Cuando la Secretaría de Economía anunció que México había captado 21,373 millones de dólares (mdd) en inversión extranjera directa (IED) durante el primer trimestre de 2025, marcando un récord histórico, no solo se trató de una cifra impresionante: fue una señal clara de que algo profundo está ocurriendo en las decisiones estratégicas de las empresas globales, de una reconfiguración acelerada de las cadenas de suministro, donde México se posiciona como protagonista clave
Este fenómeno no es casual. Según el informe Global Business Optimism Insights, de Dun & Bradstreet —firma de información financiera y de riesgo sobre empresas— basado en una encuesta a más de 10,000 ejecutivos en 32 economías, la confianza empresarial global está en caída libre. Las tensiones geopolíticas, la volatilidad comercial y las vulnerabilidades logísticas han llevado a las empresas a repensar sus prioridades de inversión y a buscar resiliencia en sus operaciones
Y ahí es donde México entra en juego.
Estrategias de supervivencia
Nearshoring, friendshoring y multisourcing: más que tendencias o palabras de moda, son pilares de la estrategia empresarial. México, por su cercanía con Estados Unidos, su red de tratados comerciales y su creciente infraestructura logística, se ha convertido en un destino natural para la relocalización industrial. De hecho, el 43.2% de la IED registrada en el primer trimestre se concentró en el sector manufacturero, destacando industrias como la automotriz, química, electrónica y alimentaria.
No obstante, el entusiasmo inicial por el nearshoring enfrenta ahora un entorno más complejo: amenazas arancelarias, revisión del T-MEC y presiones regulatorias desde Estados Unidos están obligando a las empresas a ajustar sus expectativas y a blindar sus operaciones ante posibles cambios abruptos.
La logística mexicana: entre la oportunidad y el desafío
El impacto del nearshoring en la logística mexicana es profundo. Estados como Nuevo León, Jalisco, Guanajuato y Querétaro han visto un auge en la demanda de parques industriales y centros de distribución. La necesidad de servicios 3PL y 4PL se ha disparado, y el transporte terrestre y transfronterizo ha cobrado un protagonismo inédito. Sin embargo, también persisten retos: saturación en aduanas, brechas en infraestructura y desigualdad logística entre regiones.
Un análisis de la estadounidense The Nearshore Company, señala que para que México mantenga su ventaja competitiva, es clave fortalecer las cadenas de suministro locales, invertir en capacitación del talento y avanzar en automatización, sin perder el componente humano.
Además, la sostenibilidad se vuelve un imperativo: las empresas buscan socios que cumplan con estándares ESG, y México tiene la oportunidad de posicionarse como un hub logístico responsable y trazable.
Según el Pulsómetro Logístico 2025, presentado por ConaLog y otras asociaciones líderes del sector, la logística mexicana está en un punto de inflexión. Las empresas que apuesten por la modernización, la sostenibilidad y la toma de decisiones basadas en datos estarán mejor preparadas para enfrentar los desafíos del entorno competitivo actual.
No obstante, el estudio revela que 74% de las empresas logísticas aún no han integrado sus sistemas digitales de forma efectiva, lo que limita el aprovechamiento de tecnologías como inteligencia artificial, gemelos digitales y sistemas de gestión de almacenes inteligentes. Esta brecha tecnológica es especialmente crítica en un contexto donde el comercio electrónico y el nearshoring están elevando las expectativas de velocidad, trazabilidad y eficiencia.
La infraestructura, una debilidad
A pesar de su ubicación estratégica y su red de tratados comerciales, México enfrenta retos estructurales que podrían frenar su potencial logístico. El país ocupa el lugar 66 en el Índice de Desempeño Logístico del Banco Mundial, por debajo de Brasil, Chile y Perú. Los costos logísticos representan el 13.7% del PIB, muy por encima del promedio de la OCDE (8%), lo que refleja una infraestructura que requiere inversión urgente.
Carreteras congestionadas, puertos saturados y una red ferroviaria subutilizada son algunos de los cuellos de botella que afectan la competitividad. La modernización de corredores clave, como el que conecta el Golfo con el Pacífico, y la ampliación de terminales portuarias como Veracruz y Manzanillo, son acciones prioritarias para responder al aumento en la demanda de transporte derivado del nearshoring.
Lo que deben considerar las empresas B2B
Para las empresas mexicanas de logística y supply chain, este momento representa una oportunidad única. Pero también exige visión estratégica. La relocalización industrial no es una promesa garantizada, sino una ventana que solo quienes se adapten con agilidad podrán convertir en ventaja competitiva. Invertir en tecnología, formar talento especializado, diversificar proveedores y anticiparse a los cambios regulatorios son acciones clave para consolidarse como aliados estratégicos en esta nueva era del comercio global.
México tiene todo para convertirse en un hub logístico global: ubicación privilegiada, tratados comerciales, talento y demanda creciente. Pero el éxito dependerá de cómo se aborden los retos estructurales, tecnológicos y operativos que aún persisten. Está en el centro del mapa logístico mundial. Y las decisiones que se tomen hoy, desde el almacén hasta la sala de juntas, definirán el papel del país en las cadenas de suministro del futuro.