En una conferencia desde la Casa Blanca, el presidente Donald Trump anunció que Estados Unidos sí impondrá aranceles del 25% a los automóviles importados, es decir, que no sean fabricados en su territorio.
Todo esto aplicará a partir del 2 de abril para los automóviles y camiones terminados que llegan al país norteamericano, incluidas las marcas estadounidenses cuyos autos se ensamblan en el extranjero.
Al firmar la orden ejecutiva señaló que todo esto impulsará un "enorme crecimiento en la industria automotriz" ya que lo que se busca es impulsar a las empresas a establecer más fábricas en Estados Unidos.
Ante la pregunta de si estos aranceles podrían eliminarse bajo ciertas circunstancias, el mandatario afirmó que son permanentes "100%".

Señaló que no le preocupa la caída de los mercados que se registró antes del anuncio porque "todo se solucionará solo".
Reacción de la industria mexicana
Después del anuncio de los aranceles, la Asociación Nacional de Importadores y Exportadores de la República Mexicana (ANIERM) afirmó que las implicaciones para México son directas y multifacéticas.
"Se anticipa una afectación considerable en las cadenas de suministro que sostienen a numerosas empresas mexicanas, así como un incremento inevitable en los costos de exportación".
Agregan que la preocupación se extiende a posibles disrupciones en la producción y el comercio bilateral, "lo que pondría en jaque la competitividad de nuestro país en el mercado estadounidense"
De igual forma, destacan que el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) se encuentra en un punto crítico ya que el decreto establece condiciones para la aplicación de aranceles al contenido no estadounidense, abriendo la puerta a revisiones retroactivas por declaraciones de origen incorrectas.