Cada año, entre abril y septiembre, una marea inesperada pone a prueba la logística costera y la coordinación en México: el arribo masivo de sargazo al Caribe Mexicano.
Esta macroalga, que flota libremente en mar abierto, ha dejado de ser solo un problema ambiental o turístico: se ha convertido en un fenómeno que requiere una coordinación logística multidimensional encabezada por la Secretaría de Marina (SEMAR), en alianza con otras instancias del gobierno federal y los municipios de Quintana Roo.
De acuerdo con información oficial, en lo que va de este 2025, la cantidad total acumulada de sargazo entre los siete puertos del estado de Quintana Roo ha sido de un aproximado de 4236.26 toneladas.
Desde 2019, la SEMAR asumió el liderazgo de la Operación Sargazo, una estrategia permanente con base de mando en Isla Mujeres.
Su objetivo es anticipar, contener, recolectar y transportar esta alga antes de que llegue a las playas. La operación se despliega en coordinación con un Comité Técnico Científico y múltiples actores civiles y gubernamentales.

Todo esta estrategia tiene detrás una importante operación logística para coordinar los trabajos, la recolección, el traslado, el tratamiento, etc.
7,545 metros de barreras sargaceras
De acuerdo con la Secretaría de Marina, para la recolección de esta alga la operación desplegó un total de 13 unidades marítimas, entre las que se encuentran buques sargaceros, embarcaciones menores y barreras de contención que permiten recolectar el sargazo en mar abierto y en aguas someras, antes de que alcance las playas.
En lo relativo a las barreras sargaceras, actualmente se encuentran instaladas 7,545 metros, distribuidas así: 2,310 metros en Puerto Morelos, 2,580 metros en Playa del Carmen, 390 metros en Tulum y 2,265 metros en Mahahual.
Más de 4 mil toneladas de sargazo
De acuerdo con el seguimiento, se estima que la cantidad que está próxima a recalar en las costas del Caribe mexicano es un total de 77 toneladas en cuatro ubicaciones distintas.
Solo en lo que va de este 2025 -hasta el 5 de junio-, la cantidad total acumulada de sargazo entre los 7 puertos del estado de Quintana Roo es de aproximadamente 4,236.26 toneladas.
Si se analizan las cifras desde el 2019, estamos hablando de un acumulado de 266,043 toneladas.
Etapas logísticas de la Operación Sargazo
La logística detrás de la estrategia se divide en varias fases clave:
- Monitoreo y predicción:
El Instituto Oceanográfico del Golfo y Mar Caribe realiza vigilancia satelital para detectar manchas de sargazo y prever su trayectoria. Esta información permite planear rutas de recolección y desplegar recursos de forma anticipada. - Contención en mar abierto:
Se instalan barreras flotantes georreferenciadas, que desvían el sargazo hacia zonas de acumulación donde las embarcaciones sargaceras lo recolectan evitando que toque tierra. - Recolección y transporte marítimo:
Las embarcaciones están equipadas con bandas mecánicas que recogen el sargazo. Una vez lleno el sistema, retornan al puerto base donde se descarga la biomasa en costales especiales y se transfiere a puntos de acopio o barcazas. - Transferencia terrestre:
Desde los sitios de acopio, vehículos autorizados lo trasladan a estaciones de tratamiento ubicadas al menos a 500 metros de cuerpos de agua o zonas protegidas. Ahí se deshidrata, se clasifica y se dispone de forma temporal o definitiva, según su posible aprovechamiento. - Registro y trazabilidad:
Todo el proceso se documenta en un sistema de monitoreo coordinado por SEMARNAT e INECC. Cada carga recolectada debe registrarse con evidencia fotográfica, volumen y destino final.

Triturado a bordo o trasladado a estaciones de tratamiento
El documento llamado "Lineamientos Técnicos y de Gestión para la Atención de la Contingencia Ocasionada por Sargazo en el Caribe Mexicano y el Golfo de México" destaca que el sargazo recolectado en el mar puede ser triturado a bordo de los buques o entregado al municipio para que en vehículos de carga sea trasladado a las estaciones de tratamiento.
En los lugares donde no haya muelle, se descargarán las bolsas y costales en los puntos de acopio para su posterior traslado a las estaciones de tratamiento o sitios de disposición final establecidos por el municipio.