Berlín, (EFE).- El Gobierno alemán declaró que estudia una posible participación en la operación "Prosperity Guardian" contra los ataques de rebeldes hutíes al tráfico comercial en el mar Rojo, al tiempo que el Ministerio de Defensa, en particular, dijo estar preparado en caso de recibir la orden correspondiente.
"En relación con este tema estamos en conversación con nuestros socios europeos y estadounidenses en cuanto a cómo se pueden frustrar estos ataques en el futuro, y esto incluye precisamente también la cuestión sobre una posible participación" en esta operación, declaró en una rueda de prensa ordinaria el portavoz adjunto de Exteriores, Christian Wagner.
Agregó no querer especular sobre cualquier posible participación alemana, al subrayar que se está llevando a cabo un análisis interno del tema.
El portavoz de Defensa Arne Collatz, aseguró, por su parte, que en caso de recibir el correspondiente mandato político, la Marina alemana "tiene opciones para proporcionar apoyo", al referirse a las fragatas F124 -la Hesse, la Hamburgo y la Sajonia-, diseñadas precisamente para este fin con el foco en la defensa aérea.
Recordó, no obstante, que no necesariamente tiene que tratarse de esta sola capacidad, de recurrir a destructores y fragatas, ya que también hay otros aspectos a tener en cuenta como la logística, el mando, el reconocimiento y demás, "que pueden ser puestos a disposición" de la operación, algo que naturalmente debe coordinarse y también acordarse con el parlamento de darse el caso.
El portavoz del Gobierno, Steffen Hebestreit, en tanto, aludió a la "gran amenaza" para el tráfico marítimo civil en la zona por parte de los hutíes del Yemen e hizo "un llamamiento a Irán a instar a sus proxys a que se abstengan" de estos ataques, ya que tienen un "grave impacto" en el comercio mundial y en la seguridad de estos buques, "y eso es inaceptable", agregó.
Wagner, por su parte, señaló que también la operación antipiratería Atalanta "es con seguridad una de las opciones sobre la mesa" para contribuir a proteger la zona del mar Rojo. EFE egw/cae/may