Cada 25 de junio se conmemora el Día Internacional de la Gente de Mar, una fecha designada por la Organización Marítima Internacional (OMI) para visibilizar la contribución fundamental de quienes trabajan a bordo de buques mercantes.
Estos profesionales, muchas veces invisibles para el consumidor final, son responsables de mover más del 80 % del volumen del comercio mundial, según la Review of Maritime Transport 2024 de la UNCTAD.
Durante 2023, la carga movilizada por vía marítima ascendió a 12 300 millones de toneladas, lo que representa un crecimiento del 2,4 % respecto a 2022, con una proyección de crecimiento adicional del 2 % en 2024 y tasas cercanas al 2,4 % anual entre 2025 y 2029.
Esta dinámica confirma que, pese a la automatización y la búsqueda de nuevos modelos logísticos, la logística marítima sigue siendo la columna vertebral del comercio internacional.
Sin la gente de mar, las cadenas globales de suministro enfrentarían disrupciones severas. Ellos garantizan la entrega de materias primas, productos energéticos, alimentos, medicamentos y tecnología a mercados interconectados, y durante las crisis —como la pandemia por COVID-19— demostraron que son un eslabón insustituible para mantener en movimiento la economía mundial.
Los pilares silenciosos del comercio internacional
El dominio del transporte marítimo en la logística global no solo se explica por sus costos competitivos, sino también por su capacidad de movilizar grandes volúmenes con eficiencia.
Actualmente, alrededor de 11 mil millones de toneladas de mercancías al año dependen directamente del trabajo de los marinos, con un flujo constante que conecta más de 250 000 escalas de portacontenedores en la segunda mitad de 2023, según datos de UNCTAD.

Asia concentra el 63 % del tráfico marítimo global, lo que la convierte en el epicentro logístico y comercial por excelencia, mientras que regiones como América Latina mantienen una fuerte dependencia del transporte marítimo para exportar materias primas y recibir productos manufacturados.
Sin embargo, más allá de las cifras comerciales, la gente de mar sostiene el equilibrio operativo de esta maquinaria global.
Su trabajo requiere precisión, conocimientos técnicos, fortaleza física y resiliencia emocional para navegar largas distancias, enfrentar condiciones climáticas adversas y cumplir con los tiempos estrictos que demanda la cadena logística actual.
El costo humano de mover al mundo: aislamiento, presión y salud mental
Pese a su rol estratégico, la gente de mar enfrenta condiciones laborales complejas que han sido ampliamente documentadas por organizaciones internacionales y por el Seafarers Happiness Index (SHI), uno de los barómetros más relevantes para medir el bienestar de los marinos.
En el último trimestre de 2024, el SHI registró un descenso de 7,16 a 6,91 puntos, marcando el primer retroceso tras varios trimestres de relativa estabilidad.
Este indicador evidencia que los marinos están experimentando menor satisfacción con sus condiciones actuales, especialmente por la limitación en las salidas a tierra (shore leave), cuyo puntaje cayó de 6,52 a 6,12, y por la creciente insatisfacción salarial, que descendió de 7,21 a 6,91 puntos.
El aislamiento prolongado, jornadas laborales que pueden superar las 60 horas semanales, las restricciones de acceso a tierra y la dificultad para mantener contacto frecuente con sus familias son algunos de los factores que deterioran su bienestar físico y emocional.
De acuerdo con estudios de Safety4Sea, cerca del 25 % de la gente de mar padece depresión, el 17 % ansiedad y un preocupante 66 % sufre niveles de estrés psicológico significativos.

La presión operativa es otro elemento que complica su día a día. Con rutas cada vez más optimizadas y tiempos de entrega más ajustados, los marinos deben cumplir con itinerarios exigentes, donde cualquier retraso puede desencadenar pérdidas económicas o desajustes logísticos a gran escala.
La transformación tecnológica: adaptarse o quedar fuera
La digitalización y la automatización de procesos en el transporte marítimo avanzan a paso firme. Según proyecciones de la UNCTAD, el volumen de comercio marítimo en contenedores crecerá un 3,5 % en 2024, impulsado por la adopción de soluciones tecnológicas que mejoran la eficiencia operativa y la trazabilidad de las mercancías.
La OMI ha subrayado que el futuro del transporte marítimo requiere gente de mar con habilidades digitales y ambientales sólidas, capaces de operar buques más inteligentes, gestionar plataformas digitales de seguimiento y cumplir con regulaciones ambientales más estrictas.
Esto representa una oportunidad de modernización, pero también un gran desafío para una fuerza laboral que debe adaptarse rápidamente a nuevas tecnologías, ciberseguridad y automatización.
La capacitación continua será clave para que los marinos puedan seguir desempeñando su papel estratégico en la logística global. Al mismo tiempo, es necesario asegurar que estos avances no profundicen las brechas laborales ni deterioren las condiciones humanas a bordo.

El compromiso pendiente: construir una logística más responsable
Aunque el Maritime Labour Convention —promovido por la Organización Internacional del Trabajo (OIT)— establece estándares mínimos para proteger los derechos laborales de la gente de mar, la implementación es desigual entre países y operadores.
Diversas organizaciones, incluyendo la OMI y la UNCTAD, han urgido a fortalecer:
- La conectividad a bordo para mejorar la comunicación con sus familias.
- La flexibilización de permisos para salidas a tierra en puertos internacionales.
- La capacitación tecnológica y la actualización de habilidades digitales.
- Programas integrales de salud mental y bienestar emocional.
Invertir en la gente de mar es invertir en la resiliencia y sostenibilidad de la logística global. Ellos son los guardianes silenciosos que permiten que las mercancías lleguen a tiempo, los consumidores mantengan su acceso a productos esenciales y las cadenas de suministro sigan operando.
El reconocimiento de su valor no debe limitarse a una fecha en el calendario. Su bienestar y desarrollo profesional deben ser una prioridad continua para la industria logística, las empresas navieras y los actores globales del comercio.
Sin ellos, el mundo se detendría.