La Asociación Nacional de Importadores y Exportadores de la República Mexicana (ANIERM) ha iniciado una nueva etapa con el nombramiento de Javier Lagunes Toledo como presidente nacional, en reemplazo de José Gerardo Tajonar Castro.
Este cambio de liderazgo llega en un momento clave para la logística y el comercio exterior de México, en medio de un escenario internacional convulso, tendencias de nearshoring, cambios en cadenas globales de suministro y una renovada apuesta por consolidar al país como un hub logístico regional.
En este sentido, Lagunes Toledo presentó un plan en tres frentes para su administración:
- Consolidación del ecosistema exportador, con especial foco en pequeñas y medianas empresas (pymes). La idea es que un mayor número de empresas mexicanas —no solo las grandes— puedan integrarse con éxito a los mercados internacionales.
- Promoción internacional de la oferta exportable en el segundo año. Buscará ampliar mercados destino para los productos mexicanos, aprovechar la “gran oferta” nacional, e incentivar la competitividad de lo producido en México.
- Fortalecimiento de la operación logística en un horizonte de tres años: mejorar la eficiencia del tránsito, la trazabilidad, tiempos de entrega y la competitividad de la cadena de valor logística nacional —con la ambición de consolidar a México como “el centro logístico por excelencia” de Norteamérica.
Además, la agenda incluye profesionalización del talento logístico, cumplimiento normativo, capacitación de agentes aduanales, y mejora de procesos operativos y administrativos.

Oportunidades y retos estructurales: lo que viene
El relevo en ANIERM ocurre en un contexto donde México vive un momento de oportunidad logística relevante:
- El fenómeno del nearshoring está redirigiendo inversiones hacia México. La demanda por manufactura cercana a mercados de EE. UU. ha generado nuevas corrientes exportadoras, lo que pone presión en la infraestructura portuaria, ferroviaria, carreteras y centros logísticos.
- A su vez, la infraestructura logística del país enfrenta retos: saturación de puertos, congestión vial, subutilización de modos de transporte alternativos (ferrocarril, multimodal), deficiencias en seguridad de carga y delitos a mercancías —un problema recurrente en las cadenas de suministro mexicanas.
- La competitividad global exige a México profesionalizar su capital humano en comercio exterior: aduanas, operadores logísticos, agentes de carga y transporte —objetivo que ANIERM ya había comenzado con estándares de competencia, pero que con la nueva gestión deberá reforzarse.
Bajo la presidencia de Lagunes, la ANIERM tiene la posibilidad de actuar como articulador clave entre sector privado, gobierno, autoridades aduanales y actores logísticos, para proponer soluciones de fondo: modernización de infraestructura, multimodalidad, seguridad en transporte, digitalización de procesos, y mayor integración de pymes al comercio exterior.

¿Qué queda por ver? Una agenda ambiciosa frente a un entorno que no perdona
Más allá de los discursos inaugurales y las hojas de ruta perfectamente delineadas, la verdadera prueba para la nueva presidencia de ANIERM comenzará cuando las metas deban enfrentarse al día a día del comercio exterior mexicano.
El plan de Javier Lagunes Toledo es contundente: consolidar la oferta exportadora, posicionarla en el mundo y elevar la eficiencia logística. Pero convertir esa visión en resultados palpables exigirá navegar un terreno que, por momentos, puede ser tan complejo como las propias cadenas globales de suministro.
En principio, la transformación logística que México necesita depende en buena medida de infraestructura que aún muestra signos de rezago.
Para que la ANIERM logre su objetivo de impulsar a México como hub regional, se requerirá más que voluntad: será imprescindible que los grandes proyectos —carreteras, aduanas modernizadas, nodos multimodales, ampliación de puertos— avancen con rapidez y, sobre todo, con continuidad.
La asociación podrá empujar la agenda, pero la ejecución dependerá de múltiples actores públicos y privados.
Otro punto crítico será la integración de las pymes al ecosistema exportador. El discurso suena claro: diversificar la oferta, incrementar la base de empresas mexicanas que llegan a mercados globales, reducir la dependencia de unos cuantos sectores.
Sin embargo, para miles de empresas pequeñas, exportar sigue siendo un laberinto de trámites, costos logísticos altos y barreras regulatorias difíciles de sortear.
La pregunta es si la ANIERM podrá convertirse en un traductor eficaz entre ese mundo burocrático y las necesidades reales de las pymes, al punto de permitirles competir en mercados donde cada dólar y cada minuto cuentan.
La seguridad logística también será un termómetro del avance. Ninguna estrategia de comercio exterior funciona si la carga no puede moverse de manera segura por el país.
El nuevo consejo directivo tendrá que apoyar iniciativas, diagnósticos y capacitación que permitan hacer frente a delitos que afectan a transportistas, operadores y empresas por igual.
El reto no es menor: cada año, el robo al autotransporte deja pérdidas millonarias y presiona las decisiones de inversión en rutas y almacenamiento.
Finalmente, hay un factor que no depende de la ANIERM pero que definirá el ritmo de todo lo demás: el entorno internacional. Cambios en regulaciones de socios comerciales, fluctuaciones económicas, nuevas tensiones geopolíticas o ajustes en tratados pueden modificar la demanda por productos mexicanos de un día para otro.

El éxito de la nueva presidencia estará en su capacidad de anticiparse a esos movimientos y preparar a sus afiliados para escenarios distintos, no solo para los ideales.
En suma, la visión está planteada. Ahora comienza la parte más compleja: convertir lo posible en real. La nueva administración tendrá que equilibrar ambición con pragmatismo y construir puentes —con empresas, gobierno, organismos internacionales y clusters logísticos— para que las oportunidades no se diluyan entre diagnósticos y buenas intenciones.














