En una medida que impactará directamente a empresas de comercio electrónico, logística y consumidores finales, el Gobierno federal publicó en el Diario Oficial de la Federación (DOF) un incremento del impuesto a mercancías importadas por paquetería, que pasará del 19% al 33.5% a partir del 15 de agosto de 2025.
Esta modificación, introducida mediante la Cuarta Resolución de Modificaciones a las Reglas Generales de Comercio Exterior, afectará específicamente a envíos con valor menor o igual a 2,500 dólares gestionados por empresas de mensajería, con implicaciones estratégicas para operadores logísticos y compañías B2B que dependen de insumos importados.
La decisión, formalizada por la Secretaría de Hacienda y el Servicio de Administración Tributaria (SAT), actualiza la regla 3.7.35 de las Reglas Generales de Comercio Exterior y representa la culminación de una política anunciada inicialmente en enero de 2025 por la administración de la presidenta Claudia Sheinbaum.
Lejos de ser inesperada, esta medida se alinea con la estrategia gubernamental de proteger la industria nacional –especialmente los sectores textil, calzado y manufacturero– frente a la competencia de plataformas globales como Shein, Temu, AliExpress y Amazon, acusadas de generar prácticas de competencia desleal mediante precios artificialmente bajos.
Para las empresas B2B y proveedores logísticos, el cambio redefine los costos operativos de importaciones menores, comúnmente utilizadas para muestras, repuestos o producción justo a tiempo.
Gravamen diferenciado
El ajuste tributario no aplica uniformemente: mientras productos originarios de China y otros países sin tratado comercial enfrentarán la tasa completa del 33.5%, los envíos desde Estados Unidos y Canadá mantienen beneficios bajo el T-MEC. Para estos últimos:
- Envíos bajo 50 dólares siguen exentos
- Entre 50-117 dólares conservan tasa del 17%
- Mayores a 117 dólares pagan 19%
Esta asimetría refleja presiones geoeconómicas más amplias. Como señaló Juan Carlos Baker, exsubsecretario de Comercio Exterior y uno de los negociadores del T-MEC (tratado entre Estados Unidos, México y Canadá), en una entrevista con Bloomberg, Estados Unidos ha presionado a México para cerrar la “puerta trasera” que permitía a productos chinos eludir aranceles estadounidenses mediante triangulaciones por territorio mexicano. La tensión se enmarca en las amenazas de aranceles del 25% a productos mexicanos por parte del gobierno de Donald Trump, que ya han generado incertidumbre en cadenas de suministro binacionales.
Impacto operativo para empresas logísticas
Para operadores de paquetería y logística, la medida implica:
1. Reestructuración de costos. El ejemplo citado por analistas es revelador: un pedido de 500 dólares desde China pagaba 95 dólares en impuestos; ahora costará 167.50 dólares. Esto podría reducir volúmenes de envíos menores, impulsando consolidación de cargas.
2. Complejidad aduanera. Deberán implementarse sistemas para discriminar tasas según país de origen y valor declarado, lo que aumentará la carga administrativa.
3. Oportunidad para proveedores locales. Fabricantes mexicanos de insumos industriales, componentes textiles o piezas electrónicas podrían captar clientes que busquen eludir los sobrecostos.
Reacciones y escenarios
Frente a estos cambios, las empresas de mensajería y paquetería deberán fortalecer sus controles internos, completar la información del consignatario en la guía aérea, incluir descripciones precisas de los bienes y verificar el cumplimiento de regulaciones y restricciones no arancelarias. Organizaciones como FedEx ya advirtieron sobre la obligatoriedad de contar con RFC, CURP y datos de identificación completos de destinatarios, así como con guías aéreas detalladas, para evitar retenciones o devoluciones de mercancía por falta de documentación adeudada.
El sector logístico enfrenta además el desafío de combatir prácticas de "fragmentación de pedidos" donde compradores dividen envíos para mantenerlos por debajo de los 50 dólares y librar el impuesto.
Importadores pequeños y emprendedoras conocidas como “nenis” –que compran por volumen en plataformas chinas para su posterior venta local– enfrentan una fuerte presión de márgenes. Estas microempresarias, que consolidan pedidos de diversas procedencias y añaden valor con marcas propias o etiquetas, deben recalcular costos de adquisición y ajustar sus precios de venta para absorber el nuevo gravamen, lo que puede repercutir en su competitividad frente a distribuidores formales y marketplaces nacionales.
Aunque plataformas como Shein y Temu no han emitido comunicados oficiales, de antemano han respondido con promociones adicionales, envíos subsidiados y cupones de descuento, en un intento por mantener la preferencia de los consumidores mexicanos. Además, han abierto espacios para proveedores nacionales en sus plataformas, procurando diversificar orígenes y sortear el impacto del gravamen en las transacciones de menor costo.
Está visto que, inevitablemente, tanto las plataformas comerciales como las empresas de logística deberán navegar aguas tributarias más turbulentas mientras buscan alternativas que mantengan su competitividad.