México ha logrado mantener su posición como el principal proveedor de bienes importados por su vecino del norte. De acuerdo con el informe “Perspectiva Semanal No. 1628” de Banamex, durante mayo de 2025, el 79.6% de las exportaciones mexicanas ingresaron a Estados Unidos (EU) libres de arancel, una cifra que, aunque menor a los niveles previos a la imposición de nuevos gravámenes, sigue siendo notablemente alta en comparación con otros socios comerciales.
Este desempeño se da en un contexto de endurecimiento de la política comercial estadounidense, que ha elevado aranceles a sectores estratégicos como autopartes, acero y aluminio. Mientras que países como China enfrentan aranceles promedio de hasta 45.6%, México mantiene un nivel mucho más bajo, con un arancel promedio de 4.3% en mayo, apenas por encima del 4.1% registrado en abril.
¿Cómo se explica esta resiliencia?
El Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (TMEC) sigue siendo un pilar fundamental. Aunque solo el 9.5% de las exportaciones mexicanas ingresaron a EU bajo las disposiciones formales del TMEC, un 32.7% lo hizo a través del Capítulo 99, que permite exenciones específicas. Además, el 37.1% de las exportaciones mexicanas entraron libres de arancel por su clasificación arancelaria, lo que incluye productos exentos conforme a disposiciones especiales emitidas en abril.
En conjunto, estos mecanismos permitieron que casi el 80% de las exportaciones mexicanas evitaran aranceles, una ventaja competitiva significativa frente a otros países que enfrentan barreras más severas.
Implicaciones para la cadena de suministro
Para los profesionales de la cadena de suministro, estos datos ofrecen señales mixtas. Por un lado, México consolida su papel como hub estratégico para el nearshoring, gracias a su proximidad geográfica, su red de tratados y su capacidad de adaptación regulatoria. Por otro, la creciente complejidad en los mecanismos de entrada —como el uso del Capítulo 99 o las zonas de libre comercio— implica mayores costos administrativos, necesidad de trazabilidad documental y cumplimiento estricto de reglas de origen.
Además, el hecho de que solo una fracción relativamente pequeña de las exportaciones esté utilizando formalmente el TMEC sugiere que muchas empresas podrían estar enfrentando dificultades para cumplir con los requisitos del tratado, o bien, que los procesos de certificación y registro aún presentan cuellos de botella.
¿Qué sectores están más expuestos?
Sectores como el automotriz, electrónico y de manufactura avanzada —altamente integrados con cadenas de valor norteamericanas— son particularmente sensibles a estos cambios. La imposición de aranceles a autopartes, por ejemplo, ya se refleja en una caída mensual de 0.1% en las importaciones totales de EUA, tras una contracción de casi 20% en abril. Aunque México ha logrado sortear parte de este impacto, la presión sobre el cumplimiento normativo y la competitividad de costos se intensifica.
¿Y el futuro?
Banamex mantiene su estimación de crecimiento económico en 0.0% para México en 2025, destacando que será la demanda externa —más que la interna— la que sostenga la actividad económica. En este sentido, la capacidad de las empresas mexicanas para adaptarse a los nuevos esquemas arancelarios y aprovechar las ventajas del TMEC será clave para mantener el dinamismo exportador.
Para los líderes de la cadena de suministro esto implica redoblar esfuerzos en inteligencia comercial, cumplimiento normativo, trazabilidad y diversificación de mercados. La resiliencia mostrada hasta ahora es alentadora, pero el entorno sigue siendo volátil y altamente regulado.