La Organización Mundial de la Salud (OMS) clasifica a la inmunización o aplicación de vacunas como una de las intervenciones de salud pública más eficaces, sin embargo, perturbaciones como la pandemia de COVID-19 y la brecha de desarrollo en ciertas regiones mundiales provocan que las actividades de vacunación se retrasen.
Ahora, esta misma dependencia internacional estima que el 20% de los productos farmacéuticos se dañan por fallas en la cadena de frío.
Las operaciones actuales de la cadena de frío y la cadena de suministro de inmunización han sido uno de los elementos clave para ampliar la prestación de servicios diarios de inmunización. Es por eso que desde hace muchos años se comprendió, a nivel mundial, que la cadena de frío de inmunización es fundamental para estas operaciones sanitarias.
Todo esto en conjunto deja en evidencia la importancia de tecnologías avanzadas en el transporte de medicamentos y vacunas, para garantizar la equidad en el acceso a estos tratamientos preventivos.
Yuria Infante, directora general y miembro del Consejo de Administración de Kryotec, señala que la innovación en la logística farmacéutica es clave para garantizar la calidad de los productos por lo que una de las soluciones son empaques pasivos reutilizables, mismos que garantizan la integridad de productos farmacétivos a lo largo de toda la cadena de suministro.
"Al permitir el monitoreo de la temperatura y la integración en sistemas de transporte seco, estos empaques brindan la tranquilidad de saber que fármacos termosensibles lleguen a los pacientes en óptimas condiciones, contribuyendo así a mejorar la calidad de vida de millones de personas”, afirma.
Empaques pasivos reutilizables para vacunas
Los sistemas de embalaje pasivo consisten en materiales destinados para mantener el contenido interno del paquete dentro de un rango de temperatura específico durante un periodo definido de transporte sin asistencia mecánica.
Los sistemas de embalaje pasivo generalmente comprenden dos componentes principales: el aislamiento y los refrigerantes.
Las temperaturas internas se mantienen mediante estabilizadores de temperatura u otro cambio de fase materiales (PCM, por sus siglas en inglés).
Este sistema de embalaje protege el contenido del ambiente circundante, manteniendo su nivel de congelación dentro de un rango aceptable durante un periodo de tiempo definido, a pesar de las temperaturas externas extremas variables.
Los PCM se utilizan para almacenar y liberar energía térmica durante el proceso de fusión y congelación (cambio de una fase a otra).
Cuando tal material se congela, libera grandes cantidades de energía en forma de calor latente de fusión o energía de cristalización.

Por el contrario, cuando el material se funde, una cantidad igual cantidad de energía que se absorbe del medio ambiente a medida que cambia de sólido a líquido.
Usando materiales con fusión apropiadamente diseñada y puntos de congelación, la temperatura interna del sistema de envasado se puede mantener dentro de un rango definido por un periodo de tiempo.
La relevancia de la cadena de frío
- De acuerdo con Grand View Research, el tamaño del mercado mundial de cadena de frío alcanzará los 371 mil millones de dólares en 2025.
En este sentido, por ejemplo, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) centró los trabajos de su Unidad de Inmunización en 5 pilares:
- asesorar a los países para que utilicen equipos de refrigeración de buena calidad
- capacitación del personal de salud en la gestión de las vacunas y sus equipos
- realizar evaluaciones de las operaciones de la cadena de frío y de la cadena de suministro
- llevar a cabo investigaciones y desarrollos en el área de la tecnología de la cadena de frío-tanto blanda como dura
- mejorar la capacitación de gestión y las habilidades para apoyar todas las operaciones con la cadena de frío y la cadena de suministro, para introducir nuevas vacunas
La OPS señala que dependiendo del tipo de la vacuna hay dos rangos de temperaturas para su almacenamiento: vacunas que son sensibles al congelamiento deben almacenarse a temperaturas entre 2 a 8°C y las vacunas producidas con cepas víricas y/o liofilizadas que se almacenan a temperaturas entre -15° y 25°C.

La experta en cadena de frío resalta que la principal prioridad en transporte de vacunas o medicamentos es la mitigación de riesgos considerando factores como:
- Un contenedor robusto capaz de proteger la carga contra los desafíos internacionales de carga
- Que el contenedor asegure en control de la temperatura para evitar variaciones que comprometan la eficiencia de la carga
- Que el contenedor propicie una relación óptima entre el embalaje y la carga útil