Washington, (EFE).- Unas horas después de que miles de trabajadores de varias plantas de General Motors (GM), Ford y Stellantis en Estados Unidos entraran en huelga, los fabricantes declararon que están frustradas por no haber logrado un acuerdo e hicieron un llamamiento a los sindicatos para seguir negociando.
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El presidente del sindicato UAW, Shawn Fein, anunció a las 23.00 hora local del jueves (02.00 GMT del viernes) que los trabajadores de las plantas de montaje de Wentzville, en Misuri, de GM; los de la planta de Toledo, en Ohio, de Stellantis; y los de la planta de Michigan, en Michigan, de Ford, serían los primeros en declararse en huelga.
Las tres fábricas emplean a alrededor de 13.500 personas. Según Fein, esta es la primera vez en la historia que se declaran huelgas al mismo tiempo en las tres compañías.
El presidente estadounidense, Joe Biden, quien saca pecho con frecuencia de la fuerza del empleo en el país, especialmente del manufacturero, hablará este viernes sobre el tema, informó la Casa Blanca.
En la entrevista con CNN Barra consideró "histórica" la oferta de la empresa de aumentos salariales brutos del 20% y participación en las ganancias y pidió a los sindicatos que se acerquen a una "oferta realista".
A través de un comunicado, Ford indicó que "sigue absolutamente comprometido a alcanzar un acuerdo" que recompense a los empleados y "proteja la capacidad de Ford para invertir en el futuro" a medida que se avanza en la transformación de la industria.
Ford, apuntó la compañía, ha presentado cuatro propuestas a la UAW desde el 29 de agosto y la última era "históricamente generosa, con grandes aumentos salariales" y otros beneficios.
Pero el sindicato la rechazó y se aferró a una propuesta que "si se implementa" "duplicaría con creces los costos laborales actuales de Ford".
También en un comunicado, Jodi Tinson, portavoz de Stellantis, afirmó que la compañía está "extremadamente decepcionada por la negativa de los líderes del UAW a participar de manera responsable para llegar a un acuerdo justo".
Tras el anuncio de anoche del líder sindical Shawn Fein, centenares de afiliados del sindicato se situaron en las puertas de entrada de las plantas de Wentzville, Toledo y Michigan para participar en los piquetes.
El sindicato y las tres empresas negocian desde julio la firma de un nuevo convenio colectivo para los próximos cuatro años. Pero UAW ha dicho que las empresas no están negociando de buena fe.
El sindicato reclama una subida salarial del 46% en cuatro años, la instauración de nuevo de pensiones tradicionales, la reducción de la jornada laboral y la sindicalización de los trabajadores de las fábricas de producción de baterías.
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