América Latina se encuentra en un momento decisivo en su transición hacia fuentes de energía más limpias. Mientras Brasil y Uruguay lideran la región con avances significativos en la adopción de energías renovables, otros países como Argentina y México muestran un rezago preocupante, debido a su alta dependencia de combustibles fósiles y desafíos estructurales.
Según un informe reciente de Moody's Analytics, la región tiene el potencial de ser una de las protagonistas globales en el cambio hacia un modelo energético sostenible, gracias a sus vastos recursos naturales.
Sin embargo, para alcanzar ese objetivo, será crucial superar barreras económicas, políticas y tecnológicas que, de no abordarse, podrían tener repercusiones severas para sectores estratégicos como la logística y el transporte, los cuales juegan un papel fundamental en las economías de la región.
Panorama regional de energías renovables
Según un informe de Moody's Analytics, Brasil destaca en la transición energética, con fuentes renovables que representan más del 50% de su consumo total de energía primaria, situándose en el octavo lugar mundial en consumo de energías renovables. Uruguay, por su parte, tiene la mayor proporción de energías renovables en su matriz energética en la región.
En contraste, Argentina y México presentan cifras más bajas: en México, las energías renovables constituyen solo el 10% del consumo de energía primaria, mientras que en Argentina alcanzan el 16%.
Ambos países dependen en gran medida del petróleo y el gas natural, que superan el 80% de su consumo energético.
Implicaciones para la industria logística y de transporte
La dependencia de combustibles fósiles en Argentina y México tiene varias repercusiones para la industria logística:
- Costos operativos elevados: La volatilidad en los precios del petróleo y el gas natural puede incrementar los costos de transporte, afectando la rentabilidad de las empresas logísticas.
- Regulaciones ambientales: La presión internacional y local para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero podría derivar en regulaciones más estrictas, obligando al sector a adaptarse a estándares más exigentes.
- Competitividad regional: Países como Brasil y Uruguay, con matrices energéticas más limpias, podrían ofrecer servicios logísticos más sostenibles, atrayendo a clientes que priorizan prácticas ecológicas.
Desafíos y oportunidades en México
La geografía de México limita el uso extensivo de la hidroelectricidad, fuente primaria en gran parte de Sudamérica, sin embargo, el país cuenta con un alto potencial para desarrollar energías solares y eólicas, especialmente en regiones como el norte y el sureste.
La adopción de vehículos eléctricos en el sector logístico enfrenta obstáculos como altos costos y oferta limitada. Moody's Analytics sugiere que se realicen mayores esfuerzos en la construcción de infraestructura de transporte público en ciudades principales, se implementen nuevos estándares de eficiencia energética para motores de combustión interna y se eliminen subsidios a los combustibles.
Impacto del cambio climático en la logística
Latinoamérica es la segunda región más vulnerable del mundo a eventos climáticos extremos, como huracanes, inundaciones y sequías, México, Centroamérica y el Caribe son particularmente sensibles a los huracanes, que afectan puertos clave y rutas de transporte.
Estos eventos pueden interrumpir las cadenas de suministro, dañar infraestructuras críticas y aumentar los costos operativos. Por ello, es esencial que las empresas logísticas desarrollen planes de contingencia y adopten prácticas resilientes al clima.
Brechas en financiación para la transición energética
En Latinoamérica, la brecha de financiación para la transición energética es del 68%, y la de adaptación al clima llega al 86%, mayor al promedio global. La región necesitaría invertir US$220.000 millones anuales en mitigación y adaptación climática al 2030 para lograr la neutralidad de carbono para 2050.
Para la industria logística, esto representa una oportunidad para invertir en tecnologías más limpias y eficientes, reduciendo su huella de carbono y mejorando su competitividad en un mercado global cada vez más consciente del medio ambiente.
La transición hacia energías renovables en América Latina es desigual, con Brasil y Uruguay liderando y Argentina y México rezagados.
Para la industria logística, especialmente en México, es crucial reconocer estos desafíos y oportunidades, adaptándose a las tendencias globales de sostenibilidad y resiliencia climática. Invertir en energías limpias y tecnologías eficientes no solo contribuirá a la reducción de emisiones, sino que también mejorará la competitividad y sostenibilidad del sector en el largo plazo.
No dejes de leer: La transición energética: el camino hacia la descarbonización