, hoy se está convirtiendo en un ecosistema digital, automatizado y resiliente.
Esta evolución no ocurre en el vacío. Un informe reciente de Info-Tech Research Group identifica cuatro tendencias globales que están reconfigurando la manufactura de bienes no duraderos —como alimentos, cosméticos y productos de limpieza— y que ya están teniendo un impacto directo en la logística y la cadena de suministro en México.
1. Inteligencia artificial: el nuevo cerebro de la logística
La inteligencia artificial (IA) está dejando de ser una herramienta de nicho para convertirse en el sistema nervioso central de las operaciones logísticas. En México, empresas como DHL y FedEx ya utilizan IA para optimizar rutas, reducir el consumo de combustible y anticipar la demanda en sus centros de distribución.
En el sector alimentario, algoritmos de machine learning permiten ajustar la producción en función de variables como clima, festividades o comportamiento de consumo. Esto no solo mejora la eficiencia operativa, sino que reduce el desperdicio y mejora la precisión en la entrega.
Según Info-Tech, la IA generativa está comenzando a utilizarse para diseñar productos personalizados y acelerar el desarrollo de prototipos, mientras que la IA predictiva mejora la gestión de inventarios y la planificación de la demanda. Esta capacidad de adaptación es clave en un mercado como el mexicano, donde la volatilidad es constante y la personalización del producto gana terreno.
2. IIoT: fábricas conectadas, cadenas sincronizadas
El Internet Industrial de las Cosas (IIoT) está revolucionando la forma en que las fábricas mexicanas se comunican con sus cadenas de suministro. Sensores conectados permiten monitorear maquinaria, detectar fallas antes de que ocurran y ajustar la producción en tiempo real. Esta conectividad no solo mejora la eficiencia operativa, sino que también fortalece la trazabilidad, un aspecto cada vez más exigido por reguladores y consumidores.
La adopción de manufactura inteligente —basada en IIoT, automatización y análisis predictivo— está ayudando a las empresas mexicanas a reducir costos, mejorar la eficiencia energética y mantener su posición en la cadena global de suministro. En logística, esto se traduce en una mejor planificación de rutas, reducción de tiempos muertos y mayor precisión en la entrega.
3. Regulación: cumplir para competir
La regulación ya no es solo una barrera que hay que sortear, sino una ventaja competitiva para quienes saben anticiparse. Normativas internacionales como el Reglamento General de Seguridad de Productos (GPSR) y el Reglamento de Diseño Ecológico para Productos Sostenibles (ESPR) están obligando a los fabricantes a rediseñar sus procesos desde la raíz.
En México, el Servicio de Administración Tributaria (SAT) ha implementado el Plan Maestro 2025, que incluye la digitalización de trámites fiscales y aduaneros, así como el uso de tecnologías analíticas para detectar irregularidades en comercio exterior.
Desde la perspectiva logística, esto implica una mayor necesidad de trazabilidad, transparencia y control en cada eslabón de la cadena. Las empresas que invierten en tecnologías de seguimiento y análisis de datos están mejor posicionadas para cumplir con estas exigencias y evitar sanciones que podrían afectar su operación.
4. Resiliencia: prepararse para lo inesperado
La resiliencia se ha convertido en el nuevo estándar de calidad en la cadena de suministro. Según PwC México, solo el 12% de las empresas ha adaptado completamente sus cadenas a un enfoque resiliente, mientras que el 88% restante está en proceso de transición. Esto incluye estrategias como la diversificación de proveedores, el reshoring y la inversión en tecnología para mejorar la visibilidad y la capacidad de respuesta.
En México, donde el nearshoring ha relocalizado operaciones hacia el norte del país, la resiliencia logística implica contar con redes de transporte flexibles, centros de distribución inteligentes y sistemas de planificación que puedan adaptarse rápidamente a cambios en la demanda o interrupciones externas.
Cuatro de cada 10 CEOs mexicanos consideran que la inestabilidad en sus cadenas de suministro impide la generación de valor. Esto subraya la urgencia de adoptar modelos logísticos más robustos, sostenibles y colaborativos.
Impacto directo en la cadena de suministro mexicana
Estas cuatro fuerzas —IA, IIoT, regulación y resiliencia— están rediseñando la arquitectura logística del país. La Encuesta Mensual de la Industria Manufacturera (EMIM) del INEGI reporta que el sector manufacturero mexicano está compuesto por más de 8,800 unidades económicas activas, distribuidas en 206 clases de actividad. Estados como Nuevo León, Estado de México y San Luis Potosí lideran en producción bruta y empleo, con salarios promedio que oscilan entre los 2,140 y 3,280 pesos mensuales.
Este crecimiento está directamente vinculado a mejoras en la cadena de suministro: mayor eficiencia en el transporte, reducción de tiempos de entrega, mejor gestión de inventarios y mayor capacidad de respuesta ante disrupciones. En sectores como alimentos y limpieza, donde la frescura y disponibilidad son críticas, estas mejoras logísticas se traducen en ventajas competitivas tangibles.
Transformación que ya está en marcha
La manufactura mexicana está viviendo un renacimiento, y la logística es su columna vertebral. Las empresas que han comenzado a integrar estas tendencias en sus operaciones están viendo mejoras concretas: reducción de costos, mayor eficiencia, cumplimiento normativo más ágil y una capacidad de respuesta que les permite competir en mercados cada vez más exigentes. La transformación no es una meta futura, es una realidad en curso. Y quienes ya están invirtiendo en tecnología, talento y cumplimiento están cosechando los frutos de una cadena de suministro más inteligente, más ágil y preparada para lo que venga.