Hace unos días, China anunció un movimiento estratégico que podría reconfigurar el comercio mundial de minerales críticos, a través de una nueva regulación: el Ministerio de Comercio anunció que toda exportación de tierras raras y tecnologías relacionadas quedará sujeta a licencias estrictas, con criterios más duros para sectores como defensa y semiconductores.
Dichas reglas, incluyen la incorporación de cinco elementos a la lista de control (holmio, erbio, tulio, europio e iterbio), así como decenas de equipos usados en refinación y manufactura de imanes de alta potencia.
Además, las medidas —lanzadas a pocos meses de la reunión prevista entre Xi Jinping y Donald Trump en el marco del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC, por sus siglas en inglés)— también aplicarán a productos fabricados fuera de China que contengan tierras raras de origen chino, ampliando el alcance extraterritorial de su marco regulatorio.
De acuerdo con The New York Times, las nuevas normas entrarán en vigor el 1 de diciembre, y representan la ofensiva más amplia de China para afianzar su control sobre el mercado global de semiconductores y tecnologías avanzadas.
A unas horas del primer anuncio, el “gigante asiático” informó que también restringirá, a partir del 8 de noviembre, la exportación de equipos utilizados para fabricar baterías de vehículos eléctricos, en un intento por preservar su ventaja competitiva en la industria automotriz.
¿Qué son las tierras raras y por qué son tan importantes?
En el centro de esta jugada están las tierras raras, un conjunto de 17 elementos químicos —incluidos el escandio, itrio y los 15 lantánidos— que, aunque relativamente abundantes en la corteza terrestre, se encuentran dispersos y requieren procesos complejos para su extracción y refinación, explica el Mineral Commodity Summaries: Rare Earths, publicado en 2024 por el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS).
Su relevancia radica en que no existen sustitutos tecnológicos equivalentes a corto plazo, en industrias de alto valor como:
- En electrónica y semiconductores, elementos como el europio, terbio e itrio son esenciales para pantallas, chips y componentes de alta precisión.
- En electromovilidad y energías renovables, el neodimio, disprosio y praseodimio permiten fabricar imanes permanentes de alta potencia para motores eléctricos y turbinas eólicas.
- También son clave en sensores, radares y sistemas de defensa avanzados.
China controla alrededor del 70% de la producción minera mundial y más del 90% de la refinación, además de liderar etapas intermedias como la fabricación de imanes y componentes, menciona The Role of Critical Minerals in Clean Energy Transitions, publicado en 2023 por la Agencia Internacional de Energía (AIE).

China blinda su dominio y bloquea a sus rivales en tecnología
Esta posición dominante le permite a China influir directamente sobre cadenas tecnológicas globales, que se fortalecen con las nuevas regulaciones emitidas este octubre, que prohíben transferir desde su territorio cualquier equipo o información que ayude a otros países a establecer su propia producción de estos componentes, lo cual supone un obstáculo estratégico para la diversificación global.
Empresas de Estados Unidos y Europa llevan tiempo construyendo alrededor de media docena de plantas para producir imanes de tierras raras, y aunque la mayoría ya recibió el equipo necesario, podría tomar hasta tres años alcanzar su capacidad máxima de producción.
Adicionalmente, las normas otorgan amplios poderes al Ministerio de Comercio chino para restringir no solo la exportación de metales e imanes, sino también de numerosos dispositivos —como motores eléctricos y chips— que contienen estos materiales, subraya The New York Times. En conjunto, estas medidas refuerzan el control estructural de China sobre las etapas más sensibles de la cadena de valor, consolidando su papel como “cuello de botella” tecnológico y logístico a escala mundial.
Efectos dominó en las cadenas globales
Las restricciones no se limitan al comercio de materias primas: afectan directamente las cadenas logísticas y productivas globales. Industrias como la de semiconductores, autos eléctricos, electrónica avanzada, turbinas eólicas y defensa podrían enfrentar mayores costos y tiempos de entrega más largos si no logran diversificar proveedores.
Según The New York Times, las nuevas normas podrían alterar las operaciones de gigantes tecnológicos como Nvidia, Apple, TSMC, SK Hynix y Samsung, ya que las tierras raras son esenciales para la fabricación de chips utilizados en inteligencia artificial, electrónica de consumo y sistemas industriales. China refina, por ejemplo, el 99% del disprosio ultrapuro mundial, utilizado para estabilizar la conductividad de chips a altas temperaturas, y toda la producción de samario, metal usado por Estados Unidos en aviones F-35 y misiles.
La norma china establece que cualquier producto que contenga más del 0.1% de su valor en tierras raras chinas deberá contar con licencia de exportación, un umbral que resulta casi imposible de rastrear en cadenas de suministro complejas. Esto amplía el alcance regulatorio chino de manera similar a como Estados Unidos aplica controles extraterritoriales sobre tecnología de chips.

EU responde: aranceles en la mira
La reacción de Estados Unidos no tardó en hacerse presente, en declaraciones recientes, Donald Trump calificó la medida como “hostil” y amenazó con imponer “aranceles masivos” en represalia; también, puso en duda la realización de su reunión bilateral con Xi Jinping, lo que eleva el tono diplomático en plena fase de redefinición de cadenas estratégicas, señaló la cadena CNN.
Este cruce de declaraciones sugiere que las tierras raras podrían convertirse en una nueva pieza de la guerra comercial entre China y EU, con el potencial de provocar nuevas rondas de aranceles, represalias cruzadas y fragmentación del comercio internacional, similar a lo ocurrido con el acero, el aluminio y los semiconductores en etapas anteriores del conflicto.
Un nuevo tablero geoeconómico
Más allá de la dimensión técnica, las restricciones representan una jugada geopolítica cuidadosamente calculada; al condicionar el acceso a minerales estratégicos, China fortalece su posición negociadora frente a EU y otros actores globales, en un contexto donde la transición energética y la transformación digital dependen de estos insumos.
Para las cadenas de suministro globales, esto significa operar en un entorno más regulado, impredecible y fragmentado, donde la resiliencia logística y la adaptación normativa serán factores clave para mantener la continuidad operativa.
Para gobiernos y empresas, el reto será anticipar escenarios, diversificar suministros y fortalecer la resiliencia de sus cadenas ante un tablero internacional que se reconfigura rápidamente.