La industria de productos cosméticos y de cuidado personal tiene en México un hub de manufactura y de exportación que destaca en la región de América Latina; sin embargo, hoy encara el desafío de reconfigurar parte de su cadena de suministro con proveedores locales.
A inicios de septiembre, el gobierno federal presentó al Congreso de la Unión la iniciativa para elevar las cuotas de más de mil 400 fracciones arancelarias como parte del Programa de Protección para Industrias Estratégicas de México, que va en línea con el Plan México y el Plan Nacional de Desarrollo 2025-2030.
La iniciativa de reforma a la ley de Impuestos Generales de Importación y Exportación propone aplicar aranceles de entre 35% y 50% a 24 fracciones arancelarias correspondientes al sector de jabones, perfumes y cosméticos; que comprenden productos terminados como champús o dentífricos, pero también a insumos como las preparaciones para maquillaje de labios y de ojos, así como para manicuras o pedicuras.

La iniciativa en discusión legislativa forma parte de un paquete mayor que busca blindar 19 sectores considerados estratégicos y sustituir importaciones de países sin tratado comercial con México a partir de promover el desarrollo de las cadenas de proveeduría nacional.
El valor de la cadena y del negocio
La Cámara Nacional de la Industria de Productos Cosméticos (Canipec) admite que la propuesta implicará retos mayúsculos para una cadena de suministro que depende de la importación de insumos específicos y en ocasiones, insustituibles.
El valor del mercado de cosméticos y cuidado personal en Latinoamérica ronda 120,000 millones de dólares, según cálculos de Carlos Berzunza, presidente ejecutivo de la Canipec, quien explica brevemente que balanza comercial de la industria en México está conformada principalmente por las partidas arancelarias 33 y 34.
La primera corresponde a Aceites esenciales y resinoides; preparaciones de perfumería, de tocador o de cosmética. La segunda a los productos de Jabón, agentes de superficie orgánicos, preparaciones para lavar, preparaciones lubricantes, ceras artificiales, ceras preparadas, productos de limpieza, velas y artículos similares, así como pastas para modelar en odontología.
En 2024, el país importó 5,559 millones de dólares por productos -intermedios y terminados- considerados en la partida 33 y 1,521 mdd en la 34. En cambio, las exportaciones de ambas sumaron apenas 4,711 millones de dólares. El 53% de las importaciones llegaron de Europa, según datos del Banco de México.
Dimensionando el desafío
Integrantes del organismo empresarial que representa a productores de cosméticos y de bienes para el cuidado personal, así como de productos de higiene doméstica; coincidieron en que reconfigurar la base de proveeduría local bajo presión arancelaria no es un proceso inmediato ni exento de riesgos.
“Ese desarrollo no va a ser de hoy para mañana”, anticipó Rosa María Sánchez, directora general de la Canipec, en un encuentro con medios.
Planteó que es necesario generar planes de transición que atiendan a la nueva realidad comercial desde la regionalidad y no desde la globalidad. “Si quieres crecer una industria interna y la quieres fortalecer, no puedes limitarla -de un día a otro- en importaciones de materias primas”, agregó.
Del plan de transición a la vinculación académica
El riesgo de imponer barreras de manera inmediata es que empresas multinacionales y locales pierdan competitividad y opten por trasladar líneas de producción a otros países.
“No podemos cerrar la proveeduría extranjera y pensar que al día siguiente vas a tener la proveeduría local. Esto es todo un camino que llevará bastante tiempo”, menciona Miguel Ángel Marín de la Parra, presidente del Consejo Directivo de Canipec y CEO de Industrias Sintoquim.
Sobre todo, dice, tenemos que lograr ser competitivos con fuentes mexicanas e insumos cadenas sostenibles y confiables, tanto en las características de la materia prima como en la periodicidad de la entrega.
La vinculación con universidades y centros de investigación serán claves para reconfigurar, en primera instancia, parte de la cadena de suministro con proveedores locales:
Debemos apostar por Investigación y Desarrollo para que, de ser solamente un país especializado en la parte de fabricación y comercio exterior, tengamos desarrollos mexicanos con insumos de origen nacional
Insumos insustituibles: la Carnaúba
De acuerdo con los representantes de la industria es claro que algunos insumos se seguirán importando porque simplemente no tienen sustituto. Es el caso de la Cera de Carnaúba, utilizada para dar fortaleza a los labiales.
“Es un insumo que solo crece en la Selva Amazónica, por lo que necesariamente tiene que venir de Brasil, es la única fuente a nivel mundial”, explicó Miguel Ángel Marín.
La Carnaúba ejemplifica los límites de la sustitución. Imponerle un arancel en las condiciones actuales que guarda el acuerdo comercial con Brasil, encarecería costos y reduciría la competitividad de las marcas que operan en México.
"Estos aranceles que México puso al exterior con países con los que no tenemos Tratado, es donde más podríamos tener una afectación”, comentó la directora de Canipec.
A inicios de septiembre representantes del sector en México y en Brasil se pronunciaron por eliminar las barreras arancelarias y no arancelarias entre ambos países a fin de impulsar el intercambio comercial, en el marco del Acuerdo de Complementación Económica vigente desde hace ya dos décadas pero que no se ha actualizado.
La Candelilla: ventaja competitiva mexicana
México, sin embargo, posee insumos estratégicos propios. La cera de Candelilla, extraída de una planta endémica del desierto de Chihuahua -que incluye a Coahuila, Durango, Hidalgo, Zacatecas- es esencial para la industria cosmética.
Este elemento permite generar consistencia en los lápices labiales y evita que se derritan a altas temperaturas, según explicó el directivo de Industrias Sintoquim, empresa que provee de materias primas a fabricantes como AVON, L’Oréal, Grisi o Genoma Lab.

La cera de Candelilla no solo tiene valor económico, también simbólico: muestra que México puede ser proveedor mundial de materias primas diferenciadas.
Pero también confirma que la industria cosmética es global por definición: “los productos son bienvenidos de donde vengan, siempre que lleguen en condiciones de cumplimiento”, asegura Berzunza.
Una industria que no se puede nacionalizar
El presidente de Canipec afirma que México debe evitar caer en la tentación de querer que todo tenga que hacerse con proveeduría local. “Eso no pasa aquí ni en ningún lado del mundo”, afirmó.
El reto no es sustituirlo todo, sino identificar segmentos en los que sí es posible fortalecer cadenas locales sin perder eficiencia.
Esto implica crear una red de proveedores confiables, con estándares de calidad globales, y al mismo tiempo reconocer que algunos insumos seguirán dependiendo del comercio internacional.
La apuesta de la industria es clara: avanzar hacia cadenas locales más robustas, apoyarse en la investigación y la academia, aprovechar insumos endémicos como la Candelilla y mantener abiertos los canales internacionales para productos insustituibles como la Carnaúba. El desafío no es menor: se trata de rediseñar la cadena de suministro en un sector globalizado que genera empleos, exportaciones y valor agregado para México y la región.