La sustentabilidad dejó de ser un tema periférico para convertirse en un eje estratégico dentro de las cadenas de suministro.
Hoy las empresas enfrentan la presión de diseñar operaciones más responsables con el medio ambiente, al mismo tiempo que garantizan eficiencia y seguridad en la distribución de bienes esenciales.
Una de las compañías que ha apostado por integrar estos principios en el corazón de su negocio es Tetra Pak, que desde hace décadas trabaja en el desarrollo de envases con bajo impacto ambiental y en la creación de cadenas de reciclaje colaborativas.
En el más reciente episodio del videopodcast de The Logistics World,, Alfredo Román, Gerente de Sustentabilidad de Tetra Pak México, compartió cómo la compañía impulsa la transición hacia un modelo de economía circular baja en carbono, basado en envases fabricados con materias primas renovables y en un ecosistema de reciclaje que involucra a la industria, al gobierno y a la sociedad.
Envases que aseguran alimentos y reducen la huella ambiental
Román explicó que la innovación detrás del envase Tetra Pak no se limita a su capacidad para conservar alimentos, sino que se extiende a su impacto en la logística y en la sustentabilidad.
Su composición —cartón en un 72%, acompañado de una capa mínima de polietileno y otra de aluminio ultradelgada— permite que productos altamente perecederos, como la leche, se mantengan en buen estado durante más tiempo, sin necesidad de conservadores ni de refrigeración.
Esta característica, señaló, es fundamental en programas sociales como los desayunos escolares, donde la leche se distribuye en comunidades rurales y alejadas.
“Imagina la cantidad de energía que se ahorra al no requerir cadenas de frío desde la planta hasta el consumo final. Es un beneficio logístico, económico y ambiental al mismo tiempo”, .
enfatizó.
Además de reducir la huella energética, el envase contribuye a minimizar el desperdicio de alimentos, un reto crítico en la cadena de suministro global.
Al mantener las propiedades nutricionales por más tiempo, disminuye la cantidad de productos que deben desecharse antes de llegar al consumidor.
Circularidad y colaboración como ejes de la estrategia
El compromiso de Tetra Pak va más allá de fabricar envases funcionales: busca que cada uno de ellos pueda reintegrarse a la economía una vez cumplida su función.
Para lograrlo, la empresa trabaja bajo un modelo de circularidad que prioriza el uso de materias primas renovables y fomenta su recuperación mediante alianzas estratégicas.
Actualmente, el cartón reciclado de los envases se utiliza para fabricar productos derivados del papel, mientras que el polietileno y el aluminio se transforman en materiales para la industria de la construcción, el mobiliario o el calzado.

El siguiente paso, indicó Román, es el desarrollo tecnológico para reincorporar el cartón reciclado en la fabricación de nuevos envases y sustituir gradualmente los materiales fósiles por alternativas de base celulosa o de origen post consumo.
Sin embargo, la circularidad solo puede lograrse si se articula la participación de tres actores: gobierno, sociedad e industria.
El consumidor debe disponer adecuadamente de los residuos, el gobierno garantizar sistemas de recolección y leyes claras, y la industria invertir en infraestructura para procesarlos.
“Si alguno de estos elementos falta, la cadena se rompe”, advirtió Román, destacando la necesidad de colaboración multisectorial.
Retos logísticos y visión hacia el futuro
Uno de los mayores desafíos que enfrenta Tetra Pak es la logística de recuperación. Transportar grandes volúmenes de envases desde ciudades alejadas hasta los centros de reciclaje representa costos y complejidades operativas.
Para enfrentarlo, la compañía ha impulsado el programa Aliados en Reciclaje, en el que participan 18 empresas en México. Gracias a esta red, en 2024 se reciclaron más de 55,000 toneladas de envases, cifra que Tetra Pak busca incrementar mediante la expansión hacia nuevas regiones del país como el norte y el sureste.
La visión de la empresa es clara: continuar construyendo un ecosistema que haga posible un envase 100% renovable y reciclable, alineado con una economía circular baja en carbono.
“Tarde o temprano el petróleo se va a acabar, y tenemos que adelantarnos sustituyendo materiales fósiles por renovables. El objetivo es que las futuras generaciones tengan acceso a alimentos seguros, disponibles en cualquier lugar y distribuidos de manera eficiente”, concluyó Román.
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