El paro nacional convocado por organizaciones de transportistas y productores agrícolas para este lunes 24 de noviembre amenaza con interrumpir la infraestructura logística más importante del país, desde autopistas federales y nodos metropolitanos hasta accesos a aduanas y zonas industriales estratégicas.
De acuerdo con la Asociación Nacional de Transportistas (ANTAC), el Frente Nacional para el Rescate del Campo Mexicano (FNRCM) y los mensajes difundidos por sus dirigentes, el llamado es claro: “no salir a las carreteras” ante la previsión de bloqueos totales en al menos 25 estados.
A diferencia de movilizaciones previas, este paro combina cierres físicos y paralización operativa de flotas, lo que eleva el riesgo de disrupción para toda la cadena de suministro.
Las vialidades y corredores troncales en mayor riesgo
Diversos medios nacionales coinciden en que la mayor parte del movimiento se concentrará en autopistas federales, especialmente aquellas que conectan a Ciudad de México, la frontera norte y los principales polos productivos del país.
Accesos al Valle de México. El cierre de estas rutas podría generar congestión regional severa, afectando centros de distribución, patios de carga y plataformas logísticas.
- México–Querétaro
- México–Toluca
- México–Pachuca
- México–Puebla
- México–Cuernavaca
Corredores frontera–centro. Estos ejes articulan gran parte del tráfico de comercio exterior con Estados Unidos.
- Chihuahua - Ciudad Juárez - Bajío
- Nuevo Laredo / Reynosa - Monterrey - San Luis Potosí
Corredores agroindustriales. La participación del sector agrícola implica bloqueos en zonas de abastecimiento alimentario.
- Jalisco (corredor Ocotlán–La Barca)
- Veracruz (zonas agrícolas y conectoras al puerto)
- Sonora y Sinaloa (graneros nacionales)
Zonas con riesgo histórico de disrupción
- Michoacán (conexiones hacia Lázaro Cárdenas)
- Puebla–Tlaxcala (manufactura, autopartes)
- Zacatecas (corredor hacia norte y occidente)
Aduanas y accesos a puertos bajo alerta. Las organizaciones han señalado que accesos carreteros a aduanas y zonas portuarias podrían verse afectados, incluso si no se bloquean directamente los recintos.
Frontera norte. Estos puntos concentran más del 40% del comercio exterior carretero.
- Nuevo Laredo
- Ciudad Juárez
- Reynosa
- Nogales
Pacífico. El riesgo se concentra en rutas de aproximación y entronques carreteros.
- Tijuana
- Conexiones a Manzanillo
- Vías hacia Lázaro Cárdenas
Golfo. Posibles afectaciones en el hinterland carretero de carga contenerizada, químicos y alimentos.
- Veracruz
- Tuxpan
¿Qué exigen transportistas y campesinos?
Aunque cada gremio mantiene demandas específicas, el paro del 24 de noviembre surge de un diagnóstico compartido de crisis en la infraestructura, la seguridad vial y la operación logística del país. Tanto transportistas como productores agrícolas coinciden en que las condiciones actuales afectan su capacidad de trabajar, competir y garantizar el abasto nacional.
A continuación, se amplía cada eje del pliego de solicitudes:
Demandas del sector transporte
1). Reducción de robos, asaltos y extorsiones en carreteras. De acuerdo con los gremios, la inseguridad en las principales autopistas federales ha escalado en frecuencia y violencia:
- Robos de carga en puntos críticos como Puebla, Estado de México, Veracruz y Guanajuato.
- Extorsiones y cobros ilegales en rutas fronterizas y tramos estatales.
- Incidentes armados que ponen en riesgo a operadores y afectan a empresas de logística, retail, agroindustria y automotriz.
Los transportistas aseguran que, pese a múltiples mesas de trabajo en años previos, la vigilancia carretera sigue siendo insuficiente, la presencia de Guardia Nacional es intermitente, y las bandas operan con conocimiento de horarios y puntos ciegos.
2). Regularización de trámites ante SICT. El paro también responde a un problema operativo crónico:
- Rezagos en emisión de licencias federales plastificadas, que obligan a usar documentos provisionales.
- Retrasos de semanas o meses para renovar placas y permisos.
- Filas largas y requisitos cambiantes en los Centros SCT.
- Procesos digitalizados incompletos o que no sincronizan con verificaciones físicas.
Para empresas de transporte, estos retrasos equivalen a unidades fuera de operación, multas y más costos administrativos.
3). Fin a cobros indebidos y abusos de autoridad. Los gremios señalan:
- Retenes irregulares en carreteras estatales y municipales.
- Multas “negociadas” en sitio sin fundamento legal.
- Inspecciones duplicadas o fuera de competencia.
Esto no solo incrementa los costos de viaje, sino que afecta los SLA (Service Level Agreements) acordados con clientes, impacta la trazabilidad y genera incertidumbre operativa en rutas largas.
4). Mejora de infraestructura y vigilancia. Los transportistas advierten que el deterioro de carreteras —baches, obras inconclusas, falta de señalización y zonas oscuras— aumenta:
- El riesgo de accidentes
- El desgaste prematuro de unidades
- Los tiempos de tránsito
- La probabilidad de robos
En zonas como Michoacán, Veracruz y Chiapas, la combinación de mal estado de la infraestructura más la ausencia de vigilancia es considerada “de alto riesgo”.
Demandas del sector agrícola
1). Precios justos para el maíz y granos básicos. Los productores aseguran que los precios a los que venden maíz, trigo o sorgo no cubren costos de producción, especialmente tras:
- Incrementos en fertilizantes
- Aumentos en diésel y transporte
- Insumos importados más caros
- Ausencia de programas de comercialización robustos
El FNRCM denuncia que en varios estados los centros de acopio ofrecen precios “muy por debajo del mercado”, afectando la rentabilidad del campo.
2). Banca de desarrollo y apoyos productivos. Los agricultores piden:
- Créditos accesibles (tasas bajas y no condicionadas)
- Financiamiento para riego, maquinaria y semillas
- Programas de fomento productivo que sustituyan esquemas eliminados en los últimos años
Señalan que sin inversión, la producción nacional pierde competitividad frente a importaciones, incluso dentro del T-MEC.
3). Revisión de importaciones agrícolas. El movimiento exige frenar la entrada de granos a bajo costo que presionan a la baja el precio nacional, especialmente, maíz amarillo, trigo y sorgo.
En regiones productoras, aseguran que estas importaciones hacen “imposible” competir, y piden mecanismos de estabilización de mercado.
4). Garantizar alimento para el país. El discurso del FNRCM vincula el paro con el riesgo del abasto alimentario:“Trabajamos para que el pueblo de México tenga alimento, por eso es esta lucha”.
Esto subraya que el paro no es solamente gremial, sino un llamado a revisar toda la cadena agroalimentaria, desde producción y acopio hasta transporte y distribución.
¿Cuál es la postura del Gobierno de México?
En su conferencia matutina de este viernes 21 de noviembre, la presidenta Claudia Sheinbaum dijo que el Gobierno Federal sí mantiene comunicación con los grupos convocantes al paro, principalmente a través de dos dependencias clave en este conflicto:
- La Secretaría de Gobernación (Segob): Responsable de la interlocución política, atención a conflictos sociales y negociación con organizaciones.
- La Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader): Encargada del componente agrícola del paro, donde se concentran demandas sobre precios de granos, apoyos productivos e importaciones.
La presidenta señaló que “hay diálogo”, aunque no detallo compromisos, acuerdos preliminares, ni medidas inmediatas para atender las demandas de transportistas y campesinos; tampoco se anunciaron mesas técnicas, rutas de trabajo o mecanismos de distensión, que en otros conflictos han permitido detener los paros y bloqueos.
Pese a la respuesta de Sheinbaum, los gremios no han reconocido avances en las negociaciones y mantienen su postura: la ANTAC ratificó que los operadores no saldrán a carretera el lunes y no se cargarán mercancías en flotas adheridas; mientras que, el FNRCM reiteró que instalarán bloqueos físicos en carreteras, aduanas y corredores agroindustriales.
Esto significa que, operativamente, el escenario base para la logística nacional no ha cambiado: el paro sigue firme, la infraestructura sigue en riesgo, y la incertidumbre persiste entre exportadores, importadores, transportistas, distribuidores y centros de distribución.
¿Cuál es el impacto que tendrá en la cadena logística?
Los sectores logísticos nacionales deberán estar atentos a las negociaciones, pero si el paro se aplica como han anunciado los transportistas y agricultores, el bloqueo de infraestructura y la parálisis operativa del transporte de carga implicará una disrupción en toda la cadena logística del país; especialmente, en sectores con altos niveles de sincronización, just-in-time y ventanas estrictas de entrega.
Los principales efectos serían:
Interrupción en rutas troncales. Las rutas más críticas del país —las que conectan Ciudad de México, el Bajío, el norte industrial y los puertos— podrían quedar parcial o totalmente bloqueadas, con efectos como:
1). Congestión severa en accesos metropolitanos. Los accesos a CDMX (México–Querétaro, México–Puebla, México–Toluca, México–Pachuca y México–Cuernavaca) concentran:más del 30% de la carga federal que llega a centros de distribución,operaciones de última milla para retail y supermercados,abastecimiento hacia manufactura, así como e-commerce.Aun bloqueos de 4 a 6 horas pueden provocar el cierre temporal de patios, retraso en rutas multi-drop y pérdida de ventanas de entrega en centros de distribución automatizados.
2). Interrupción de flujos industriales entre norte-centro. Los corredores frontera–centro suelen operar en horarios estrictos, especialmente:el sectorautomotriz (líneas sincronizadas),electrodomésticos,electrónica o acero.Un bloqueo en Chihuahua, Coahuila, Nuevo León o Tamaulipas puede frenar entregas just intime para OEMs y Tier 1.
3). Afectación a corredores agroindustriales. Rutas hacia Jalisco, Veracruz, Sinaloa y Sonora mueven diariamente:perecederos,proteína animal,hortalizas o granos básicos.
Los bloqueos pueden provocar pérdidas por caducidad, cancelación de cargas refrigeradas y saturación de centros de acopio.
Retrasos en comercio exterior
La participación de transportistas en accesos a aduanas y cruces fronterizos es uno de los elementos más sensibles, ya que estas rutas movilizan: manufactura automotriz, autopartes, equipo médico, electrónicos, alimentos frescos, materias primas industriales e insumos agrícolas importados.
1). Riesgos en la frontera norte. Aduanas como Nuevo Laredo, Ciudad Juárez, Reynosa y Nogales reciben decenas de miles de cruces diarios; por lo cual, los bloqueos en estas áreas pueden generar colas de kilómetros, tiempos de espera de 8 a 12 horas y cancelación de operaciones por parte de forwarders, afectando directamente el cumplimiento de compromisos en el marco del T-MEC.
2). Disrupciones en accesos a puertos marítimos. Aunque los puertos no sean cerrados, un bloqueo en sus accesos —principalmente Veracruz, Manzanillo y Lázaro Cárdenas— puede detener la entrada y salida de contenedores, provocar congestión en patios intermodales y aumentar costos por demurrage y detention.
3). Fricción en operaciones multimodales. Los bloqueos pueden obligar a cancelar citas en terminales ferroviarias, interrumpir entregas puerta a puerta o desacoplar operaciones entre camión-tren-buque. Esto afecta especialmente a empresas que operan bajo modelos sincronizados de intermodalidad.
Demoras en suministro alimentario
Las zonas agrícolas donde operará el FNRCM producen buena parte del alimento que abastece a ciudades como CDMX, Guadalajara, Monterrey, Puebla y Tijuana. Bloqueos en estas regiones pueden provocar:
1). Afectación inmediata a perecederos. Productos con vida útil corta —frutas, verduras, huevo, lácteos, carne refrigerada— no pueden permanecer horas detenidos sin riesgo de descomposición,ruptura de cadena de frío o rechazo por calidad en CEDIS.
2). Escasez temporal en mercados y supermercados. Bloqueos en rutas como “Sinaloa-CDMX”, “Jalisco-Bajío” o “Veracruz-Centro del país” pueden reducir la disponibilidad de alimentos en 24 o 48 horas.
3). Incremento de precios de corto plazo. Si los bloqueos se prolongan por más de un día, se generan sobrecostos,menor oferta en centrales de abasto y presión inflacionaria inmediata en perecederos.
Sobrecostos operativos
El impacto económico será significativo incluso si el paro dura solo un día. Los principales sobrecostos para empresas son:
1). Desvíos y replanes de ruta. Las flotas deberán buscar rutas alternas que suelen implicar más kilómetros, más combustible, más horas de operador y peajes adicionales. Esto incrementa los CPO (Costos por Operación) entre 12% y 40%, dependiendo del trayecto.
2). Horas-hombre ociosa y ventanas perdidas. Los operadores detenidos generan pago de horas no productivas,retraso en turnos y reprogramación de carga/descarga.En retail y automotriz, perder una ventana de entrega puede implicar penalidades contractuales.
3). Sobrecostos en almacenaje. Si la mercancía no puede salir, los almacenes se saturan, se rentan espacios adicionales,se prolonga estadía en patios o aumentan costos de contenedor (demurrage/detention).
4). Penalidades por incumplimientos de SLA. Empresas con acuerdos de entrega en tiempos críticos (farmacéutica, automotriz, e-commerce) pueden enfrentar multas o devoluciones.
5). Reprocesos operativos. Un bloqueo puede obligar a recalendarizar entregas,redistribuir inventario y reorganizar rutas urbanas; esto, afecta eficiencia y genera costos no planificados.
En este contexto, aunque la movilización dure un día, su efecto logístico puede extenderse a 48 o 72 horas, dependiendo de la duración de los bloqueos, el nivel de afectación en las aduanas, la capacidad de desvío de empresas y la congestión residual en corredores clave.














