Una crisis es una situación volátil inminente que requiere atención urgente y una toma de decisiones para proteger vidas, bienes, infraestructura o el medio ambiente.
En tiempos de crisis, las empresas deben actuar rápidamente y de forma estratégica para salvaguardar a sus empleados, garantizar la continuidad de las operaciones y proteger su reputación al mismo tiempo. Así lo destacó Esteban Riva Palacio, Lead Security Analyst de la empresa International SOS, durante el webinar "Gestión estratégica en seguridad. Decisiones efectivas en tiempos de crisis".
El experto compartió una serie de criterios que representan los pasos inmediatos para el manejo de una situación de inestabilidad significativa.
Es importante aclarar que estos puntos no son los únicos y que se deben adaptar a los distintos tipos de amenazas a los que una empresa se enfrentaría con frecuencia. A partir de ello, se necesitan crear protocolos a seguir durante la toma de decisiones de seguridad.
1- Identificar los riesgos inmediatos
El primer paso que una empresa debe considerar en este sentido es identificar los riesgos inmediatos que podrían resultar en los problemas más próximos, que a su vez afecten la seguridad de su personal. Estos incluyen:
- Riesgos físicos como enfrentamientos violentos, bloqueos o saqueos
- Riesgos logísticos como interrupciones en el transporte o acceso limitado a las instalaciones de la empresa
- Riesgos emocionales porque la tensión colectiva en la sociedad e incertidumbre, que podrían afectar el bienestar mental de los empleados

2- Toma de decisiones rápida y efectiva
Es fundamental que ante situaciones de crisis la toma de decisiones sea rápida y efectiva. Una de ellas, por ejemplo, puede ser una suspensión de operaciones cuando la situación lo amerite para proteger a sus empleados.
Si alguno de los empleados está en una zona de alto riesgo, es crucial trasladarles a lugares más seguros mientras la crisis se mitiga.
En este mismo sentido, se deben implementar protocolos de seguridad, es decir, el uso de personal de seguridad especializada o contratación de transporte seguro para el traslado efectivo de los empleados.
3- Monitoreo constante
Para llevar a cabo esta importante acción, es clave utilizar fuentes confiables de información como noticias locales e internacionales. De igual forma, encontrar vías de comunicación eficientes con las autoridades locales, para hacerse de datos actualizados sobre el estado de seguridad de un lugar en específico.
Todo esto garantiza que la desinformación se mantenga un margen mínimo y la comunicación entre la empresa y sus empleados se vea afectada al momento de coordinar un plan de acción.
4- Comunicación interna
Este último punto destaca lo importante que es la comunicación entre las áreas internas de una empresa, siempre buscando que sea clara y constante.
Mantener la confianza de los empleados en un momento de crisis requiere de informar al personal sobre las decisiones tomadas, los protocolos a seguir y las alternativas disponibles en caso de necesitar planes de contingencia para desplazarse o seguir con sus rutinas.

Ahora, se tiene que evaluar siempre cómo las decisiones estratégicas pueden impactar en la seguridad del personal y la estabilidad de una empresa durante la crisis.
"Cuando las empresas enfrentan una crisis, las decisiones que toman pueden tener repercusiones de gran alcance, no solo en términos de seguridad para sus empleados, sino también en su capacidad para operar durante la crisis y en su reputación a largo plazo", señala el experto de la compañía de servicios de salud y seguridad.
Llevar a cabo este análisis permite aprender de la experiencia y estar preparados para futuros eventos similares.
Por ejemplo, en una situación de alta tensión política o social, suspender las operaciones puede ser la opción más sensata para velar por la seguridad del personal, pues evita que los empleados estén expuestos a situaciones peligrosas como enfrentamientos violentos o bloqueos en rutas de transporte.
De igual forma, minimiza el riesgo de daños a la propiedad o a la infraestructura de la empresa, pues las instalaciones permanecen cerradas.
Por otro lado, la suspensión puede afectar la producción, los ingresos y la relación con los clientes. Además, explica el experto, es cierto que podría resultar en un desajuste en la cadena de suministro, a partir de la logística y las relaciones que se tienen con los proveedores.
"Si la crisis se extendiera por mucho tiempo, las pérdidas económicas pueden acumularse y afectar la viabilidad financiera de la empresa".
Pero, si las operaciones se mantienen a pesar de todo en una situación en específico, podría generar problemas de seguridad, además de poner a los empleados en situaciones de peligro "francamente innecesarias".
Algunas de las preguntas que las compañías deben hacerse para saber si están listos o no, o si aprendieron de la experiencia son:
- ¿Las medidas de seguridad respondieron adecuadamente a la amenaza?
- Si la empresa implementa medidas como patrullas de seguridad o equipos de respuesta rápida ¿fueron suficientes o hizo falta hacer ajustes?
- ¿Las medidas de seguridad se comunicaron de manera efectiva?
- ¿La empresa pudo colaborar adecuadamente con las autoridades locales para obtener información sobre las zonas más afectadas por la crisis?
- ¿Los empleados se sintieron informados y protegidos?

Una vez pasada la crisis, hay que cerciorarse de que la seguridad y la preparación para tiempos de crisis se conviertan en una parte integral de la cultura organizacional. El fomentar una cultura organizacional que valore la seguridad de los empleados en todo momento es crucial.