¿Qué tienen en común las ciudades de Celaya, Morelia y Hermosillo? Las tres forman parte de la estrategia del gobierno mexicano para impulsar el desarrollo en regiones estratégicas del país, a través de los Polos de Desarrollo Económico para el Bienestar.
Pero estas tres ciudades comparten otra característica: tienen al menos una estación de recarga de gas natural comprimido para uso vehicular, un factor clave para que el autotransporte de carga con este tipo de tecnología transite en esas zonas del país con mayor certeza operativa.
Así, la estrategia federal para atraer inversiones en estos y otros 12 polos en proceso de licitación, tiene el potencial de impulsar una reconfiguración industrial y logística con una visión vanguardista y sostenible del transporte de carga.
Un nuevo mapa logístico e industrial
La creación de los también conocidos como Polos del Bienestar responde a una lógica de ampliar las oportunidades de desarrollo económico según la vocación industrial de ciertas regiones, más allá de las zonas industrialmente consolidadas, como la del noreste.
En ese proceso, el transporte se vuelve más que un servicio complementario. Se transforma en un requisito estructural para que rinda frutos toda la inversión esperada en estas zonas.
Ernesto del Blanco, director general de Elam Faw Trucks, empresa que ensambla y distribuye vehículos de carga en México, reconoce que el autotransporte de carga y la logística se convierte en un tema fundamental para el éxito de esta apuesta por impulsar la economía y la competitividad del país.
“Tener un parque vehicular con mucha antigüedad genera demoras por atrasos mecánicos porque genera muchas horas de mantenimiento y descomposturas. Es una buena oportunidad (los polos del bienestar) para renovar el parque vehicular en la industria”, menciona a The Logistics World.
Un incentivo adicional para la renovación
Además de Celaya, Morelia y Hermosillo, se impulsan Polos de bienestar en Seybaplaya, en Campeche; Juárez, en Chihuahua; la capital de Durango; Nezahualcóyotl, en el Estado de México; Tula y en la zona del Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles, en Hidalgo; Ciudad Modelo, en Puebla; Topolobampo, en Sinaloa; Altamira, Tamaulipas; Huamantla, Tlaxcala; Tuxpan, Veracruz; Chetumal, Quintana Roo.
Estos se suman los nueve que fueron aprobados durante el sexenio anterior para la zona que considera el Tren Interoceánico, en la zona del Istmo. Estos se encuentran bajo jurisdicción de la Secretaría de Marina.

De acuerdo con el plan gubernamental, para atraer inversiones habrá una serie de facilidades y estímulos fiscales como la deducción inmediata del 100 por ciento de activos fijos nuevos como maquinaria y equipo, incluyendo las unidades de transporte.
La renovación sustentable del autotransporte de carga
El promedio de antigüedad de los tractocamiones a nivel nacional ronda los 18 años, según estimaciones de la Cámara Nacional del Autotransporte de Carga (Canacar).
Esta condición de la flota se traduce mayores niveles de inseguridad en carreteras, incremento en costos logísticos y altas emisiones contaminantes.
El director de Elam Faw Trucks menciona que los Polos del Bienestar son una oportunidad seria para impulsar el uso de unidades para transporte de carga con tecnologías más eficientes y limpias como el gas natural vehicular (GNV).
Además de ser un motor menos ruidoso, “una unidad de gas natural vehicular reduce 30% el monóxido de carbono, 80% del dióxido de carbono… Todas estas partículas muy pequeñas -que son las que verdaderamente dañan la salud de las personas- las eliminas en 99%”, agrega.
La infraestructura para el transporte sostenible
Sin embargo, para que esta alternativa tecnológica se posicione frente a las unidades a diésel, requiere de estaciones de recarga de gas natural vehicular, una infraestructura que no está del todo desarrollada en el país.
Mientras Argentina tiene más de 2,000 estaciones de carga y Colombia supera las 800, en México, según Del Blanco, apenas ronda las 150 estaciones activas, con una cobertura geográfica muy limitada.
Hay zonas del sureste y puntos estratégicos para el comercio internacional, como el Puerto de Manzanillo, en Colima, en donde no existe una sola estación de gas natural vehicular (GNV).
“Siendo el puerto más importante del país sería fundamental que tenga gas natural para que pudiéramos meter esta tecnología. Eso reduciría muchísimo la contaminación de la ciudad”, señala.
Inversión que espera mejor gestión gubernamental
La empresa de Ernesto forma parte de la Asociación Mexicana de Gas Natural Vehicular. En encuentros informales con agremiados, dice, varias empresas del sector han externado su interés por crear más estaciones de gas natural vehicular:
“Tienen los fondos listos para invertir en 70, 100, 200 estaciones. Eso nos llevaría rápidamente a triplicar o cuadruplicar el número de estaciones que existen hoy en el país”, refiere.

Pero parece ser insuficiente. La Asociación ha enfrentado rezagos en procesos de aprobación por parte de la Comisión Reguladora de Energía (CRE), uno de los órganos reguladores recién extintos por el actual gobierno y que fue sustituido por la Comisión Nacional de Energía (CNE).
Este ente federal entró en funciones en mayo de 2025, por lo que aún es pronto para tener una idea de cómo pueden avanzar las gestiones con este nuevo organismo.
“Ahí están los fondos y seguramente seguirán ávidos de seguir invirtiendo en la medida en que las regulaciones avancen y se den facilidades. Me refiero simplemente a los trámites administrativos”, concluye.