El Nearshoring ha posicionado a México como uno de los destinos más atractivos para la relocalización de cadenas de suministro. Factores como la proximidad con Estados Unidos, una red robusta de tratados comerciales y su capacidad manufacturera atrajeron más de 36,800 millones de dólares en inversión extranjera directa en 2024, según la Secretaría de Economía.
Sin embargo, este crecimiento acelerado ha puesto bajo presión a la infraestructura logística, los recursos naturales y la capacidad energética de regiones como el norte del país y el Bajío, donde ya se perciben signos de saturación y estrés ambiental.
Este escenario exige repensar cómo México gestiona sus materiales y residuos, y recalca la urgencia de pasar de la teoría a la práctica en materia de economía circular para sostener el desarrollo industrial y logístico.
Economía circular: de la estrategia nacional a la realidad del sector
La economía circular es un concepto reconocido en el Plan Nacional de Desarrollo 2025–2030 como eje estratégico para el desarrollo sustentable. Su meta es dejar atrás la economía del descarte mediante la optimización de recursos, la reducción de residuos y la prevención de la contaminación.
No obstante, según la SEMARNAT, la brecha entre la estrategia y la realidad es considerable: “El índice de circularidad de los materiales que entran a la economía es del 0.4% del consumo total.”
Esto significa que apenas una fracción de los materiales insumo se reciclan o reutilizan, frente al promedio global de 7.2% reportado en este mismo plan.
Frente a este panorama, la logística circular surge como una alternativa necesaria para rediseñar procesos, reducir el impacto ambiental, incrementar la trazabilidad, y con eso aumentar la eficiencia en las cadenas de suministro.
Además, la transición hacia una logística circular es fundamental para que el Nearshoring en México sea realmente sostenible.
No se trata solo de reciclar, sino de transformar la forma en que se diseñan, gestionan y retornan los materiales en la cadena de suministro, integrando modelos de reutilización y sistemas de rastreo avanzado que permitan cerrar el ciclo de los recursos.
Algunos puntos de partida
En la práctica, varias marcas líderes en México actualmente están implementado redes logísticas colaborativas con empaques secundarios y terciarios reutilizables, que circulan en sistemas de poolingy retornan a través de redes compartidas, facilitando la trazabilidad y la reducción de residuos.

Otras organizaciones han apostado por materiales reciclados certificados, lo que no solo asegura la autenticidad ante clientes y reguladores, sino que también abre oportunidades en mercados internacionales que exigen transparencia y cumplimiento ambiental.
En términos de automatización, el Nearshoring está impulsando la adopción de robótica y sistemas de empaque automatizado en centros de distribución, optimizando recursos y mejorando la eficiencia operativa.
Regulaciones con impacto sostenible
Estas innovaciones reducen el desperdicio y mejoran la eficiencia. Además, incrementan la transparencia y el monitoreo operativo, permitiendo a las empresas mexicanas adaptarse con mayor rapidez a los estándares globales ambientales y sociales.
Esto es especialmente relevante para proveedores mexicanos que abastecen a clientes en Estados Unidos, quienes a su vez exportan a otros mercados internacionales y deben demostrar el cumplimiento de criterios ambientales, sociales y de gobernanza (ESG).
En este contexto, regulaciones como el Mecanismo de Ajuste en Frontera por Carbono (CBAM) de la Unión Europea o la Ley de Diligencia Alemana (LkSG) exigen a cualquier empresa con operaciones globales (incluidas las que producen en México para clientes multinacionales) recopilar y reportar datos sobre emisiones, condiciones laborales y otras prácticas de sostenibilidad.
Colaboración y ejecución: claves del Nearshoring sostenible
Aunque la trazabilidad y el reporteo son condiciones necesarias, no suficientes para que el Nearshoring se convierta en una verdadera palanca de desarrollo sostenible para México.
Se requiere una visión integral que articule todos los eslabones: desde la formalización de actores clave (como los más de 2.5 millones de personas dedicadas a la pepena) hasta la inversión en infraestructura, la capacitación de talento y la colaboración multisectorial.
La informalidad en la recolección perpetúa un sistema de intermediarios que dificulta el acceso directo y confiable de las empresas a materiales reciclables de calidad.
Sin formalizar este sector, México seguirá enfrentando barreras en su camino hacia una economía circular: cuellos de botella, precios inflados y escasez de materiales certificados, lo que limita la capacidad de responder a la demanda de sostenibilidad que exige el Nearshoring.
¿Cómo ser un socio confiable?
Solo con una acción coordinada será posible cerrar las brechas entre la estrategia y la realidad, transformar los retos en ventajas competitivas y evitar que el Nearshoring se limite a una simple relocalización de impactos.
En última instancia, el éxito de México dependerá de su capacidad para profesionalizar la logística, adoptar modelos circulares, garantizar la inclusión social y demostrar, con datos y resultados, que puede ser un socio confiable y resiliente en la nueva economía global.
Sin una ejecución intencional y decidida, el riesgo es que los retos ambientales y sociales se profundicen, y que el país quede rezagado frente a los nuevos estándares globales.
El momento de actuar es ahora y aún estamos a tiempo de elegir el camino correcto.