El puerto de Chancay, considerado el proyecto portuario más ambicioso de Perú y una de las mayores inversiones en infraestructura de la región, dio un paso clave en su posicionamiento internacional con la inauguración de una nueva ruta marítima. Se trata de un servicio directo de carga general operado por Cosco Shipping Specialized Carriers que conectará a la terminal marítima sudamericana con el puerto de Zhangjiagang en Suzhou, China.
El servicio tendrá frecuencia mensual y permitirá movilizar mercancías en 32 días, cinco menos que el promedio actual del mercado. Los buques multipropósito, de configuración flexible, podrán atender exportaciones como bolas de molienda y vehículos de ingeniería, así como importaciones de cobre y hierro. Se estima que la ruta movilizará 500,000 toneladas de carga general al año hacia la costa oeste de Centro y Sudamérica.
Una infraestructura portuaria de nueva generación
Ubicado a 80 kilómetros al norte de Lima, el puerto de Chancay fue diseñado como una terminal multipropósito altamente automatizada. La obra fue inaugurada en noviembre del año pasado durante la visita del presidente chino Xi Jinping, quien asistió a la cumbre de la Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC).
En su primera etapa, comenzó operaciones con cuatro muelles (dos para contenedores y dos para carga general, granel y rodante) y dispone de 27 grúas autónomas, así como 40 vehículos eléctricos. Con una inversión inicial de 1,300 millones de dólares -que podría superar los 4,000 millones en etapas futuras-, se prevé que alcance hasta 15 muelles y reciba los buques más grandes del mundo gracias a sus 17.8 metros de profundidad.
Además, el puerto incorpora estándares de sostenibilidad y seguridad: es 100% eléctrico, busca operar como “cero carbono” y ha sido diseñado para soportar terremotos de magnitud 8.5 y tsunamis. También se convertirá en el primero en América Latina en escanear el 100% de la carga de exportación, en colaboración con la aduana de Estados Unidos.

Impacto económico y geopolítico
De acuerdo con estimaciones oficiales, el puerto de Chancay podría generar un beneficio anual de 4,500 millones de dólares, equivalente al 1.8% del PIB de Perú, además de miles de empleos directos e indirectos. Su construcción fue planeada para reducir a la mitad los tiempos de llegada de mercancías a Asia: de hasta 40 días a 21–23 días en la ruta directa Chancay–Shanghái, frente al tradicional trasbordo en Norteamérica.
El proyecto, donde Cosco Shipping Ports Limited posee el 60% de participación y la peruana Inversiones Portuarias Chancay el 40%, se integra plenamente a la Iniciativa de la Franja y la Ruta de China, consolidando un corredor estratégico para minerales como cobre, plata y zinc, así como para agroexportaciones peruanas como arándanos y aguacates.
Beneficios y controversias
Si bien el puerto promete transformar a Perú en un hub logístico regional, ha generado críticas ambientales y sociales. Comunidades locales han denunciado afectaciones en la pesca artesanal, daños en viviendas por explosiones durante la construcción y modificaciones en la zona marino-costera.
Organizaciones ambientalistas cuestionan la compatibilidad del proyecto con los compromisos climáticos globales, aunque Cosco lo promociona como su primera inversión portuaria ecológica e inteligente en Sudamérica, destacando el uso de flotas eléctricas y medidas de rescate de fauna.
Con la ruta directa Suzhou–Chancay en operación, el puerto peruano se perfila como un nuevo eslabón clave en el comercio transpacífico, ofreciendo a China acceso privilegiado a Sudamérica y colocando a Perú en el centro de la competencia portuaria regional.