La evolución de la logística en Latinoamérica ha estado marcada por la necesidad de adaptarse a un entorno cada vez más volátil e incierto. Durante décadas, el modelo Just in Time (JIT) dominó la gestión de la cadena de suministro, permitiendo a las empresas reducir costos de almacenamiento y operar con una eficiencia extrema.
Sin embargo, eventos como la pandemia de COVID-19, la crisis de los contenedores, las tensiones geopolíticas y la inestabilidad en los costos del transporte han expuesto las vulnerabilidades de este enfoque.
Como respuesta a estos desafíos, muchas compañías han optado por un cambio estratégico hacia el Just in Case (JIC), un modelo que prioriza la resiliencia y la seguridad en el abastecimiento mediante el mantenimiento de inventarios de reserva.
Este cambio ha impactado diversas industrias en la región, impulsando inversiones en infraestructura, digitalización y reconfiguración de las estrategias logísticas. A medida que las empresas buscan equilibrar eficiencia y resiliencia, la transición de JIT a JIC representa una transformación clave en la manera en que se gestiona el abastecimiento en Latinoamérica.
¿Qué es el modelo Just in Time (JIT)?
El modelo Just in Time fue desarrollado en Japón, popularizado por Toyota, con el objetivo de minimizar inventarios y optimizar la producción. Este sistema funciona con la premisa de recibir insumos solo cuando se necesitan, reduciendo costos de almacenamiento y aumentando la eficiencia operativa.
Principales beneficios del Just in Time
- Reducción de costos de almacenamiento.
- Producción eficiente con menos desperdicio.
- Mayor enfoque en la calidad del producto.
- Agilidad en la respuesta a la demanda.
Limitaciones del modelo JIT en Latinoamérica
- Falta de infraestructura robusta.
- Dependencia de proveedores externos.
- Vulnerabilidad ante crisis globales y retrasos en la cadena de suministro.
- Costos elevados por falta de predictibilidad en el transporte y regulaciones aduaneras.
La transición al Just in Case: Un enfoque más resiliente
El Just in Case (JIC) ha ganado relevancia en los últimos años, especialmente tras la pandemia de COVID-19, la crisis de contenedores y los conflictos geopolíticos. A diferencia del JIT, el JIC prioriza la seguridad y disponibilidad de inventarios para prevenir disrupciones.
Razones del auge del Just in Case en Latinoamérica
- Interrupciones en la cadena de suministro: Retrasos en importaciones y falta de insumos han llevado a muchas empresas a reconsiderar sus estrategias.
- Mayor enfoque en nearshoring: Empresas han optado por producir o abastecerse localmente para reducir la dependencia de proveedores lejanos.
- Incremento en costos logísticos y de transporte: La volatilidad en precios de combustible y regulaciones aduaneras han encarecido la logística.
- Cambios en el comportamiento del consumidor: La demanda de entregas más rápidas ha obligado a empresas a mantener mayores inventarios.
Comparación entre Just in Time y Just in Case
Aspecto | Just in Time (JIT) | Just in Case (JIC) |
---|---|---|
Gestión de inventarios | Mínimos, producción bajo demanda | Stock de seguridad para prevenir escasez |
Riesgo de disrupción | Alto, cualquier interrupción impacta producción | Bajo, al contar con inventarios de respaldo |
Costos de almacenamiento | Bajos, requiere menos espacio y gestión | Elevados, implica mantener inventario adicional |
Flexibilidad ante crisis | Baja, depende de una cadena de suministro eficiente | Alta, permite continuidad operativa en situaciones adversas |
Impacto del cambio en la logística latinoamericana
El cambio hacia el JIC ha transformado la logística en la región, especialmente en industrias como la automotriz, manufacturera y retail.
Empresas han tenido que ajustar sus estrategias de almacenamiento y distribución para garantizar la disponibilidad de productos sin aumentar significativamente sus costos.
Principales efectos en el sector logístico
- Aumento en la demanda de almacenes: Empresas buscan espacios de almacenamiento estratégicos para gestionar mejor sus inventarios.
- Mayor inversión en tecnología y digitalización: Se han implementado sistemas de gestión de inventarios más avanzados para optimizar costos y tiempos de entrega.
- Desarrollo de proveedores locales: Muchas compañías han apostado por el nearshoring para reducir riesgos asociados a las importaciones.
- Estrategias híbridas: Algunas empresas han optado por modelos mixtos, combinando JIT y JIC según sus necesidades operativas.


Casos de éxito en Latinoamérica
Varias empresas han adoptado estrategias híbridas para optimizar su logística. Algunos ejemplos incluyen:
- Sector automotriz: Empresas como Volkswagen y General Motors han incrementado su capacidad de almacenamiento en México para evitar retrasos en la producción.
- Retail y comercio electrónico: Amazon y Mercado Libre han invertido en centros de distribución más grandes para manejar mayor inventario y garantizar entregas rápidas.
- Industria farmacéutica: Laboratorios han aumentado sus inventarios de medicamentos esenciales para evitar escasez.
Recomendaciones para una transición exitosa
Para que las empresas latinoamericanas adopten una estrategia de Just in Case sin generar costos excesivos, se recomienda:
- Implementar tecnología avanzada: El uso de inteligencia artificial y big data permite prever la demanda y optimizar inventarios.
- Nearshoring y diversificación de proveedores: Reducir la dependencia de un solo país o proveedor minimiza riesgos de interrupción.
- Análisis de costos-beneficio: Es importante calcular el impacto financiero de mantener mayores inventarios y optimizar el balance entre eficiencia y resiliencia.
- Automatización de almacenes: La implementación de robots y sistemas de almacenamiento inteligentes reduce costos operativos.
- Planes de contingencia y estrategias híbridas: Las empresas pueden combinar JIT y JIC para distintos productos, optimizando costos sin perder flexibilidad.
El cambio de Just in Time a Just in Case es una tendencia clave en la logística latinoamericana. Si bien el JIT permitió reducir costos y mejorar la eficiencia, los retos actuales han llevado a muchas empresas a buscar mayor seguridad en sus cadenas de suministro.
Para enfrentar este cambio, las compañías deben adoptar tecnología, optimizar sus almacenes y considerar estrategias híbridas que les permitan mantenerse competitivas en un entorno global incierto.
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