Una vez iniciada las operaciones de limpieza del derrumbado puente de Baltimore, la incertidumbre sobre su impacto en el mercado mundial no se ha hecho esperar.
La operación marca el inicio de un largo y complejo trabajo destinado a restablecer el tráfico marítimo en esa terminal, la novena más importante para Estados Unidos.
A principios de la semana pasada, un barco portacontenedores se estrelló en mitad de la noche contra el puente Francis Scott Key de esa ciudad de la costa este, provocando su hundimiento.
El barco, que según el gobernador de Maryland, Wes Moore, es “casi del tamaño de la Torre Eiffel”, está atascado y parte del puente se derrumbó sobre él.
¿Se viene una crisis logística?
El secretario de Transporte de EU, Pete Buttigieg, comentó a la cadena de televisión de ese país CBS, que el puente es de gran importancia para la cadena de suministro de la nación.
El catastrófico colapso ya comenzó a dar algunos dolores de cabeza logísticos, aunque algunos especialistas aseguran que es poco probable que desencadene una nueva crisis importante en la cadena de suministro de ese país.
Expertos en logística consideran que los puertos competidores de la costa este están preparados para manejar más carga, según un cable de la agencia informativa Reuters.
Funcionarios portuarios desde Nueva York hasta Georgia estaban ocupados respondiendo consultas de los transportistas sobre el desvío de carga con destino a Baltimore de contenedores a vehículos y material a granel.
"Estamos listos para ayudar. Tenemos amplia capacidad para absorber cualquier aumento en el tráfico de contenedores", dijo a la agencia el portavoz del Puerto de Virginia, Joe Harris.
Se espera que el puerto con sede en Norfolk sea uno de los principales beneficiados, por su proximidad con Baltimore.
También los puertos de Savannah y Brunswick, Georgia, están preparados para absorber algo de tráfico, dijo un portavoz de la Autoridad Portuaria de ese estado.
El de Baltimore es el principal puerto de Estados Unidos para importaciones y exportaciones de vehículos, incluidos maquinaria agrícola y de construcción.
La secretaria del Tesoro, Janet Yellen, se reunirá el miércoles de esta semana con un grupo de trabajo federal sobre la cadena de suministro para evaluar el cierre del puerto.
Puertos más resilientes
Si algo importante dejó la pandemia en esa nación y gran parte del mundo son los esfuerzos por construir resiliencia: los expertos en cadenas de suministro dicen que la infraestructura portuaria de EU es más resisten que durante 2021 y 2022.
En ese entonces carecían de personal y estaban abarrotadas de barcos y contenedores, lo que disparó los precios y contribuyó a la inflación mientras los estadounidenses compraban en exceso bienes durante la pandemia de Covid-19, remarcó el cable.
La exportación de carbón
Un sector que muy probablemente se verá afectado es el del carbón.
Es probable que el colapso cierre las exportaciones de ese combustible fósil durante unas seis semanas y bloquee el transporte de hasta 2.5 millones de toneladas de carbón.
Así lo mencionó Ernie Thrasher, director ejecutivo de Xcoal Energy & Resources LLC, en una entrevista con el medio Bloomberg.
Estados Unidos exportó alrededor de 74 millones de toneladas de carbón el año pasado.
Baltimore fue la segunda terminal más grande para este producto.
Cerrar un importante centro de carbón amenaza con perturbar las cadenas mundiales de suministro de energía que finalmente han comenzado a resolver los problemas que quedaron de la desaceleración pandémica.
Ryan Sweet, economista jefe de Oxford Economics para Estados Unidos, auguró ciertas perturbaciones en el comercio o el transporte que serán visibles en el PIB de Estados Unidos.
Sin embargo, en sus declaraciones para el medio dijo que “las implicaciones para la inflación son mínimas”.
El reporte abundó que Baltimore envía menos del 2% del carbón marítimo mundial, por lo que el colapso del puente tendrá poco efecto en los precios globales.
Thrasher añadió que el carbón que sale de ese puerto incluye una gran cantidad de carbón térmico con destino a la India, que se utiliza para la generación de electricidad.
La demanda anual de carbón de la India asciende a más de mil millones de toneladas.
Ese país importó aproximadamente 238 millones de toneladas de combustible en el año fiscal más reciente, de las cuales alrededor del 6% se envió desde Estados Unidos.