El regreso a clases del 1 de septiembre de 2025 involucrará a más de 24 millones de estudiantes de educación básica, acompañados por aproximadamente 1.2 millones de docentes distribuidos en unas 230 mil escuelas en todo el país (según cifras de la SEP para el ciclo 2023–2024).
Este fenómeno no solo representa el reinicio de actividades académicas, sino que también constituye una temporada pico para las cadenas de suministro, comparable en magnitud a periodos como el Buen Fin o la temporada decembrina.
Cada año, las familias mexicanas enfrentan la tarea de adquirir una amplia gama de productos que van más allá de los libros de texto: útiles escolares, mochilas, ropa, calzado, uniformes, equipo deportivo e incluso dispositivos electrónicos como tabletas y laptops.
Esta demanda concentrada en pocas semanas requiere que fabricantes, distribuidores, operadores logísticos y comercios coordinen sus operaciones de manera meticulosa para garantizar que todo esté disponible y llegue a tiempo para el inicio del ciclo escolar.
La dimensión del consumo escolar: más allá de los libros
El regreso a clases es un motor económico que impacta directamente la actividad de múltiples sectores. Mientras los alumnos se preparan para volver a las aulas, se activan cadenas de suministro que van desde la fabricación de papel y lápices, hasta la producción de calzado, uniformes y mochilas.
El consumo se concentra no solo en papelerías, sino también en tiendas departamentales, supermercados y marketplaces, creando un escenario logístico complejo que combina alta demanda, plazos cortos y diversidad de productos.
Además, el fenómeno no se limita al retail físico. Cada vez más, los consumidores utilizan plataformas digitales para investigar y comprar, lo que añade una capa adicional de complejidad.

Según datos de AMVO, más del 60 % de los consumidores mexicanos investiga online antes de realizar sus compras escolares, mientras que alrededor del 45 % de las compras de útiles escolares se concretan a través de e-commerce.
Esta tendencia obliga a los operadores logísticos a reforzar la capacidad de última milla, así como a garantizar procesos de picking, embalaje y entrega eficientes, especialmente en la quincena previa al inicio de clases.
Comportamiento de compra y tendencias digitales
El comportamiento de compra durante el regreso a clases refleja un ecosistema cada vez más omnicanal. AMVO reporta que aproximadamente el 70 % de los consumidores combinan compras en línea con la tienda física, lo que obliga a las empresas a sincronizar inventarios, promociones y campañas de comunicación en ambos canales.
Asimismo, el uso de meses sin intereses (MSI) es determinante para casi la mitad de los compradores, influyendo en el ticket promedio y en la planificación de inventarios.
Este contexto ha convertido al regreso a clases en un periodo de máxima actividad para los e-commerce, que deben anticipar picos de demanda y asegurar entregas rápidas y eficientes.
Los datos históricos muestran que el interés por las compras digitales comienza a crecer varias semanas antes de septiembre, y los volúmenes de ventas en línea se concentran en agosto, provocando que couriers, centros de distribución y operaciones de cross-docking trabajen a máxima capacidad.

Esta sincronización entre comercio digital y físico se ha vuelto indispensable para garantizar que los estudiantes reciban sus productos a tiempo, sin interrupciones en la cadena de suministro.
Escenario de consumo estimado
El gasto promedio por alumno en años recientes oscila entre $2,000 y $6,000 MXN, incluyendo útiles, ropa, calzado, uniformes y accesorios.
Tomando como referencia la matrícula de 24 millones de estudiantes, el gasto total potencial en esta temporada puede alcanzar entre $48,000 millones MXN y $144,000 millones MXN, lo que evidencia la magnitud de la operación logística que se debe coordinar a nivel nacional.
La variedad de productos, la estacionalidad de la demanda y la concentración de compras en pocas semanas generan una presión significativa sobre los proveedores y operadores logísticos, que deben garantizar surtido, disponibilidad y entregas puntuales en miles de puntos de venta y domicilios.
Impacto logístico en las cadenas de suministro
El regreso a clases representa un desafío integral para la logística nacional. En el retail físico y digital, las empresas deben ajustar inventarios, coordinar promociones y garantizar la disponibilidad de productos en todos los canales.
Los meses sin intereses influyen en los hábitos de compra, aumentando el ticket promedio y obligando a los comercios a planificar con meses de anticipación.
Esta planificación incluye desde la fabricación y transporte de productos hasta su distribución en almacenes y puntos de venta, asegurando que cada producto llegue al consumidor final sin retrasos.
En el e-commerce, la demanda concentrada genera presiones adicionales sobre los sistemas de distribución y entrega.
La necesidad de envíos rápidos, devoluciones ágiles y puntos de recogida eficientes obliga a los operadores logísticos a optimizar rutas, ampliar la capacidad de centros de distribución y reforzar la coordinación con couriers y operadores de última milla.

Las ventas en línea se concentran principalmente en agosto, lo que coincide con el periodo de mayor actividad logística, y la planificación precisa se vuelve clave para evitar desabasto o retrasos.
La categoría de moda y calzado escolar también requiere especial atención. Los uniformes, zapatos y tenis no solo deben estar disponibles en los tamaños y tallas correctos, sino que además deben llegar al tiempo a tiendas físicas y digitales.
Esto implica coordinación entre fábricas, distribuidores, centros de distribución y retail, así como un seguimiento cercano del flujo de inventario para minimizar faltantes y maximizar la satisfacción del cliente.
Todo esto demuestra que el regreso a clases del 1 de septiembre de 2025 es mucho más que un reinicio escolar; es un evento económico y logístico de gran magnitud.
Cada año, millones de estudiantes requieren productos de distintas categorías, lo que activa toda la cadena de suministro desde la fabricación hasta la entrega final.
La tendencia hacia lo digital y la compra omnicanal, confirmada por AMVO, intensifica los desafíos logísticos, obligando a los operadores a coordinar inventarios, transportes, promociones y entregas con precisión quirúrgica.
El éxito de esta temporada depende de la capacidad de fabricantes, distribuidores, operadores logísticos y comercios para sincronizar cada eslabón de la cadena y asegurar que cada estudiante tenga todo lo necesario para iniciar el ciclo escolar sin contratiempos.