El sector retail atraviesa una transformación estructural impulsada por una combinación de factores que van desde la disrupción tecnológica hasta los cambios en el comportamiento del consumidor y las tensiones geopolíticas.
La digitalización acelerada por la pandemia, el auge del comercio electrónico y la evolución hacia modelos omnicanal han rediseñado por completo la manera en que los minoristas operan, entregan productos y se relacionan con sus clientes.
Al mismo tiempo, la incertidumbre económica y las presiones sobre la rentabilidad están obligando a las empresas a optimizar cada eslabón de sus cadenas de suministro.
En este escenario dinámico, adaptarse ya no es una opción: es una necesidad. Las compañías que lideran esta transformación no solo están invirtiendo en tecnología, sino que están repensando sus estrategias logísticas y operativas con una visión de largo plazo.
Un estudio reciente de Maersk identifica cinco tendencias clave que están moldeando el futuro del retail a nivel global, ofreciendo pistas claras sobre hacia dónde se dirige la industria y cómo pueden prepararse los actores del sector para mantenerse competitivos.
1. Visibilidad en la cadena de suministro: una necesidad crítica
A medida que el comercio electrónico y los modelos omnicanal ganan terreno, la visibilidad en la cadena de suministro se ha convertido en una prioridad estratégica.
El 79% de los tomadores de decisiones encuestados por Maersk consideran que contar con información precisa y en tiempo real sobre inventarios y envíos es esencial para mantener la competitividad.
Esta visibilidad permite a los minoristas mejorar la gestión de inventarios, reducir los costos logísticos y reaccionar rápidamente ante interrupciones.
Aunque la inversión inicial en tecnologías que faciliten esta visibilidad puede parecer alta, los beneficios en eficiencia, reducción de consumo de combustible y manejo de devoluciones justifican el gasto.
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2. Internet de las cosas (IoT): datos en tiempo real para decisiones inteligentes
El uso de sensores y dispositivos conectados en la cadena de suministro está redefiniendo la manera en que las empresas monitorean y controlan sus operaciones.
Gracias al IoT, los minoristas pueden rastrear mercancías, controlar condiciones de transporte y optimizar rutas de entrega, lo que se traduce en ahorros operativos y mejor experiencia para el cliente.
Estos datos también son clave para sostener modelos omnicanal exitosos, donde la disponibilidad precisa del producto es fundamental para evitar decepcionar al consumidor digital.

3. Resiliencia financiera en logística: equilibrar costos y servicio
La creciente presión sobre los márgenes ha obligado a los retailers a replantearse sus estrategias logísticas. Altos costos de combustibles y energía, junto con la implementación de nuevas tecnologías, suponen un reto financiero.
Sin embargo, la clave está en saber dónde invertir para generar valor real.
Modelos como el “fail fast, learn fast” (fracasa rápido, aprende rápido), citado por ejecutivos de empresas como IKEA, reflejan la necesidad de experimentar con agilidad para encontrar soluciones viables en un entorno volátil y competitivo.
4. Ecommerce y omnicanalidad: adaptarse al nuevo comportamiento del consumidor
La pandemia aceleró la adopción del comercio electrónico y consolidó la expectativa de una experiencia de compra sin fricciones entre canales físicos y digitales.
Este cambio ha traído consigo desafíos logísticos complejos, como el incremento en las devoluciones —que se duplicaron en EE.UU. durante la pandemia— y la necesidad de equilibrar conveniencia con rentabilidad.
Modelos como el click-and-collect o la entrega en última milla requieren estructuras logísticas eficientes, pero también generan costos importantes. Las empresas deben encontrar fórmulas para sostener estos servicios sin comprometer su rentabilidad.

5. Diversificación de la cadena de suministro: mitigar riesgos en un mundo incierto
Geopolítica, regulaciones estrictas y disrupciones imprevistas están llevando a muchas empresas a replantearse su dependencia de ciertas regiones o proveedores.
La diversificación de las cadenas de suministro se ha convertido en una estrategia clave para aumentar la resiliencia y evitar cuellos de botella.
Al igual que se desvía el tráfico para evitar congestiones, los retailers están desarrollando alternativas logísticas que les permitan mantener el flujo de mercancías incluso ante eventos disruptivos.
Esta tendencia no solo responde a la necesidad de mitigar riesgos, sino también a una estrategia para ganar flexibilidad y adaptabilidad.